9 hábitos de los enfermos de cáncer 'incurable' que se curaron | Cancer Integral
Interesante post del que he puesto el enlace y del que añado el resumen que el autor hace al final, aunque recomiendo leer el post entero.
Sin más preámbulo, las paso a listar:
1. Cambiaron radicalmente su dieta
Eliminaron todo rastro de comida industrial, harinas, azúcares y grano, y consumían alimentos orgánicos con abundantes verduras y vitaminas por doquier.
Muchas de esas personas no consumían carne ni productos lácteos, pero estoy seguro de que el resultado hubiera sido el mismo si hubieran consumido también carne, a condición de que hubiera sido ecológica, de animales alimentados con pasto y algunos productos lácteos como mantequilla (o mejor aún Ghee, que no tiene apenas lactosa y caseína) también procedente de animales criados en pasto.
2. Tomaban multitud de suplementos y hierbas
Otra de las claves. La dieta por si sola no bastaba, y los suplementos por si solos tampoco. Juntos ejercían acciones sinérgicas, y los suplementos solían pertenecer a estos grupos
Suplementos para ayudar a la digestión
Enzimas digestivas: proteolíticas y pancreáticas
Prebióticos y probióticos
Suplementos que detoxifican el cuerpo
Antifúngicos
Antiparásitos
Antibacteriales y antivirales
Detoxificadores
Suplementos para mejorar el sistema inmunitario
Inmunopotenciadores
Vitaminas y hormonas
Incidiré especialmente en este punto en próximos artículos, estudiando los mejores suplementos y desentrañando las mejores marcas y en qué debemos fijarnos para estar seguros de elegir bien.
3. Tomaron el control de la propia salud
Los pacientes que vencían a la enfermedad tomaban el control: asumían consciente y voluntariamente el cambio de vida y protagonizaban las acciones a emprender
Sé por experiencia propia lo difícil que es tras*mitir no sólo el conocimiento acumulado, sino la voluntad de aplicarlo de forma práctica. Es casi imposible que sean efectivas unas medidas que no se apliquen con convencimiento, de ahí que sean más frecuentes los casos de pacientes que salen adelante luego de ser ellos y no un familiar quien estudia y aplica.
No significa que no pueda ocurrir que un familiar provoque el cambio, pero será más difícil. Por eso, a veces, es necesario que el enfermo conozca la dura verdad. Puede llevarlo a la depresión, pero también a la acción, sobre todo si existe una alternativa razonable.
4. Siguieron su intuición
Es difícil de explicar pero sencillo de entender. La intuición como aliada de la inteligencia y del conocimiento puro, que nos alerta de si lo que hacemos es bueno o malo.
5. Liberaron las emociones reprimidas
Una teoría muy controvertida hablaba hace tiempo de ciertas características de personalidad comunes entre los pacientes de cáncer: personalidades tipo C que se caracterizaban por internalizar las emociones y ser poco capaces de mostrarlas; personas generalmente generosas y empáticas, a veces en exceso pero, pese a poder ser socialmente extrovertidas, poco capaces de ‘dejarse ir’.
No tengo ni idea de cuánto hay de verdad en ello, pero la relación científicamente establecida entre cuerpo y mente es sólida. Una emoción enquistada y enraizada como base de una posible enfermedad futura. No proclamo que esté seguro de la verdad de esa teoría, pero desde luego no la considero, en absoluto, descabellada, y no seré yo quien se sorprenda si algún día resulta ser cierta.
Jamás dejo deslizar una sonrisilla pretenciosa ante una supuesta idea estrafalaria. La experiencia previa y el conocer mínimamente la historia nos demuestra que ésta está repleta de personas que avanzaron por delante de su tiempo sumergidos en los improperios e insultos de sus contemporáneos, llenos de cerrazón y estrechez de miras.
Siempre intento considerar sin prejuicios lo que se me plantea y te aconsejo que tú también lo hagas.
6. Potenciaron las emociones positivas
Quien haya leído la historia de ciertos centenarios que alcanzaron avanzada edad sin haber sufrido ninguna enfermedad, encontrarán rasgos comunes: alimentación frugal y saludable, trabajo duro y actividad física hasta avanzada edad, relaciones sociales y familiares satisfactorias y una especial forma de ser, que ‘fluye’, que no se preocupa en exceso por lo que no tiene remedio, que afronta el futuro con escepticismo y, a la vez, con aceptación, que piensa sobremanera en el presente y que no se aferra al pasado.
Una forma de pensar que se puede potenciar mediante la meditación o mediante otras técnicas psicológicas
7. Abrazaron el apoyo social
Al hilo del punto anterior: el apoyo familiar y la calidez como base de la curación: hay pruebas de que el sistema inmunitario se ve afectado positivamente por la certeza de sentirse querido o por un simple abrazo auténtico, cálido y prolongado.
8. Profundizaron en la conexión espiritual o mental
No importa si uno es religioso o ateo: este punto va más allá de la pura trascendencia espiritual. Yo no soy religioso, ni siquiera creyente, pero puedo entender el concepto y respetarlo; quien no se sienta cómodo con ello puede pensar simplemente en términos mentales.
La introspección generosa, el autoconocimiento sin ahondar en sentimientos de culpabilidad, la paz mental, aportan un mejor balance hormonal, y esa relación está también bastante estudiada.
No hablamos de cosas etéreas ni de poner velas perfumadas e invocar a los espíritus (o sí, si ello aporta paz), sino de conocernos y hallar la tranquilidad de espíritu.
Todos los médicos saben del efecto placebo y que tiene poco que ver con la simple sugestión: no significa que uno crea que ha mejorado, sino que uno realmente mejora, y los análisis objetivos pueden constatarlo.
Un electroencefalograma a un monje budista meditando muestra un patrón de ondas cerebrales muy diferente al del común de los mortales, y seguramente también un paisaje endocrino e inmunológico mejorado.
La psiconeuroinmunoendocrinología no sólo es una palabra extraordinariamente larga, sino una cada vez más constatada realidad.
9. Tenían fuertes razones para vivir
Tal vez la más lógica y, a la vez, la menos obvia, pero una consecuencia de algunas de las demás: los lazos personales, la profesión que nos apasiona, los hijos a los que queremos ver crecer, los hermanos y los padres a los que no queremos abatir de dolor con nuestra pérdida…
Querría compartir un enlace que me enviaron mientras escribía este artículo, y os aseguro que hace unos años me habría parecido increíble que yo hiciera algo así:
Es la entrevista a un neurólogo que se pasó muchos años sin creer en nada que no fuera la medicina oficial pero que, gracias a su ausencia de prejuicios y a que “tengo documentados más de treinta casos de curaciones de cánceres a desahuciados por la medicina”, según sus propias palabras, abrió su mente y se dedica a combinar terapias convencionales y alternativas, incluso en hospitales públicos, tal y como ya hacen en hospitales muy renombrados de Estados Unidos.
Todo un canto a la apertura de mente y al interés único por ayudar a sus pacientes: existe un horizonte que no conocemos aún, y que permanece inexplicado pero que no por ello ha de ser inexplicable
La Contra: Francisco Barnosell
La recidiva
Escribo este artículo en febrero de 2015. A mi mujer le detectaron hace una semana una nueva recidiva del tumor cerebral que padece desde hace 10 años.
Aún es pequeño, pero se supone que inoperable. Oncólogos y radiólogos ya se han puesto en marcha para ejercer sus funciones de notarios de experimentos fallidos, y mi mujer intenta poner orden en todas las ideas contradictorias que recibe, en todos los sentimientos múltiples que la abordan. Mis ideas ‘revolucionarias’, por un lado, los cantos de sirena de los médicos, con sus venenos inútiles, por el otro.
Lo comento porque considero necesario ser honesto. Sé que algunos pueden sentirse decepcionados, como si creyeran que poseo la respuesta mágica a un problema tan complejo, pero está claro que no es así y, además, un sistema no puede funcionar si no se aplica bien.
En lo que más hemos fallado ha sido en el punto 3 del anterior listado de 9 puntos: no hay nada que hacer si un enfermo no es del todo consciente de lo que se juega y no pone todo de su parte. Y tampoco si la vida te pone a prueba con circunstancias vitales adicionales excesivamente duras.
A pesar de que los médicos le habían dicho ya hace tiempo lo que le esperaba; a pesar de que intenté que fuera plenamente consciente de que no podíamos andarnos con medias tintas, no hay nada que hacer si no es el enfermo quien se ocupa, con total responsabilidad, sin fisuras, de su tratamiento. Por la parte que me toca, ahora sé que decir la verdad dura y sin componendas puede ser mucho más beneficioso que las medias verdades compasivas.
Después de mucha lucha conseguimos abandonar Madrid y su bullicio, para volver a nuestra tierra, Asturias, en busca de mayor calidad de vida y del cariño de nuestras familias, pero el proceso ha sido demasiado accidentado y dificultoso: una de nuestras hijas ha tenido muchos problemas de salud; problemas físicos congénitos que han requerido 3 operaciones (y la medicina convencional ha sido la que la ha salvado, lo digo bien alto), y en cuatro ocasiones estuvo a punto de morir (jamás olvidaré una de ellas, la más dura, que quedará grabada en mí para siempre, con la tinta indeleble de la desesperación inabarcable).
Cambios de domicilio, meses con mi hija hospitalizada, asumir nuevas tareas, una vida que debería haber sido más tranquila y se tornó caótica, hábitos de alimentación difíciles de mantener, muchas medidas que deberíamos haber seguido y que se quedaron sin aplicar, el sacrificio de un menor sueldo a cambio de tranquilidad: la tranquilidad que no llega y el sueldo que se queda.
Un primer trabajo en Asturias donde topé con personajes ínfimos y perversoss. Un segundo trabajo donde por fin parece que me rodeo de seres humanos. Muertes de seres queridos, la vida que pone las cosas muy difíciles. No es posible que el tumor no terminara por aprovecharse de esa vida desestructurada.
Es muy difícil afrontar un proceso que requiere calma y estrategia en medio de una vida caótica y dura. He estado callado en el blog durante más de un año porque no tenía tiempo para escribir y mi mujer y yo no hemos hecho otra cosa que trabajar y atender a nuestras hijas.
Pero ahora el problema puede ser una ventaja: los médicos se irán retirando poco a poco hasta desaparecer por completo, incapaces de aportar una solución; mi mujer, que sabe ya, sin fisuras ni alternativas, que la esperanza debemos labrárnosla solos, parece por fin dispuesta a asumir esa responsabilidad en su tratamiento que antes nos ha faltado.
Ya no queda más alternativa que ir a por todas.
A partir de ahora
Me gustaría que, en esta nueva etapa del blog, Cáncer Integral sea un foro, un divisadero, una plataforma de opinión donde compartamos experiencias y datos
Sólo soy el balbuciente altavoz de lo que otros han descubierto, pero esas personas forman un nutrido grupo. No estamos solos. Por esa razón me gustaría seguir recibiendo la voz de enfermos, familiares, científicos, bloggers alternativos, exitosos aplicadores de terapias, médicos honestos que apoyan esta labor y hasta investigadores en oncología traslacional que me han dado el espaldarazo teórico y el apoyo emocional que tanto necesitábamos.
A todo ellos les envío mi agradecimiento por su presencia: el blog continúa y espero seguir contando con ellos, con vosotros.
A partir de ahora intentaré incrementar el ritmo de publicaciones, con artículos menos extensos pero mucho más prácticos, focalizados en técnicas, alimentos, moléculas o suplementos concretos, que conformarán una telaraña de acciones sinérgicas enfocadas a vencer.
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---------- Post added 20-jun-2015 at 16:28 ----------
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Perdón, este es el enlace que funciona.