Descubren en Alemania una espectacular cámara funeraria de los primeros celtas
El túmulo, de 2.600 años de antigüedad, es de roble macizo y ha permanecido intacto
La cámara funeraria descubierta se encuentra cerca de la localidad de Riedlingen // Oficina Estatal para la Conservación de Monumentos del Consejo Regional de Stuttgart/Andreas Dubstaff
Hasta ahora sólo se había descubierto una tumba celta principesca de este tipo en Centroeuropa, un hallazgo en Villingen, en la Selva de color, realizado en 1890 y popularmente conocido por los turistas como Magdalenberg. Este segundo descubrimiento en Baden-Württemberg de una cámara funeraria de la época celta de 2.600 años de antigüedad, completamente conservada, aparta la sospecha de excepcionalidad y confirma la existencia de una cultura funeraria nobiliaria con la que las sociedades celtas del siglo VI a.C.
Destacaban a sus élites.
La cámara de roble macizo ha permanecido intacta, a pesar de que en algún momento, a lo largo de su historia, fue asaltada por los saqueadores. Los únicos objetos encontrados en el interior de la tumba han sido huesos de lechón, posiblemente allí depositados como alimentos para los muertos, y clavos decorativos.
«Sí, por supuesto, nos hubiese gustado y de alguna forma esperábamos encontrar mucho más en su interior, pero el hallazgo arqueológico definitivamente lo compensa, porque, desde nuestro punto de vista, los objetos que contenían estas cámaras están ya documentados en otros yacimientos y la estructura de la cámara es científicamente más importante»», lamenta el arqueólogo estatal Dirk Krausse.
«La madera de la que estaban construidas no suele perdurar, por lo que no es posible observar y estudiar estas construcciones, sin embargo aquí lo tenemos todo delante de nuestros ojos», celebra el hallazgo único.
Complejidad
La cámara funeraria tiene más de tres metros de ancho y cuatro metros de largo. La construcción reviste complejidad porque las vigas debían soportar sobre sí todo el peso de la colina, que era levantada artificialmente después de que el cuerpo del personaje principesco y todos los regalos y depósitos hubieran sido depositados en su interior.
Schematic graphic reconstruction of the burial mound with burial chamber and grave robbers' tunnel.
Los arqueólogos han levantado ya su techo oscuro de roble macizo, que pesaba casi dos toneladas, según Roberto Tarpini, que dirige las excavaciones. Sospechan que los pesados tablones eran arrastrados con yuntas de ganado desde el punto de la tala hasta el lugar de la construcción. Las antiguas tablas del suelo de la estructura todavía están bien conservadas, así como algunas paredes laterales, aunque los muros se han derrumbado parcialmente.
El suelo intacto, de roble oscuro, ejerce una especial fascinación sobre los científicos, que esperan haber recuperado todas las tablas que lo componen antes de fin de año, para acelerar su conservación ahora que están expuestas a la atmósfera. De lo contrario, se romperían y descompondrían muy rápidamente. En primer lugar hay que sumergirlas en baños químicos en el mismo lugar de la excavación, en recipientes de plástico, y después serán trasladadas en condiciones seguras al taller de restauración de la Oficina Estatal de Monumentos cerca de Fellbach. Allí se van a liofilizar, un proceso que dura entre tres y cuatro años.
Los anillos anuales de los troncos de madera permiten fechar con precisión el hallazgo, que corresponde al año 585 a.C. Los arqueólogos han encontrado clavos decorativos de bronce y clavos de hierro en un túnel utilizado por los saqueadores. Cuando los celtas emigraron a la zona, alrededor del año 600 a. C., ya estaban acostumbrados a tratar con el hierro y seguramente la presencia del mineral tuvo que ver en la ubicación de sus asentamientos. Estos colonos eran criadores de ganado vacuno y porcino, además de hábiles artesanos, pero el duro clima permitía poca agricultura y probablemente el cultivo de cereales no era posible.
No se ha podido identificar quién fue enterrado allí. Durante las excavaciones, han sido encontrados huesos humanos cerca de la superficie, en el borde de la tumba, concretamente el esqueleto de un hombre de entre 25 y 30 años. Entre los huesos, además, han aparecido dos broches de bronce para prendas de vestir y un pequeño cristal de roca. Probablemente se trate del llamado entierro posterior fuera de la cámara funeraria. «La cámara se va a reconstruir a escala 1:1 para que incluso el profano pueda tener una idea exacta de cómo era, qué altura tenía y cómo la construyeron», explica Krausse, orgulloso de poder mostrarla en el nuevo centro de visitantes en Heuneburg.
Esta segunda cámara funeraria ha sido descubierta en un campo cerca de Riedlingen, en el distrito de Biberach, cerca de las conocidas ciudades celtas de Heuneburg y Bussen, bajo un enorme túmulo que tiene un diámetro de 65 metros y todavía hoy casi dos metros de altura, aunque se calcula que pudo elevarse 6 y hasta 8 metros.
Texto:
El túmulo, de 2.600 años de antigüedad, es de roble macizo y ha permanecido intacto
www.abc.es
Fotos:
In a brilliant archaeological find on the Danube Plain near Riedlingen, southwestern Germany, a Celtic burial chamber has been painstakingly unearthed.
www.ancient-origins.net