Lo que yo me pregunto es cómo hacían para volar con ese peazo radiador delante de sus mismas narices.
No sé si lo dices por el caso concreto de los aviones austrohúngaros, pero en general es que la aerodinámica y la termodinámica no se llevan bien.
Es algo que le he dado muchas vueltas. La forma se debe a la función. Los aviones de Austria son feos porque necesitaban motores más potentes y como alemanes y austríacos sólo tenían motores en línea, la potencia sólo se podía incrementar con un cilindro más alto y una carrera del pistón más largo. Por eso tienen fuselajes altos, y estrechos, para reducir la sección frontal y por consiguiente la resistencia aerodinámica. El Aviatik D.I es un buen ejemplo.
En los Albatros, el radiador lo llevaban en el ala que tenía más eficiencia al tener flujo de aire por ambas caras, pero para 1918 ante el aumento de potencia de los motores se imponen los radiadores estilo automóvil montados en el morro, son ya demasiado grandes para ponerlos en las alas, bueno, poder se puede, como en el Phönix, pero se da de tortas con la aerodinámica.
Es un tema muy complejo y sólo lo he esbozado, pero con los motores en línea, ya sean de una sola fila de cilindros o en V, la visibilidad directamente hacia delante siempre es mala, el radiador es lo de menos, porque ya te bloquea la visión el bloque de los cilindros, y en otros aviones las ametralladoras. Por ello para mirar hacia delante los pilotos ladeaban la cabeza y miraban por el costado del fuselaje. Por eso los costados de la parte superior del fuselaje están inclinados, para permitir la visibilidad tanto hacia delante como hacia cola además de reducir la sección frontal.