Qué haría yo si un médico me dijese "TIENE USTED CÁNCER y necesita tal tratamiento"

El tema es interesante y estoy de acuerdo en que los tratamientos oficiales para tratar el cáncer dejan mucho que desear, pero aquí mezclais eso con el cáncer no existe sino que nos lo provocamos con la mente, el tabaco no es perjudicial y semejantes. Y lo peor de todo, que a los médicos no les interesa curar a sus pacientes y solo miran por su bolsillo. Y por ahí no paso.
 
9 hábitos de los enfermos de cáncer 'incurable' que se curaron | Cancer Integral

Interesante post del que he puesto el enlace y del que añado el resumen que el autor hace al final, aunque recomiendo leer el post entero.

Sin más preámbulo, las paso a listar:
1. Cambiaron radicalmente su dieta
Eliminaron todo rastro de comida industrial, harinas, azúcares y grano, y consumían alimentos orgánicos con abundantes verduras y vitaminas por doquier.
Muchas de esas personas no consumían carne ni productos lácteos, pero estoy seguro de que el resultado hubiera sido el mismo si hubieran consumido también carne, a condición de que hubiera sido ecológica, de animales alimentados con pasto y algunos productos lácteos como mantequilla (o mejor aún Ghee, que no tiene apenas lactosa y caseína) también procedente de animales criados en pasto.
2. Tomaban multitud de suplementos y hierbas
Otra de las claves. La dieta por si sola no bastaba, y los suplementos por si solos tampoco. Juntos ejercían acciones sinérgicas, y los suplementos solían pertenecer a estos grupos
Suplementos para ayudar a la digestión
Enzimas digestivas: proteolíticas y pancreáticas
Prebióticos y probióticos
Suplementos que detoxifican el cuerpo
Antifúngicos
Antiparásitos
Antibacteriales y antivirales
Detoxificadores
Suplementos para mejorar el sistema inmunitario
Inmunopotenciadores
Vitaminas y hormonas
Incidiré especialmente en este punto en próximos artículos, estudiando los mejores suplementos y desentrañando las mejores marcas y en qué debemos fijarnos para estar seguros de elegir bien.
3. Tomaron el control de la propia salud
Los pacientes que vencían a la enfermedad tomaban el control: asumían consciente y voluntariamente el cambio de vida y protagonizaban las acciones a emprender
Sé por experiencia propia lo difícil que es tras*mitir no sólo el conocimiento acumulado, sino la voluntad de aplicarlo de forma práctica. Es casi imposible que sean efectivas unas medidas que no se apliquen con convencimiento, de ahí que sean más frecuentes los casos de pacientes que salen adelante luego de ser ellos y no un familiar quien estudia y aplica.
No significa que no pueda ocurrir que un familiar provoque el cambio, pero será más difícil. Por eso, a veces, es necesario que el enfermo conozca la dura verdad. Puede llevarlo a la depresión, pero también a la acción, sobre todo si existe una alternativa razonable.
4. Siguieron su intuición
Es difícil de explicar pero sencillo de entender. La intuición como aliada de la inteligencia y del conocimiento puro, que nos alerta de si lo que hacemos es bueno o malo.
5. Liberaron las emociones reprimidas
Una teoría muy controvertida hablaba hace tiempo de ciertas características de personalidad comunes entre los pacientes de cáncer: personalidades tipo C que se caracterizaban por internalizar las emociones y ser poco capaces de mostrarlas; personas generalmente generosas y empáticas, a veces en exceso pero, pese a poder ser socialmente extrovertidas, poco capaces de ‘dejarse ir’.
No tengo ni idea de cuánto hay de verdad en ello, pero la relación científicamente establecida entre cuerpo y mente es sólida. Una emoción enquistada y enraizada como base de una posible enfermedad futura. No proclamo que esté seguro de la verdad de esa teoría, pero desde luego no la considero, en absoluto, descabellada, y no seré yo quien se sorprenda si algún día resulta ser cierta.
Jamás dejo deslizar una sonrisilla pretenciosa ante una supuesta idea estrafalaria. La experiencia previa y el conocer mínimamente la historia nos demuestra que ésta está repleta de personas que avanzaron por delante de su tiempo sumergidos en los improperios e insultos de sus contemporáneos, llenos de cerrazón y estrechez de miras.
Siempre intento considerar sin prejuicios lo que se me plantea y te aconsejo que tú también lo hagas.
6. Potenciaron las emociones positivas
Quien haya leído la historia de ciertos centenarios que alcanzaron avanzada edad sin haber sufrido ninguna enfermedad, encontrarán rasgos comunes: alimentación frugal y saludable, trabajo duro y actividad física hasta avanzada edad, relaciones sociales y familiares satisfactorias y una especial forma de ser, que ‘fluye’, que no se preocupa en exceso por lo que no tiene remedio, que afronta el futuro con escepticismo y, a la vez, con aceptación, que piensa sobremanera en el presente y que no se aferra al pasado.
Una forma de pensar que se puede potenciar mediante la meditación o mediante otras técnicas psicológicas
7. Abrazaron el apoyo social
Al hilo del punto anterior: el apoyo familiar y la calidez como base de la curación: hay pruebas de que el sistema inmunitario se ve afectado positivamente por la certeza de sentirse querido o por un simple abrazo auténtico, cálido y prolongado.
8. Profundizaron en la conexión espiritual o mental
No importa si uno es religioso o ateo: este punto va más allá de la pura trascendencia espiritual. Yo no soy religioso, ni siquiera creyente, pero puedo entender el concepto y respetarlo; quien no se sienta cómodo con ello puede pensar simplemente en términos mentales.
La introspección generosa, el autoconocimiento sin ahondar en sentimientos de culpabilidad, la paz mental, aportan un mejor balance hormonal, y esa relación está también bastante estudiada.
No hablamos de cosas etéreas ni de poner velas perfumadas e invocar a los espíritus (o sí, si ello aporta paz), sino de conocernos y hallar la tranquilidad de espíritu.
Todos los médicos saben del efecto placebo y que tiene poco que ver con la simple sugestión: no significa que uno crea que ha mejorado, sino que uno realmente mejora, y los análisis objetivos pueden constatarlo.
Un electroencefalograma a un monje budista meditando muestra un patrón de ondas cerebrales muy diferente al del común de los mortales, y seguramente también un paisaje endocrino e inmunológico mejorado.
La psiconeuroinmunoendocrinología no sólo es una palabra extraordinariamente larga, sino una cada vez más constatada realidad.
9. Tenían fuertes razones para vivir
Tal vez la más lógica y, a la vez, la menos obvia, pero una consecuencia de algunas de las demás: los lazos personales, la profesión que nos apasiona, los hijos a los que queremos ver crecer, los hermanos y los padres a los que no queremos abatir de dolor con nuestra pérdida…

Querría compartir un enlace que me enviaron mientras escribía este artículo, y os aseguro que hace unos años me habría parecido increíble que yo hiciera algo así:
Es la entrevista a un neurólogo que se pasó muchos años sin creer en nada que no fuera la medicina oficial pero que, gracias a su ausencia de prejuicios y a que “tengo documentados más de treinta casos de curaciones de cánceres a desahuciados por la medicina”, según sus propias palabras, abrió su mente y se dedica a combinar terapias convencionales y alternativas, incluso en hospitales públicos, tal y como ya hacen en hospitales muy renombrados de Estados Unidos.
Todo un canto a la apertura de mente y al interés único por ayudar a sus pacientes: existe un horizonte que no conocemos aún, y que permanece inexplicado pero que no por ello ha de ser inexplicable
La Contra: Francisco Barnosell
La recidiva
Escribo este artículo en febrero de 2015. A mi mujer le detectaron hace una semana una nueva recidiva del tumor cerebral que padece desde hace 10 años.
Aún es pequeño, pero se supone que inoperable. Oncólogos y radiólogos ya se han puesto en marcha para ejercer sus funciones de notarios de experimentos fallidos, y mi mujer intenta poner orden en todas las ideas contradictorias que recibe, en todos los sentimientos múltiples que la abordan. Mis ideas ‘revolucionarias’, por un lado, los cantos de sirena de los médicos, con sus venenos inútiles, por el otro.
Lo comento porque considero necesario ser honesto. Sé que algunos pueden sentirse decepcionados, como si creyeran que poseo la respuesta mágica a un problema tan complejo, pero está claro que no es así y, además, un sistema no puede funcionar si no se aplica bien.
En lo que más hemos fallado ha sido en el punto 3 del anterior listado de 9 puntos: no hay nada que hacer si un enfermo no es del todo consciente de lo que se juega y no pone todo de su parte. Y tampoco si la vida te pone a prueba con circunstancias vitales adicionales excesivamente duras.
A pesar de que los médicos le habían dicho ya hace tiempo lo que le esperaba; a pesar de que intenté que fuera plenamente consciente de que no podíamos andarnos con medias tintas, no hay nada que hacer si no es el enfermo quien se ocupa, con total responsabilidad, sin fisuras, de su tratamiento. Por la parte que me toca, ahora sé que decir la verdad dura y sin componendas puede ser mucho más beneficioso que las medias verdades compasivas.
Después de mucha lucha conseguimos abandonar Madrid y su bullicio, para volver a nuestra tierra, Asturias, en busca de mayor calidad de vida y del cariño de nuestras familias, pero el proceso ha sido demasiado accidentado y dificultoso: una de nuestras hijas ha tenido muchos problemas de salud; problemas físicos congénitos que han requerido 3 operaciones (y la medicina convencional ha sido la que la ha salvado, lo digo bien alto), y en cuatro ocasiones estuvo a punto de morir (jamás olvidaré una de ellas, la más dura, que quedará grabada en mí para siempre, con la tinta indeleble de la desesperación inabarcable).
Cambios de domicilio, meses con mi hija hospitalizada, asumir nuevas tareas, una vida que debería haber sido más tranquila y se tornó caótica, hábitos de alimentación difíciles de mantener, muchas medidas que deberíamos haber seguido y que se quedaron sin aplicar, el sacrificio de un menor sueldo a cambio de tranquilidad: la tranquilidad que no llega y el sueldo que se queda.
Un primer trabajo en Asturias donde topé con personajes ínfimos y perversoss. Un segundo trabajo donde por fin parece que me rodeo de seres humanos. Muertes de seres queridos, la vida que pone las cosas muy difíciles. No es posible que el tumor no terminara por aprovecharse de esa vida desestructurada.
Es muy difícil afrontar un proceso que requiere calma y estrategia en medio de una vida caótica y dura. He estado callado en el blog durante más de un año porque no tenía tiempo para escribir y mi mujer y yo no hemos hecho otra cosa que trabajar y atender a nuestras hijas.
Pero ahora el problema puede ser una ventaja: los médicos se irán retirando poco a poco hasta desaparecer por completo, incapaces de aportar una solución; mi mujer, que sabe ya, sin fisuras ni alternativas, que la esperanza debemos labrárnosla solos, parece por fin dispuesta a asumir esa responsabilidad en su tratamiento que antes nos ha faltado.
Ya no queda más alternativa que ir a por todas.
A partir de ahora
Me gustaría que, en esta nueva etapa del blog, Cáncer Integral sea un foro, un divisadero, una plataforma de opinión donde compartamos experiencias y datos
Sólo soy el balbuciente altavoz de lo que otros han descubierto, pero esas personas forman un nutrido grupo. No estamos solos. Por esa razón me gustaría seguir recibiendo la voz de enfermos, familiares, científicos, bloggers alternativos, exitosos aplicadores de terapias, médicos honestos que apoyan esta labor y hasta investigadores en oncología traslacional que me han dado el espaldarazo teórico y el apoyo emocional que tanto necesitábamos.
A todo ellos les envío mi agradecimiento por su presencia: el blog continúa y espero seguir contando con ellos, con vosotros.
A partir de ahora intentaré incrementar el ritmo de publicaciones, con artículos menos extensos pero mucho más prácticos, focalizados en técnicas, alimentos, moléculas o suplementos concretos, que conformarán una telaraña de acciones sinérgicas enfocadas a vencer.
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---------- Post added 20-jun-2015 at 16:28 ----------

9 hábitos de los enfermos de cáncer 'incurable' que se curaron | Cancer Integral

Perdón, este es el enlace que funciona.
 
Última edición:
El tema es interesante y estoy de acuerdo en que los tratamientos oficiales para tratar el cáncer dejan mucho que desear, pero aquí mezclais eso con el cáncer no existe sino que nos lo provocamos con la mente, el tabaco no es perjudicial y semejantes. Y lo peor de todo, que a los médicos no les interesa curar a sus pacientes y solo miran por su bolsillo. Y por ahí no paso.

bueno eso lo dicen solo algunos que hablan de la medicina germánica y Hammer,
como he dicho, es posible q existan canceres de indole emocional, pero de ahí a decir que todos, pienso que Hammer se equivoca, y por eso no lo tengo muy en cuenta, pese a que mostré bastante interés por el al principio,

luego lo de los médicos... si no quieres pasar por eso, no pases, pero es así, los medicos no son mala gente, solo son borregos mal adiestrados,
Te recetarán lo que según sus conocimientos es lo que consideran mejor,

En la carrera de medicina te hablan del cuerpo humano el primer año y los 4 siguientes te los pasas aprendiendo los medicamentos que debes recetar para tal y cual dolencia,
muchos de ellos tienen como finalidad la cronificación del problema, tipo reguladores de coagulación sanguínea, y similares, hay millones.

No te das cuenta de que por lo general los médicos no atajen la razón del problema? sino que tratan solo los síntomas?

jorobar, es que no es un secreto a voces a caso? el ser humano tiene naturaleza social, y seguirá lo que siga la muchedumbre sin cuestionar, por que si todos están ahi será poro algo.

Recuerdo cuando iba al médico de adolescente por el puñetero acné, iba dos veces al mes durante años, el muy cosa me iba cambiado de pomaditas, y de pastillitas, y de cosas,

No me dijo el con poca gracia ni una sola fruta vez, (por decir algo) "deja la leche, no comas cereales y derivados, y tomate un zumo de zanahoria con manzana cada día"

Nunca atajó la razón del problema, solo trataba los síntomas de forma contínua, eso es ser me´dicos? 5 años aprendiendo cosa, y encima luego tenemos que ser idólatras con ellos, cual si fueran divinos poseedores del conocimiento,

venga hombre... pero lo malo es que lo entiendo, dan lo que la gente pide, soluciones rápidas para problemas concretos, así nos han adoctrinado,

Recuerdo la historia de una mujer que iba al medico pk respiraba mal y tenis problemas de carganta, le fijo el médico "tiene que dejar de fumar",
ella le dijo: "yo no voy a dejar de fumar, eso no es opcionar, usted ocupese de darme algo para que se me vaya el dolor o me cambio de médico",
flipante no?

en fin

---------- Post added 20-jun-2015 at 19:55 ----------

ya sabemos que las farmaceuticas buscan pelas.
Pero, ¿que pruebas puedo tener yo para convencerme de que hay tratamientos alternativos que funcionen??
Si buscais convencer, dadnos algo.

pero tio, no te vale con que miles de enfermos den su experiencia positiva al respecto?

No no, esos no valen, ajajjaa, tocate los huevones!, solo valen los estudios medicos,
pero que fruta prueba mas fuerte que esa quieres?

Es que hay que estar ciego para no ver la montaña,

Esta es la analogía de un pensador de evidencia científica y la fruta evidencia en su estado puro:

Oye Pedro, Mira, tu que necesitas respirar, si presionas el manubrio de esa ventana hacia abajo y tiras de ella, lograrás abrirla,

-pero que pruebas científicas hay de que si me acerco a la ventana y muevo el manubrio, esta se va a abrir?

-Yo lo he probado y funciona, a parte he leído que mucha gente lo ha probado y también le ha funcionado, por que no lo pruebas?

-pero que garantías tengo? si eso fuera así lo haría todo el mundo, seguro que no funciona,

-shishi acercate de una vez, pruebalo y salimos de dudas hijo de la grandísima,

-No no... para qué? si no hay estudios científicos, a parte, aunque funcionara sería solo mi experiencia, eso no es para todo el mundo, alomjor presiona otro y no funciona entiendes? a parte leí que una vez una persona abrió una ventana y se cayó a la calle y murió, puede ser peligroso, no deberías dar consejos si no eres médico.

-No lo puedes ni probar? mira suicidate demorado,
 
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Bendita sincronicidad...Acabo de recibir este correo de un boletin de salud al que estoy suscrita.
Copio y pego..........

Cáncer: el remedio olvidado que han vuelto a investigar

Estamos en Nueva York en el año 1890. Es de noche. El doctor William Coley da vueltas en la cama. El día anterior, este joven cirujano de 28 años ha visto morir por primera vez a una de sus pacientes. Elizabeth Dashiell, la paciente, ha muerto de cáncer de huesos, y al doctor Coley le invade un sentimiento de culpa e impotencia.

Sale de casa a primera hora de la mañana pero, en lugar de dirigirse como es habitual al New York Cancer Hospital, en donde trabaja, decide ir a la gran Universidad de Yale, que se encuentra a dos horas en tren al norte de la ciudad, en el vecino estado de Connecticut.

En aquella época Yale ya era mundialmente conocida por su Facultad de Medicina. Su biblioteca universitaria cuenta con un archivo que cubre todas las enfermedades conocidas hasta la fecha y que describe con todo lujo de detalles los casos de millones de enfermos.

El doctor Coley buscará en este prodigioso depósito “sarcomas” parecidos al que ha apiolado a su paciente. El sarcoma es un tipo de cáncer. El doctor Coley espera encontrar algún caso en el que pacientes afectados por el mismo tipo de cáncer se hubieran curado, ya que está convencido de que en algún lugar debe existir un tratamiento que hubiera podido salvar a su paciente.

Durante más de dos semanas sus pesquisas no dan ningún resultado. Estudia a fondo kilos y kilos de polvorientos expedientes, pero todos terminan siempre igual, con la fin del paciente.

Comienza a desesperarse hasta que una tarde, a punto de abandonar, realiza un sorprendente descubrimiento.

Curación misteriosa

Sin saberlo, el doctor Coley ha dado con un caso que va a revolucionar los tratamientos contra el cáncer. Y es que ha descubierto el informe médico completo de un hombre al que misteriosamente le desapareció el sarcoma después de haber contraído una enfermedad infecciosa, a día de hoy ya prácticamente desaparecida, denominada erisipela. Se trata de una infección de la piel producida por la bacteria estreptococo. Se manifiesta mediante la aparición de pequeñas manchas rojas en la cara, aunque afectan con mayor frecuencia a las piernas, y va acompañada de fiebre. Sin embargo, no se trata de ninguna enfermedad grave.

Inmediatamente después de haber contraído la erisipela, el sarcoma de este paciente desapareció de forma fulminante. El doctor Coley buscó más casos similares y encontró varios en los archivos, de los cuales alguno de ellos se remontaba a cientos de años atrás: el cáncer (sarcoma) había desaparecido tras una simple infección de la piel.

Descubrió que otros pioneros de la medicina como Robert Koch (descubridor del famoso bacilo, responsable de la tuberculosis), Louis Pasteur y el médico alemán Emil von Behring, que fue galardonado con el primer Premio Nobel de Medicina en 1901, también habían observado casos de erisipela que coincidían con la remisión espontánea del cáncer.

Convencido de que no podía tratarse de una mera casualidad, el doctor Coley decidió inocular el estreptococo (bacteria) responsable de la erisipela a uno de sus pacientes con cáncer de garganta.

El experimento se llevó a cabo el 3 de mayo de 1891 con un hombre llamado Zola. De manera inmediata, el cáncer del señor Zola remitió y su estado de salud mejoró considerablemente. Se recuperó y vivió ocho años y medio más.

El doctor Coley creó entonces una mezcla de bacterias muertas, y por tanto menos peligrosas, llamadas toxinas de Coley. Esta mezcla se administraba mediante una inyección hasta que provocaba fiebre. Se observó que el remedio resultaba eficaz incluso en los casos de metástasis (es decir, cuando se ha producido la extensión del tumor desde el órgano primario a otros distantes de él).

Un joven de 16 años se salva del cáncer

El primer paciente tratado con las toxinas de Coley fue el joven John Ficken, un chaval de 16 años con un tumor abdominal masivo. El 24 de enero de 1893 recibió la primera inyección, que se repitió después cada dos o tres días directamente en el tumor. Cada vez que le ponían una inyección, le subía la fiebre… y el tumor disminuía. En mayo de 1893, es decir, cuatro meses más tarde, el tumor sólo medía una quinta parte de su tamaño original. En el mes de agosto ya era prácticamente imperceptible. John Ficken se curó definitivamente del cáncer (murió 26 años más tarde a consecuencia de un infarto).

Cómo se cortó de raíz este descubrimiento

Pero las toxinas de Coley se dieron de bruces con un terrible “contrincante”: el desarrollo de las máquinas de rayos X (radioterapia), que se podían fabricar a nivel industrial con mayor facilidad.

Hasta el propio Coley se hizo con dos máquinas de radioterapia, pero rápidamente llegó a la conclusión de que eran menos eficaces. Siguió utilizando con éxito las toxinas de Coley durante cuarenta años hasta su fin el 16 de abril de 1936.

El portentoso negocio de la quimioterapia se encargó entonces de garantizar que este remedio, mucho más sencillo, menos peligroso y sobre todo mucho más barato, se quedara en el fondo del cajón de la medicina.

1999: las toxinas de Coley salen del cajón

Por suerte, la historia no se detiene ahí. En 1999, unos investigadores retomaron los archivos que dejó el doctor Coley y compararon sus resultados con los de los tratamientos más modernos contra el cáncer. Y se dieron cuenta de que… ¡los antiguos eran mejores!

“Lo que Coley hacía por los enfermos de sarcoma en su época era mucho más eficaz que lo que nosotros hacemos por estos enfermos en la actualidad”, declaró en su momento Charlie Starnes, investigador de Amgen, una compañía farmacéutica especializada en biotecnología y focalizada, entre otras cosas, en oncología.

La mitad de los pacientes de Coley afectados por un sarcoma vivían diez o más años después de comenzar el tratamiento, frente al 38% de los pacientes tratados con las terapias modernas. En el caso de los enfermos de cáncer de riñón o cáncer de ovarios, sus resultados eran también superiores.

Una gran esperanza para los pacientes con cáncer

Hoy en día, la empresa norteamericana MBVax ha retomado las investigaciones sobre las toxinas de Coley. A pesar de que todavía no ha llevado a cabo los estudios a gran escala que son necesarios para que se puedan comercializar, entre 2007 y 2012, 70 personas se beneficiaron de esta terapia.

Sus efectos fueron tan positivos que la gran revista científica Nature se hizo eco de ello en diciembre de 2013. La información también fue publicada por la revista francesa Le Point el 8 de enero de 2014.

Las personas que han podido beneficiarse de esta terapia no homologada eran enfermos de cáncer en fase terminal, con melanomas, linfomas y tumores malignos de mama, próstata y ovarios. Y es que en los hospitales es habitual permitir que las personas que se encuentran en una situación límite recurran a terapias innovadoras que no se ofrecen a los demás pacientes.

Pese a la extrema gravedad de estas formas de cáncer, las toxinas de Coley provocaron una disminución de los tumores en el 70% de los casos e incluso una remisión completa en el 20% de los casos, según MBVax.

El problema al que se enfrenta la compañía a día de hoy es que, para realizar las pruebas a gran escala exigidas por la normativa actual y construir una unidad de producción de acuerdo con las normas europeas o norteamericanas, la financiación necesaria es de cientos de millones de dólares.

Lo que en 1890 era posible en la consulta de un joven médico de Nueva York apasionado de su trabajo se ha convertido ahora en algo prácticamente imposible en nuestro mundo actual hipertecnológico e hiperasfixiado por normativas.

Esperemos que algún investigador sepa encontrar argumentos destinados a convencer a los expertos de los comités que rigen el futuro de nuestro sistema sanitario de que se necesita un poco de audacia y otro tanto de libertad para permitir el progreso y salvar vidas. Pero eso dudo que lo entiendan tan fácilmente los burócratas que nos gobiernan.

¡A su salud!

Juan-M Dupuis
 
Eso me suena a que lo que pasó fue que se estimuló el sistema inmune.

No es ilógico, de hecho cada día tenemos células tumorales pero no progresan gracias a que el sistema inmune las detecta y elimina.

Pero también sabemos que los enfermos de cáncer son más propensos a infecciones y estas no las curan. Por qué concretamente esa infección por estreptococo sí?
 
q cosa de noticia, pues no se sabe desde hace 40 años que la quimio es cancerígena ya? vaya descubriento
 
Pero es que no es nada oculto, cualquiera que se someta a un tratamiento con quimio sabe que uno de los riesgos es de desarrollar otro tumor distinto 15 años después.

Afortunadamente se está reduciendo mucho ya que se ajustan más las dosis, hay coadyuvantes y muchos tratamientos son anticuerpos monoclonales en vez de quimio clásica, pero sigue existiendo.
 
Chicos, se me ha ocurrido un tratamiento para el cancer huevonudo, consiste en solucionar las causas que crearon el cancer. En vez de tratar los sintomas que son el tumor se trata el origen y de esta forma se soluciona.

Y como hace 100 años casi no había cancer, las causas deben de ser la vida moderna en general.
 
Chicos, se me ha ocurrido un tratamiento para el cancer huevonudo, consiste en solucionar las causas que crearon el cancer. En vez de tratar los sintomas que son el tumor se trata el origen y de esta forma se soluciona.

Y como hace 100 años casi no había cancer, las causas deben de ser la vida moderna en general.

¿Como sabes que hace cien años no había casi cáncer?

La prevención es fundamental y creo que muchos esfuerzos en investigación deberían ir más en esa línea, pero eso no trata un cáncer que ya ha aparecido (y no, no todos se pueden prevenir con buen estilo de vida y nutrición adecuada).
 
Última edición:
¿Como sabes que hace cien años no había casi cáncer?

Porque sabemos la evolución de la incidencia desde que existen registros médicos. Hace 30 tampoco había casi cáncer y ha ido en aumento exponencial desde entonces.

Y como hace 100 años casi no había cancer, las causas deben de ser la vida moderna en general.

Yo voy más allá y culpo directamente al negocio de la medicina. 9 de cada 10 diagnósticos de "cáncer" no son cáncer. Así de claro.
 
No, no la sabemos. Sabemos los casos diagnosticados y registrados, no la incidencia ni la prevalencia de hace cien años.
 
No, no la sabemos. Sabemos los casos diagnosticados y registrados, no la incidencia ni la prevalencia de hace cien años.

Igual que hoy, solo sabemos los casos diagnosticados y registrados. Los no registrados no se sabían ni antes ni hoy.
 
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