Ojo, que las lenguas romance perdieron las declinaciones, pero montaron un cirio con las conjugaciones verbales, sobre todo nuestra lengua.
Yo no me siento menos que el hablante medio de latín del principio de la era cristiana.
Y luego está el inglés, denostado por todos por haber simplificado toda su herencia, pero que ha conseguido crear un léxico inédito, y una capacidad vertiginosa para la formación de palabras nuevas.
Yo creo que no somos más orates, somos tal cual nuestros ancestros, con un poquito más de conocimiento por la experiencia adquirida.
Y ya los chinos, que por tener chorrocientos ideogramas se las dan de más listos, cuando lo que tienen es un batiburrillo anticuado y muy inútil para el intercambio escrito, comparado con nuestros alfabetos.