Pongo una reseña de un hotel y ahora no paran de llamarme

pabloiseguro dijo:

A veces te ofrecen pasta por quitar la reseña negativa. A mí me pasó con un Airbnb. Como era por whatsapp, lo que hizo el tío fue sacar pantallazos de la conversación y mandárselos a Airbnb, y la empresa decidió entonces que yo estaba extorsionando al propietario de la pocilga y me borró la reseña. Obviamente, yo le había dicho que si me devolvía toda la pasta, le quitaba la reseña sin problema.

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malo de Tasmania dijo:

No pongáis reseñas, ni buenas ni malas. A tomar por ojo ciego. Ellos dan algo gratis? Pues eso.

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perrosno dijo:

Estuve en un hotel la semana pasada, no paraba de escribirme la plataforma para que pusiera la reseña, la verdad que pasaba porque no me gustó demasiado, pero tanta insistencia que al final la puse esta mañana.

No es una reseña muy mala ni muy buena, es neutra tirando a mala y comento mi experiencia sin mas.
Miro el movil hace un rato y tenía cinco llamadas perdidas de un número, lo busco en internec y es de ese hotel. Ya lo he bloqueado. A ver si van a estar llamando todos los días, ¿Me quieren insultar o enviarme al primo de zumosol?
Increipla, si lo se les puntúo peor aun, vaya mafia.

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Setapéfranses dijo:

¿Cataluña?

Esas cosas tan raras solo me las han hecho en esa región.

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mujertor dijo:

jorobar negociación poner reseñas malas a negocios y hacerles chantaje para conseguir cosas gratis

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Gusman dijo:

@OBDC hace lo mismo con los tíos que conoce en los baños de Atocha. Les llama hasta que le bloquean

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Patriota Conservador dijo:

A mí me vinieron a buscar un latinito mazado de gimnasio y un etniano, para que borrará una reseña, está todo documentado, puse la cámara a grabarles el careto mientras hablábamos.

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El Ciego Coplero dijo:

¡He!, Tú, ¡posadero!
¿No habrá una habitación para esta noche?
- Ninguna cama libre. Todo lleno.
Y Dios pasó de largo, qué pena posadero.

Todo hubiera sido de otro modo:
las estrellas columpiándose por tus aleros;
los ángeles cantando en tus balcones;
los Reyes magos perfumando tu patio con incienso,
y en tu fonda, el divino alumbramiento.
Pero: “No queda sitio, ni una cama; lo tengo todo lleno”.
Y Dios pasó de largo, ¡Qué pena, posadero!

Hubieras liquidado, por cierre, tu negocio.
No hay sitio para huéspedes, cuando Dios está dentro.
Dios va ocupando habitación tras habitación,
hasta invadir el corazón entero.
Cerrarías la fonda, pues Dios te reclamaba
toda tu casa para el Evangelio.
Pero: “No queda sitio, ni una cama; lo tengo todo lleno”.
Y Dios pasó de largo, ¡Qué pena, posadero!

El Evangelio empieza ante la puerta
de una fonda en Belén. Y un posadero.
Y el Evangelio sigue reclamando hospedaje:
- “Sólo para esta noche”.
- “No hay sitio: todo lleno”
¿Será mía la fonda? ¿seré yo el posadero?
La mano que llamaba a mi puerta, ¿no sería la estrella
de Belén con aserrín de carpintero?
Si ya no tengo sitio. Y si está todo lleno.
Si Dios pasó de largo ¡Qué pena posadero!

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