Peralta y los cantabros: veinte años tapando bocas

Mouguias

Madmaxista
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Un texto interesante sobre un descubrimiento arqueológico revolucionario. Del blog "Proyecto Mauranus":

Parafraseando al ínclito Miguel Ángel Rodríguez, si la arqueología de las Guerras Cántabras fuese mujer, hoy se pondría de largo; y si fuera un ciudadano, iría a votar. Porque hoy, 9 de Febrero, la búsqueda, localización y estudio de las huellas materiales de la conquista romana de Cantabria cumplen 18 años.No es que tal día como éste, hace casi dos décadas, alguien decidiese de repente que había que salir al campo a tratar de localizar campamentos romanos de campaña, castros asediados, asaltados y destruidos, guarniciones romanas semi-permanentes y demás. Y que había que trascender, sin dejar de utilizarlo, el discurso de las fuentes escritas y, sobre todo, la lamentable visión de una historiografía dominante empeñada por entonces en sostener lo que el tiempo (y el trabajo) han demostrado no ser otra cosa que insensateces: que no hubo nada digno de ser considerado una guerra, que todo el relato de las campañas no fue más que propaganda al servicio de Augusto, que los cántabros únicamente habitaban al sur de la Cordillera y la zona litoral estaba (muy dispersamente) ocupada por poblaciones "residuales" y poco menos que cavernícolas, que sólo hubo un único campamento romano y estuvo bajo la actual Herrera de Pisuerga, que Aracillum estaba en Aradillos, etc. No. No fue así. Hacía ya tiempo que se había dado ese paso y que se estaba trabajando en ello, como también diría el jefe de Miguel Ángel Rodríguez. Eduardo Peralta y la gente que colaboraba con él habían cruzado ya ese Rubicón. Hubo una larga y silenciosa (y silenciada) gestación hasta que aquel domingo de Febrero de 1997 todo saltó por los aires. Y lo hizo de la forma más impensable: en la portada del periódico de mayor tirada y número de lectores de la comunidad autónoma de Cantabria, el Diario Montañés.

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En mi caso, se trata de uno de esos momentos inolvidables que todos tenemos grabados a fuego en las meninges y que aún recuerdo perfectamente. Estábamos en mi piso de estudiante de entonces (lugar en el que viví tres años también inolvidables, por cierto) Enrique, Borja Gómez-Bedia, Marcos Rebollo y yo, preparando (o, más bien, fumando y echando el rato) el examen de Arqueología que teníamos al día siguiente. Hacia mediodía, decidimos bajar a tomar algo al bar Potes (otro sitio mítico "de cuando aquello") y allí, al hojear el periódico, nos dimos de morros con la noticia. Y casi se nos saltan los ojos de las órbitas al leerla.

Ahora, cuando todo esto está más que aceptado, social y académicamente, puede sonar raro, pero en 1997 la noticia supuso una verdadera revolución y puso patas arriba todo el panorama científico sobre la conquista romana de Cantabria (y, por extensión, del norte de la península Ibérica). Y, por supuesto, fue encajado peor que mal por el stablishment universitario. El primer ejemplo lo vivimos al día siguiente, durante el propio examen de Arqueología, cuando un profesor de Historia Antigua entró en el aula, muy azorado y periódico en mano, y se puso a cuchichear con el titular de la asignatura, que se mostraba igual de contrariado, o más, por la noticia. Creo que tampoco olvidaré nunca aquella escena.

Todo lo que vino a partir de entonces daría para escribir varios libros y no es este el lugar para tratar sobre ello. Resumiendo mucho, se puede decir que entonces empezó una "guerra" (en sentido figurado, pero sin cuartel) entre Peralta, su equipo y sus apoyos extra-universitarios, por un lado; y prácticamente todos los demás que habían trabajado o trabajaban el tema de la conquista y la romanización (que se repartían entre la indiferencia hacia los nuevos hallazgos, la burla poco disimulada y la abierta y declarada hostilidad), por el otro. Una guerra total, en ocasiones sucia, donde muchas veces lo personal se mezcló con lo científico y en la que, como no podía ser de otra forma, hubo muchas bajas (también figuradas, pero, a su manera, muy reales).

Nosotros, jóvenes e inconscientes, no tardamos en tomar partido. Nos liamos la manta a la cabeza y nos fuimos a excavar con Peralta y su equipo, con quienes, durante años (los de la "Arqueología Heroica"), compartimos muchas penurias, pero también muchos pequeños momentos de gloria y muchas situaciones únicas, irrepetibles y, en ocasiones, muy muy bizarras (algunas, incluso peligrosas para nuestra integridad física y/o mental). La Espina, Cildá, La Muela, el Cerro de la Maza, La Loma.... Todos constituyen ya una parte importante de nuestra vida, arqueológica y en general. Yo siempre tuve clara la idea de estar "haciendo historia" (o de estar ayudando a que se hiciera, más bien). Puede sonar pretencioso, pero es así como lo sentía. Y creo que el tiempo me ha dado la razón: 18 años después, el panorama es radicalmente distinto. Ya nadie con dos dedos de frente cuestiona la existencia de las guerras ni niega una importante presencia militar romana en Cantabria. Los campamentos romanos son reconocidos como tales, no se acusa a nadie de comprar denarios en el Rastro y "colocarlos" en los yacimientos y tampoco se escucha a respetables cátedros afirmar a gritos que es imposible que una legión hubiese acampado en el Campo de las Cercas (tenía razón: es probable que realmente fueran dos legiones) porque, de haberlo hecho, "habrían convertido el Besaya en una cloaca". No se ve a los cántabros de finales del siglo I a. de C. como una especie de Picapiedras echados al monte, sino como lo que realmente fueron: un conjunto de pueblos profundamente celtiberizados, de cultura casi protourbana en algunas zonas y capaces de ofrecer una importante resistencia militar a Roma, como atestiguan los numerosos castros asaltados y reocupados por guarniciones legionarias. Y quedan muy pocos que sigan afirmando que lo que dicen Floro, Orosio o Dion Casio es mera propaganda imperial. El mapa de Cantabria, el de Asturias y ahora también el de Galicia están salpicados de nuevos enclaves relacionados con la conquista y/o la posguerra, ofreciendo una imagen que no tiene nada que ver con la de hace 18 años. Y siguen apareciendo más, año tras año.

Una de las cosas que más me fascinan de toda esta historia es ver (y leer) cómo algunos de los que lo negaban todo hace 15 años dan lecciones ahora sobre la importancia de los escenarios de la guerra en los montes de Cantabria, Palencia y Burgos. Y vienen a mi memoria algunas palabras dirigidas a mí y que tuve que oír de boca de terceros... En fin. Como pasa siempre, el tiempo termina poniendo las cosas en su lugar. Y yo tengo buena memoria.

En lo estrictamente académico, el congreso de Octubre pasado en Gijón sirvió para repasar el estado de la cuestión a finales de 2014 y ha significado, en cierta medida, la "victoria" de un Eduardo Peralta bastante alejado, hoy por hoy, del trabajo de campo (y también la de quienes le acompañaron en este periplo). La arqueología de la conquista romana del norte de Hispania goza de muy buena salud y los avances en la investigación se suceden en varios frentes.

Por nuestra parte y aunque dejamos de formar parte de su equipo hace años (la edad, el trabajo y esas cosas), nunca pudimos sacudirnos del todo las ganas de seguir aportando al tema. Así, a nuestro trabajo pionero (y cañero) de 2001 le han seguido algunas otras contribuciones, como el artículo que firmamos con el propio Peralta en 2011 sobre las monedas de algunos campamentos, el que escribimos con Rafael Bolado en Cántabros. Origen de un pueblo en 2012 o el que estamos ultimando ahora mismo, también con Rafa, sobre los nuevos establecimientos militares muy posiblemente relacionados con las Guerras Cántabras que hemos descubierto en los últimos años y que presentamos en Gijón. Lo cierto es que tenemos muchas esperanzas depositadas en este último y, sobre todo, en la investigación que tiene detrás, aún en marcha y que sin duda seguirá dando sorpresas.

Y en cuanto a La Espina del Gallego, el yacimiento que junto con Cildá está en el origen de todo y que forma parte de un Bien de Interés Cultural que engloba varios de los escenarios de la guerra desde 2002 ("Conjunto arqueológico formado por los yacimientos de La Espina del Gallego, Cildá, El Cantón y Campo de las Cercas..."), yo ya no creo que se pueda identificar con el Aracillum de los textos latinos (o al menos no creo que sea la opción más probable). Lo que parecía un castro de mediano tamaño asaltado por la legión que avanzaba desde el sur y reocupado por una pequeña guarnición romana ha resultado no ser exactamente eso (aunque casi). Fue tomado y reocupado por los romanos, sí, pero era en realidad un castro muy pequeño (una fortificación destinada a controlar el paso por la sierra). Y todo el recinto exterior se ha revelado finalmente como una obra enteramente romana y que defendía un punto sin duda importante en la "Vía del Escudo", el camino militar de altura que comunicó la costa cántabra y la premeseta durante la inmediata posguerra. A estas alturas, lo de menos es que fuera o no Aracillum. Lo realmente importante es que su reinterpretación por Peralta (fue descubierto por J. González de Riancho en los años 80 del siglo XX), junto a la de Cildá, como un escenario de las Guerras Cántabras supuso un punto de inflexión en la arqueología cántabra (y, en cierta medida, en la peninsular) y abrió la puerta a enfocar el estudio de la conquista romana de la única forma posible: desde la arqueología. En estos 18 años la investigación sobre el tema ha avanzado más que en los 200 anteriores y ése es un dato incuestionable y que habla por sí solo. Celebremos pues esta mayoría de edad como se merece. Y mantengamos el recuerdo de cómo fueron realmente las cosas y quiénes las protagonizaron, no sea que algún día alguien venga a contarnos otra historia y nos la terminemos creyendo.
 
Muy interesante

Yo estuve una mañana allá por el 2002 con Peralta y su equipo. Llegué como un simple curioso y me enseñaron con toda amabilidad y dedicación tanto la excavación del castro de la Espina del Gallego (que por entonces Peralta pensaba que era Aracillum) como el campamento romano de Monte Cildá. Pocos días después visité el campamento romano de Campo las Cercas.

Guardo muy buen recuerdo de aquella visita y también de Eduardo Peralta y su equipo. No os creais que hay tantos arqueologos como ellos: dispuestos a enseñar y comentar su trabajo con los aficionados a la arqueología. Me alegro de que les esté yendo bien.
 
Muy interesante

Yo estuve una mañana allá por el 2002 con Peralta y su equipo. Llegué como un simple curioso y me enseñaron con toda amabilidad y dedicación tanto la excavación del castro de la Espina del Gallego (que por entonces Peralta pensaba que era Aracillum) como el campamento romano de Monte Cildá. Pocos días después visité el campamento romano de Campo las Cercas.

Guardo muy buen recuerdo de aquella visita y también de Eduardo Peralta y su equipo. No os creais que hay tantos arqueologos como ellos: dispuestos a enseñar y comentar su trabajo con los aficionados a la arqueología. Me alegro de que les esté yendo bien.

Es que yo creo que lo importante en todo el articulo es el contraste entre los que aman la historia y los burocratas que viven de ella como podrian vivir de la inspeccion de hacienda:

un profesor de Historia Antigua entró en el aula, muy azorado y periódico en mano, y se puso a cuchichear con el titular de la asignatura, que se mostraba igual de contrariado, o más, por la noticia.

¿Que tipo de mostrenco sin alma hay que ser para ver semejante noticia en el periodico y no solo no entusiasmarse sino por el contrario, TOMARSELO A MAL?
 
Es que yo creo que lo importante en todo el articulo es el contraste entre los que aman la historia y los burocratas que viven de ella como podrian vivir de la inspeccion de hacienda:



¿Que tipo de mostrenco sin alma hay que ser para ver semejante noticia en el periodico y no solo no entusiasmarse sino por el contrario, TOMARSELO A MAL?

Muy cierto, Mouguías. A mí me ha gustado mucho siempre la arqueología y he visitado muchísimos yacimientos. El caso es que en más o menos la mitad de los que había arqueólogos en ese momento me han tratado entre regular y mal. Digamos que desde la indiferencia motejada de molestia (regular) hasta vigilarme todo el tiempo de forma obsesiva, echarme directamente, acusarme sutil y no tan sutilmente de presunto expoliador, etc. Todo ello sin hacer nada malo ni tan siquiera dudoso pues conozco muy bien el tema del expolio y la legislación al respecto.

Es evidente que muchos de ellos no digo que no les interese la Historia pero sí que lo que de verdad les interesa es mantener a toda costa su puesto mamandurrio en la administración.
 
Última edición:
Eso que comentas, Frank Lucas, por desgracia resulta muy habitual. Bastante vergüenza ajena pasa una cuando los jefes no tienen problema alguno en perder el tiempo con jerifaltes, concejales de cultura y picateclas variopintos (escuchar a uno decir que porqué los muros romanos tienen tierra por encima mientras te mira picar a 45ºC fue el culmen este verano) y en cambio se esconden cuando aparecen los vecinos... Al final es la gente de la zona la que tiene que saber lo que hay si en algo se quieren valorizar y cuidar los restos, el furtivismo se combate callándose la bocaza en el bar cuando aparecen cosas que los atraen, no negándoles al resto el conocimiento de su patrimonio.

Afortunadamente la Arqueología Pública y otras corrientes vienen a derribar el misticismo y las memorias sin entregar de investigaciones con fondos públicos.

PD: por supuesto Mouguías si quieres saber qué cara de vinagre se le queda a la gente en esos casos, no tienes más que recordar qué catedráticos negaban el sustrato indígena en los castros asturianos y se horrorizaban a cada nueva datación xD
 
Hace poco salio un libro teorizando sobre este asunto, sobre el papel de los vecinos en los yacimientos, criticando el modo en el que se les viene arrinconando, como si el castro de al lado no tuviese nada que ver con ellos:

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Si quieres saber qué cara de vinagre se le queda a la gente en esos casos, no tienes más que recordar qué catedráticos negaban el sustrato indígena en los castros asturianos y se horrorizaban a cada nueva datación xD

Yo no entiendo un pimiento. Vale que soy un profano etc etc pero es que no tenia ni pies ni cabeza postular que los castros eran de origen romano si la tradicion constructiva era, evidentisimamente, NO ROMANA. No se, me parece de sentido comun: ¿Los romanos se traen obreros para las minas y los ponen a levantar poblados amuralllados en posiciones estrategicas, casas redondas, calles serpenteantes, etc etc...?
Lo ultimo son los articulos de Fanjul Peraza y de Angel Villa afirmando que ya habia mineria con galerias e incluso, "ruina montium" en epoca prerromana. Como para darle un sincope a los que escribian que el vocabulario indigena empleado por Plinio no prueba nada, que los indigenas eran unos mastuerzos inutiles y que la mineria...


Prejuicio colonial a tope, colega.
 
Última edición:
Eso que comentas, Frank Lucas, por desgracia resulta muy habitual. Bastante vergüenza ajena pasa una cuando los jefes no tienen problema alguno en perder el tiempo con jerifaltes, concejales de cultura y picateclas variopintos (escuchar a uno decir que porqué los muros romanos tienen tierra por encima mientras te mira picar a 45ºC fue el culmen este verano) y en cambio se esconden cuando aparecen los vecinos... Al final es la gente de la zona la que tiene que saber lo que hay si en algo se quieren valorizar y cuidar los restos, el furtivismo se combate callándose la bocaza en el bar cuando aparecen cosas que los atraen, no negándoles al resto el conocimiento de su patrimonio.

El tema del furtivismo y el expolio constituye un sinsentido más de alto nivel, de los muchos que pueblan la administración española.

En pocos países como en éste se estimula más el furtivismo por parte de quien debiera poner los medios para evitarlo. Al bueno, al honrado, al que tiene legítimo interés en la Historia y la Arqueología en muchas ocasiones se le ningunea, se le ofende, se le maltrata cuando va a un yacimiento a plena luz del día delante de todo el equipo de excavación (ergo con nulas intenciones de expoliar). El arqueologo de turno se queda bien a gusto metiéndose con el aficionado de turno y luego, cuando llega su hora, se va a su casa todo ufano él. Llegada la madrugada, mientras el arqueologo duerme su satisfecho sueño, los desaprensivos de siempre entran en el yacimiento y lo revientan de arriba a abajo. Al día siguiente, claro está, el arqueologo encolerizado puede protestar todo lo que quiera que a nadie le importa demasiado. Yo amo la Historia pero, mira, si le joroban algo a ese chuletilla arqueologo casi que lo doy por bien empleado.

Otro caso harto frecuente: hallazgo "casual" --más o menos-- de un bien arqueológico por parte de alguien que acude a las autoridades arqueológicas a declararlo. Inmediatamente empiezan los mosqueos por parte de las preclaras autoridades. Preguntas por aquí, malas caras por allá. El declarante puede darse por satisfecho si solamente le incautan lo hallado y no le empuran además, todo ello pasando por alto que la ley deja bien claro que tiene derecho a un premio económico por el hallazgo. ¿Consecuencia obvia? la siguiente vez que encuentre algo (son gente muy "afortunada", mire hustec) el declarante se lo queda o lo enajena en el mercado clandestino. Todo muy edificante para la cultura y el patrimonio patrios. Y sin embargo los arqueologos siguen contentísimos con dicha práctica. Qué les importa que en Gran Bretaña aparezcan tesoros arqueológicos de gran valor con cierta frecuencia y aquí en España no aparezcan ni por casualidad desde hace muchos años. Jo, qué mala suerte tenemos! piensan algunos arqueologos, ignorantes --o no-- de que aquí en España aparecen regularmente unos tesoros acojonantes de los que la "burrocracia" arqueológica no ve nunca siquiera el pelo. De locos. Y mientras nuestros conocimientos sobre el pasado hispano se van quedando estancados... pos fale.
 
Desenterrar tesorillos tampoco es que aporte de la ostra al conocimiento del mundo hispano... de todas formas es mucho más sencillo explicarse, enseñarles lo que realmente sale (cerámicas y huesacos) y que no se hagan caricias mentales con lo que podría haber como para hacer butrones nocturnos destrozándote la estratigrafía. En según qué ámbitos es alucinante, por ejemplo en subacuática por aguas de Mallorca me contaban los compas que como tienen obligatoriamente que respetar los protocolos de tiempo de inmersión, en cuanto suben ellos y se van a puerto les saquean, y así todos los días. En más de una excavación nos ha visitado el SEPRONA mes y pico después de iniciados los trabajos (y comunicado nuestra presencia) porque "nos han visto por la tele", los mismos que tendrían que proteger el yacimiento por las noches.

En todo caso, como en toda práctica, hay buenos y malos profesionales. El Xurxo también tiene lo suyo xD Pero cada vez más se convierte en tónica la comunicación pública de los resultados y la intención al menos de participar en la dinamización cultural de la zona. Algunos están más acostumbrados al mundo académico y a hacer las cosas sin dar explicaciones, por fortuna no son precisamente los que más excavan...
 
Desenterrar tesorillos tampoco es que aporte de la ostra al conocimiento del mundo hispano

Hay "tesorillos" y "tesorillos". La cantidad de armas que aparecen en los lagos de Suiza y alrededores nos tras*miten una informacion valiosisima sobre creencias, tecnicas artesanales, evolucion de la decoracion y del arte, etc etc. Luego te encuentras un casco en el fondo de un río de Soria y te das cuenta de que las mismas creencias y rituales llegaron al sur de los Pirineos.

Esto de aqui aparecio en Zaragoza hace poco

cacos-celtibericos-expoliados-marzo2013.jpg


Y termino subastado en Alemania. El gobierno español, que va sobrao, ni se molesto en recuperar las piezas.
En Asturias hubo muchos, muchisimos hallazgos que se perdieron sin dejar rastro porque nadie se molesto en organizar la compra de las pilas de torques y armas que aparecieron a lo largo del XIX y el XX. Asi tenemos el museo arqueologico: desolado, y da la falsisima impresion de una Edad del Hierro sin excedentes, ni arte, ni guerra ni elites.
Piezas como estas, para empezar, son las que atraen a la gente a los museos y las que pueden despertarles el gusanillo a los chavales, o al menos a uno de cada quinientos. Para continuar, estas piezas sofisticadas son las que dinamitan las teorias sobre una sociedad rudimentaria, "igualitaria" y "atrasada". Resulta que habia riqueza, resulta que habia una aristocracia guerrera igual que en la Galia, y con un arte tan sofisticado como el de Centroeuropa. Y por ultimo, es en estas piezas aristocraticas donde aparecen a veces representaciones figurativas que pueden darte alguna pista sobre el mundo de las creencias, estilo diadema de Moñes.
A mi me parece una informacion clave.
 
El tema del furtivismo y el expolio constituye un sinsentido más de alto nivel, de los muchos que pueblan la administración española.

En pocos países como en éste se estimula más el furtivismo por parte de quien debiera poner los medios para evitarlo. Al bueno, al honrado, al que tiene legítimo interés en la Historia y la Arqueología en muchas ocasiones se le ningunea, se le ofende, se le maltrata cuando va a un yacimiento a plena luz del día delante de todo el equipo de excavación (ergo con nulas intenciones de expoliar). El arqueologo de turno se queda bien a gusto metiéndose con el aficionado de turno y luego, cuando llega su hora, se va a su casa todo ufano él. Llegada la madrugada, mientras el arqueologo duerme su satisfecho sueño, los desaprensivos de siempre entran en el yacimiento y lo revientan de arriba a abajo. Al día siguiente, claro está, el arqueologo encolerizado puede protestar todo lo que quiera que a nadie le importa demasiado. Yo amo la Historia pero, mira, si le joroban algo a ese chuletilla arqueologo casi que lo doy por bien empleado.

Otro caso harto frecuente: hallazgo "casual" --más o menos-- de un bien arqueológico por parte de alguien que acude a las autoridades arqueológicas a declararlo. Inmediatamente empiezan los mosqueos por parte de las preclaras autoridades. Preguntas por aquí, malas caras por allá. El declarante puede darse por satisfecho si solamente le incautan lo hallado y no le empuran además, todo ello pasando por alto que la ley deja bien claro que tiene derecho a un premio económico por el hallazgo. ¿Consecuencia obvia? la siguiente vez que encuentre algo (son gente muy "afortunada", mire hustec) el declarante se lo queda o lo enajena en el mercado clandestino. Todo muy edificante para la cultura y el patrimonio patrios. Y sin embargo los arqueologos siguen contentísimos con dicha práctica. Qué les importa que en Gran Bretaña aparezcan tesoros arqueológicos de gran valor con cierta frecuencia y aquí en España no aparezcan ni por casualidad desde hace muchos años. Jo, qué mala suerte tenemos! piensan algunos arqueologos, ignorantes --o no-- de que aquí en España aparecen regularmente unos tesoros acojonantes de los que la "burrocracia" arqueológica no ve nunca siquiera el pelo. De locos. Y mientras nuestros conocimientos sobre el pasado hispano se van quedando estancados... pos fale.

Porque la legislación española, la andaluza mas que ninguna, criminaliza el hallazgo, el rescate. No estoy defendiendo el expolio, los yacimientos deberían de estar vigilados y señalados de verdad, al no estarlo, parece como si se propiciara el expolio para que luego se puedan cacarear en los medios las detenciones de expoliadores y poder ponerse medallas políticos y administraciones. No se trata de evitar el expolio, se trata de colgarse medallas y al yacimiento y la historia que le den por saco.
 
Desenterrar tesorillos tampoco es que aporte de la ostra al conocimiento del mundo hispano... de todas formas es mucho más sencillo explicarse, enseñarles lo que realmente sale (cerámicas y huesacos) y que no se hagan caricias mentales con lo que podría haber como para hacer butrones nocturnos destrozándote la estratigrafía.

El hallazgo de tesorillos, aún considerando que sólo sean las típicas acumulaciones de Galienos o bajo imperios, típicas de los hallazgos ingleses, hace mucho más por la concienciación del público profano que los hallazgos de tipo académico: cerámicas y restos oseos. Al final y al cabo la gente, cuando ve tanta monedas juntas, se piensa que ha sido un hallazgo importantísimo, lo que despierta su curiosidad, interés y amor por el patrimonio. Estoy de acuerdo que en muchos casos los tesorillos de monedas no aportan demasiada información y que un borde de vasija concreto sí que puede aportarla pero también hay que tener en cuenta esto que acabo de decir. Y claro, si ya es un hallazgo con material realmente importante pues eleva su capacidad de concienciación a la octava potencia. Y lo cierto es que a la luz pública no sale absolutamente nada de lo que se encuentra fuera de las excavaciones arqueológicas: ni lo bueno, ni lo malo ni lo regular. Está claro que hace falta una ley de patrimonio distinta: la que tenemos está fracasando estrepitosamente.
 
Si hombre, claro que los hay espectaculares. Pero a lo que voy es que ya de por sí en estos años de crisis se ha incrementado el expolio generalizado de yacimientos como para creer que tener a más tíos con pitas cargándose estratigrafías va a ayudar mucho en el conocimiento de tal época. Y precisamente en Asturias nos sobran ejemplos de piezas fantásticas que nadie sabe donde aparecieron y que por tanto quedan completamente descontextualizadas y acaban en oscuras colecciones privadas o en museos de cualquier parte menos España.

No creo que la maldita sed de oro que ya denunciaron los clásicos sea lo único que debe atraer. Esa tendencia a identificar solo lo valioso, los "tesoros", que tanto les gusta a los picateclas, flaco favor le hace al conocimiento. Aparte que he puesto "tesorillos" intencionadamente: un hallazgo aislado de monedas en una ubicación sin ningún resto de asentamiento lo único que nos ofrece es una fecha ante quem de la ceca y cero información sobre la sociedad que lo elaboró, a lo sumo podemos hablar de "inseguridad" que les lleva a ocultarlo si nos lo encontramos datado en un período de crisis y poco más, el resto son caricias mentales que nos hacemos.

Por otro lado lo de vigilar y señalizar yacimientos me parece de chiste. Póngase una comarca cualquiera con 300 yacimientos megalíticos y 400 enclaves romanos, delimítese y póngase agente del SEPRONA en cada cual.

Y ya respecto al marco legislativo, recordar que la Ley de Patrimonio Histórico vigente desde 1985 habla de que los yacimientos y sus materiales son "de dominio público". Luego hay una trasposición de esa ley adaptada a cada comunidad, con diferentes instrumentos y regulaciones (por ejemplo en Cantabria prospectar visualmente, sin alterar, no se puede hacer sin permiso), así que más que hablar de "fracaso estrepitoso" habrá que ir desgranando cada cual en la que falla... O mirar las que se han tumbado como la de la Comunidad de Madrid por estar diseñadas precisamente para cargarse el dominio público y enajenar patrimonio.
 
Por otro lado lo de vigilar y señalizar yacimientos me parece de chiste. Póngase una comarca cualquiera con 300 yacimientos megalíticos y 400 enclaves romanos, delimítese y póngase agente del SEPRONA en cada cual.

Y ya respecto al marco legislativo, recordar que la Ley de Patrimonio Histórico vigente desde 1985 habla de que los yacimientos y sus materiales son "de dominio público". Luego hay una trasposición de esa ley adaptada a cada comunidad, con diferentes instrumentos y regulaciones (por ejemplo en Cantabria prospectar visualmente, sin alterar, no se puede hacer sin permiso), así que más que hablar de "fracaso estrepitoso" habrá que ir desgranando cada cual en la que falla... O mirar las que se han tumbado como la de la Comunidad de Madrid por estar diseñadas precisamente para cargarse el dominio público y enajenar patrimonio.

Porque le parece de chiste?. A mi me parece que el sueldo de arqueólogo en este país no da para mucho y hay que compensarlo con "extras". Tan interesados en mantener este desatino de leyes patrimoniales tienen los castuzos corruptos como otros muchos que están por debajo de ellos...
 
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