Palimpsecto
Madmaxista
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La mayor incoherencia que detecto ahí es que Jung decía que le horrorizaban las naciones grandes... para acto seguido expresar su confianza ilimitada en los Estados Unidos.
Yo no veo incoerencia en las palabras de Jung, veo a alguien que sabe quien le paga, lo que no quita que el tenga sus propias opiniones.
No me parece una total incoherencia desde el punto de vista de Jung lo que dice sobre las grandes naciones y su apoyo a los Estados Unidos. Como dice "carne de pescuezo", una cosa es lo que dice en la entrevista y otra es lo que piensa. Pero es que en la entrevista dice mucho. Sospecho que en 1938 Jung no miraba a Estados Unidos como a una "nación", sino como a un conjunto de injertos mayoritariamente europeos, pero también de otras procedencias. ¿Cómo podían compartir una conciencia colectiva el esclavo neցro que todavía recordaba la Guerra de Secesión, el viajero italiano recién llegado y el inglés descendiente de los primeros colonos del Mayflower? Es que de hecho se lo dice veladamente al entrevistador norteamericano: la comparación entre la "poor white trash" americana y la europea no es inocente. Lo que le está diciendo es que entre el americano del Medio Oeste y la "poor white people" de la costa Este media tanta diferencia como entre un alemán y un campesino ruso.
La "grandeza" americana nos parece ahora algo muy obvio, pero a la altura de 1938 no lo era tanto. Había sido un país tradicionalmente aislacionista, con la única orientación exterior de la doctrina Monroe y su breve intervención durante la Gran Guerra, tras lo que volvió a replegarse. Jung debía ver a los Estados Unidos como una excrecencia nacionalmente degradada de Gran Bretaña, como un "gran país", pero tengo mis dudas de que pensara en ellos como nación.
Incluso ahora mismo, a la vista de cómo andan por allí las cosas, yo no estaría tan seguro de llamarlo "una nación". Dentro de 100 años tal vez los Estados Unidos sean otra cosa muy distinta o incluso no sean.
el articulo tiene una serie de errores de bulto, probablemente por estar escrito tan pronto cuando los datos de las personalidades no estaban disponibles.
si bien acierta con hitler y define su clara inspiración psicotica, cuya maldad parte de un delirio buenista, con stalin desbarra de lo lindo. stalin era un ladron de bancos, malo y pistolero. ademas exhibio un monton de conductas psicopaticas en su juventud como por ejemplo peleas frecuentes, arrestos, encierros de sus profesores etc.. etc.. o por ejemplo en sus primeros años ejercio una manipulación constante sobre un grupo de revolucionarios a los que usaba para cometer todo tipo de tropelias. tb se advierte cierta promiscuidad en su mediana edad, hay sospechas de que dejo embarazada a una chica de 13 años, ademas tenia panico a estar solo por su evidente mentalidad psicopatica etc... etc... por lo tanto no se de donde saca este hombre que esas caracteristicas eran normales cuando no son mas que un evidente reflejo de una clara mentalidad psicopatica.
Evidentemente, Jung no pudo leer los libros de Sebag de Montefiore sobre Stalin y su juventud prerreovolucionaria. Pero eso no cambia en absoluto el tipo psicológico que atribuye a Stalin. Dice que antes de la revolución "quizás" trabajara desinteresadamente. Pero en realidad da lo mismo. Fíjese que al hablar de ambición señala tres niveles: Hitler, que no tiene una ambición personal por encima de la media; Mussolini que sí la tiene, pero que se caracteriza además por considerarse necesario, providencial para Italia; y en un tercer nivel habla de Stalin. Que también es del tipo de jefe, pero no puro. Lo dice varias veces en el texto con distintas palabras: Stalin está dominado por una monomanía por el poder, el centro de toda su psicología es el impulso personal de poder, sin importarle los medios ni a quién tenga que llevarse por delante. Bueno, no pronuncia explícitamente la palabra (que no es muy usada en el ámbito de la psicología analítica), pero está implícita en todo lo que dice: un orate de manual.
Además, casi todos los historiadores coinciden con Jung en que el momento decisivo del cambio de Stalin (y del partido bolchevique mismo) es el año 1918 : tras el intento de asesinato a Lenin (creándose entonces la ChK con Dzerzhinksi al frente) y el inicio de la guerra civil. Hasta ese momento los revolucionarios vivían en la euforia y la ingenuidad de lo universal: eran unos podemitas veganos con barba. Lo cuenta Víctor Serge en su libro "El año I de la Revolución". Lograron rendir la guarnición del Kremlin... ¡y la dejaron marchar con armas y pertrechos con tan sólo la palabrita del niño Jesús de que acatarían el poder soviético! Naturalmente, lo primero que hicieron fue unirse a los restos del ejército zarista y atacarles. La tontería se les quitó a los bolcheviques durante la guerra civil: ahí es donde Stalin se hizo un carnicero, en un primer momento combatiendo los enemigos contrarrevolucionarios.
Pero ya en ese momento se estaba fraguando la "guerra civil" entre los propios bolcheviques, según se iban sucediendo los intentos de algunos de ellos por apiolar al padre: Lenin. Zinoviev y Kamenev lo hicieron ya en 1917, al publicar en la prensa por anticipado los planes para la toma del poder; después Bujarin fraguó un golpe de Estado contra Lenin para evitar que se firmara Brest-Litovks. Y Stalin yo creo que empezó a acariciar la idea de sustituir a Lenin después de la derrota a las puertas de Varsovia en 1920, algo de lo que siempre responsabilizó a Trotski. Stalin no podía entender ni tolerar que Lenin le mantuviera en un plano de igualdad con Trotski. Y estoy de acuerdo con Jung en que, si no hubiera muerto en 1924, el propio Stalin habría liquidado a Lenin tarde o temprano.
No obstante, la relación de Stalin con Lenin siempre tuvo una carga paterno-filial enorme. Stalin era un lector voraz de la historiografía de la antigua Roma: Tito Livio y Tácito, sobre todo. Stalin vio siempre a Lenin como Julio César, mientras que él se veía a sí mismo como Octavio Augusto. La comparación le es muy favorable, porque Stalin no fue ni con mucho un creador como Octavio: conservó y amplió la herencia recibida (que no es poco en las condiciones que le tocaron), pero no innovó en absoluto, careció de toda originalidad. Es más, accedió a un restablecimiento regresivo de mucho del inconsciente colectivo del viejo imperio ruso que, finalmente, acabaría con la URSS.
Lenin sí era un creador original, como dice Jung. Y compartía con Hitler similar complejo materno. Cuando visitas en Moscú la casa donde murió y su gabinete de trabajo y biblioteca, en Leninskiy Gorki, una de las cosas que más impacta es ver la influencia materna por todas partes. Especialmente en la disciplina intelectual, educación y capacidad de trabajo, que fue una obra exclusivamente del cuidado materno. Cuando el hermano de Lenin murió ejecutado tras un intento de asesinar al zar, el lazo materno se reforzó más que aflojarse, y luego se sublimó en la Idea. Hay incluso un cuadro de época soviética que es muy revelador, titulado "Nosotros iremos por otro camino" (en alusión al abandono del terrorismo individual):
Al igual que la de Hitler, la vida sensual de Lenin debió ser muy desdibujada: con Krupskaya poco, e Inessa Armand tenía rasgos intelectuales muy marcados para ser sólo una pasión sensual.
Por cierto, que Lenin expresó claramente su deseo de ser enterrado junto a su progenitora y su hermana María en San Petersburgo. Pero en un complejísimo acto de apiolar la memoria del padre (¡por parte de un ex seminarista!) petrificándola y pervirtiéndola, Stalin mandó embalsamar a Lenin y montar el macabro espectáculo de la momia y la pirámide. Algo que, después, sus asesinos harían con él (si bien más tarde Jrushchiov mandó retirar su cadáver).
Lo que, como buen liberal, resulta una pequeña maldad de Jung es agradecer a Stalin la confirmación del axioma teórico de que el comunismo siempre conduce a la dictadura. No necesitaba muchas alforjas para ese viaje: desde la Comuna de París y "La guerra civil en Francia" (1871), el concepto de dictadura formaba parte del corpus teórico del marxismo. Y confirmada por Lenin en "El estado y la revolución". Eso no es ninguna novedad, salvo para los que se cargaron la Segunda Internacional en 1914. De hecho, no es algo propio del comunismo. La ontología de la dictadura es mucho más amplia: cualquier cambio de poder real en el seno de una democracia liberal, que no suponga una mera alternancia de gestores, desemboca siempre en una dictadura. Los seguidores de Donald Trump ya están dándose cuenta de que lo único que va a poder librar a su ídolo del "impeachment" y de todos los perros de caza que le están mordiendo los tobillos son los poderes dictatoriales. Algo fuera de su alcance, desde luego.
Estupendo hilo, y el análisis de "psicoanálisis de garrafón", tampoco tiene tanto garrafón. Es interesante, pero yo creo más que el inconsciente siempre se impone sobre la conciencia.
Jung fue un genio, e independientemente de matices, deberían de haberle dado el Premio Nóbel; sabía de lo que hablaba y lo que decía, lo dice seguro callando muchas cosas que pensaba.
Normalmente al maestro Jung se le desprecia por psicologías más, no sé cómo describirlas, más con la apariencia de científicas, pero es el más grande de todos ellos. Sus estudios mitológicos son chulísimos y contienen una parte de la verdad, porque la otra parte también es la obra de brillantes mitógrafos, geniales a la altura del propio Jung, y que también tenían razón. Entre unos y otros se puede componer eso que es real y existe y se llama; la Verdad. Lo de "mi verdad", "su verdad", etc. es sarama contemporánea.
Dice Jung en la entrevista:
"El resultado es que cuando se consigue una nación de muchos millones de personas, ni siquiera es humana".
Hay un vídeo donde habla de las sincronicidades, creo recordar porque hace tiempo que lo vi, luego lo repaso, y siendo ellas la manera en como el alma nos habla; dos hechos que no están relacionados causa y efecto pero que nosotros sí los vemos relacionados; y en él expone sus razones o intuiciones de porqué la fin no es el final. Muy bonito.
Hay gente que no se merece el Nobel. Otra gente que sí lo merece. Y luego están aquéllos a quienes el Nobel no les merece: caso de Jung y Borges, por ejemplo.
Muchas gracias por el vídeo, me es muy oportuno ahora. Me ha hecho recordar la fin de mi abuela, hace muchos años. Ella y mi abuelo estaban constantemente discutiendo, hasta que murió repentinamente de un infarto. Mi abuelo no fue al entierro, estaba muy delicado de salud, pero recuerdo que al volver del cementerio y nada más entrar en su casa, me dijo gritando: "¡Le dije que no cargara con la bombona de butano, nunca me hace caso, es que tu abuela ES muy terca!" Y se dio la vuelta para seguir viendo la televisión.
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