Las razones por las que hace 40 años un piso se pagaba rápidamente
Por Préstamos Ideales / 25 marzo, 2021
La vivienda es un bien básico que, sin embargo, cuyo precio ha tenido un crecimiento no lineal. Esto no deja de suponer un inconveniente para aquellas personas, parejas o familias que desean tener un hogar en propiedad. Ya que han de destinar gran parte de sus ingresos a ello. Sin embargo, el precio de los pisos hace 40 años no tenía nada que ver con los precios actuales.
Lo que costaba la vivienda a principios de los 80
El coste de un piso en una ciudad en los 80, no tenía nada que ver con la actualidad. Ya que el encarecimiento se ha multiplicado nada menos que por 6. En aquellos años, se podía comprar un piso de unos 100 metros cuadrados de media por un precio no superior a 1 millón de pesetas, unos 6.000 euros. El pecio del salario mínimo en España en 1980 era de 154 euros, es decir, 25.000 pesetas.
La compra de una vivienda era algo habitual, alquilarla era quizás algo más residual. La vivienda podía ser asumida con un solo sueldo, y la deuda quedaba abonada en un máximo de 10 años; aunque lo habitual era que fuesen menos. De esta forma, era muy común que un matrimonio afrontara la compra de dos residencias. Siendo una como vivienda principal y otra de vacaciones; esto sin que su economía llegase a tambalearse. Además, la alta tasa de inflación de aquella época, en torno al 25%, hacía que las viviendas no tuviesen un precio tan hinchado como ahora. Aunque los intereses a pagar por los préstamos hipotecarios fuesen mayor.
Eso llevaba a una situación, la deuda contraída por la compra de la vivienda quedaba liquidada en poco tiempo. Además los sueldos no paraban de crecer progresivamente. De ahí la razón por la que una vez que se saldaba la hipoteca con el banco, se podía afrontar la compra de una vivienda residencial y volver a dejarla pagada en poco tiempo.
Las razones por las que hace 40 años un piso se pagaba rápidamente
El precio de los pisos hace 40 años no tenía mucho que ver con los actuales, y era posible afrontar su compra con una sola nóminaprestamosideales.es
Las razones no las van a decir, que no queda bonito
Aunque no fuese pobre (económicamente hablando), no me metería en una hipoteca de 30-40 años ni loco. Si pudiera comprar, buscaría algo decente (aunque hubiese que reformar), alejado de la ciudad y pagándolo íntegro. Todo lo que sea pagar mensualmente algo por mucho tiempo es una atadura, una soga, que en el momento que pueda ir mal el asunto lo pierdes. Esfuerzo para nada. Dicen lo mismo del alquiler, pero esto tiene la ventaja de que si me fuera mal por lo que sea, me podré ir y buscar otro sitio sin estar amargado por los problemas de una hipoteca impagable.
Se dieron cuenta que ese "chollo" que había aún en los 80 no debería seguir, para llevarnos a esto. Aunque haya personas a las que le vaya bien (siempre las hay en mayor o menor medida), sí, antes era más "sencillo" todo, no quería decir que no supusiera un esfuerzo, pero lo que vivimos ahora es escandaloso, todavía peor que lo que había antes del estallido de 2008 (que ya es decir). Además, con mucho trabajo (en la privada, sobre todo) muy mal pagado, y sueldos casi estancados, subiendo anualmente una cosa irrisoria.
Es entendible que hay que buscarse la vida y esforzarse, pero existe la paradoja de que a pesar de que hay mucho vago, para hacer una vida decente nos piden mayor esfuerzo (sacrificio) que hace 40 años. Para los trabajos de oficio que hacen falta (según parece) se paga muy poco en comparación con otros trabajos como dicen por aquí de "pinta y colorea", eso, para empezar es una falta de respeto. Nadie (o muy pocos) quiere partirse la espalda de sol a sol casi por 1200€ para estar pagando 800-900€ al mes por una hipoteca de un piso de 60 metros cuadrados con medio siglo de construcción. Esto lo hacen los que tengan familia a cargo y la esposa le puede ayudar económicamente (con apuros), es normal que cualquier hombre soltero y sin familia no quiera pringarse en semejante castigo.
Lamentablemente, lo tiene todo muy bien perfilado para que estemos así. Además, echándonos reproches unos a otros por cosas que, en la mayoría de casos, no tenemos poder de maniobra.