Miscelánea arqueológica.

Para mi está muy claro.

El casco es "tras*parente". Es decir esos rayajos no son más que el perfil de la cabeza y el pelo del guerrero derrotado. Solo que tras dibujar la cabeza, luego encima pintaron el perfil del casco sin molestarse en borrar o rellenar el hueco del mismo.

Siendo así, el casco quedaría como un "cuenco" liso del estilo de los que copia Sextus Flavius.

Así que efectivamente la hipótesis que parece más plausible, aunque ya no me meto en el tamaño de la nariz o si los cartagineses o fenicios se circuncidaban era que la víctima era de origen púnico.

Es curioso porque querría decir que al final los íberos, que se decía estaban muy influenciados por los fenicios igual no lo estaban tanto y los seguían viendo en general con malos ojos.
Eso explicaría también el vaivén de alianzas entre los indígenas y los romanos o cartagineses en las guerras púnicas. En realidad los pueblos autóctonos verían a ambos como intrusos y se arrimaban a unos u otros dependiendo de quienes consideraran que tenía más probabilidad de ganar. Lo que a su vez cuadra con la mentalidad de pueblos de guerreros mercenarios que tenían un concepto práctico de la guerra y que estaban acostumbrados a saquearse entre ellos desde siempre.

Lo que me resulta más llamativo es la visión tan aparentemente céltica de sí mismos que parece traslucirse de esa pintada. Pantalones, pelo largo liso tal vez rubio, cráneos o cascos redondos, rostros con narices redondeadas...

Salvo por la espada falcata es muy parecido al guerrero más a la derecha de esta ilustración de Angus McBride de la cultura La Tene (que también lleva un casco muy curioso):

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Lo que me resulta más llamativo es la visión tan aparentemente céltica de sí mismos que parece traslucirse de esa pintada. Pantalones, pelo largo liso tal vez rubio, cráneos o cascos redondos, rostros con narices redondeadas...

Salvo por la espada falcata es muy parecido al guerrero más a la derecha de esta ilustración de Angus McBride de la cultura La Tene (que también lleva un casco muy curioso):

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Pues porque posiblemente los celtas al final no eran tan celtas, ni los íberos tan íberos. Pensemos que por lógica todos venían de unos ancestros comunes, los varones con haplotipo R1b.
 
”Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito) están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera."
 
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Lo que me resulta más llamativo es la visión tan aparentemente céltica de sí mismos que parece traslucirse de esa pintada. Pantalones, pelo largo liso tal vez rubio, cráneos o cascos redondos, rostros con narices redondeadas...

Salvo por la espada falcata es muy parecido al guerrero más a la derecha de esta ilustración de Angus McBride de la cultura La Tene (que también lleva un casco muy curioso):

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Que el guerrero con la falcata fuera un celta es muy probable porque por las fuentes clásicas se sabe que los turdetanos los contrataban como mercenarios en el siglo III a.C. , incluso uno de los jefes militares turdetanos que se enfrentaron a la oleada turística cartaginesa entre 237-233 a.C. era celta, según Diodoro Sículo ( Istolacio).

El grabado parece ser del siglo V a.C., como todo lo que hay en el yacimiento, y no se sabe si en esa época los turdetanos ya contrataban mercenarios celtas pero podría ser posible. Los "Celtici" que se asentaron en el Alemtejo, norte de Huelva y sur de Extremadura llegaron ahí entre el 800-700 a.C. por lo que hacia el 450 a.C. llevarían 250 años siendo vecinos de los tartesios/turdetanos y habrían desarrollado todo tipo de relaciones incluyendo la contratación de mercenarios o algún tipo de tratado para que los celtas protegieran las fronteras de Tartessos de otros celtas...

Incluso hay quien opina que existe un componente celta o indoeuropeo en el origen de Tartessos, el único teónimo tartésico conocido (Niethos) según varios filólogos tiene que ser indoeuropeo.

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Los arqueólogos descubridores de Urkesh: "Agatha Christie hacía punto en las ruinas de Irak"​

El matrimonio Buccellati, que lleva trabajando unido casi 60 años, es uno de los más eminentes en el estudio de las civilizaciones de la antigua Mesopotamia (actual Siria e Irak)​


Foto: El matrimonio Buccellati.

El matrimonio Buccellati.

Por
Paula Corroto
19/06/2024 - 13:25
Parecía Miss Marple y hacía punto. Se distraía mientras su marido, el prestigioso arqueólogo Max Mallowan, entonces director del mítico Instituto Británico de Arqueología de Irak, dirigía los trabajos en las ruinas de la vieja ciudad asiria de Nimrud, en el actual Irak. Era a comienzos de los años sesenta y así recuerda todavía hoy el eminente arqueólogo Giorgio Buccellati a la escritora Agatha Christie, ya entonces reputadísima autora de Asesinato en el Orient Express o fin en el Nilo. “La conocí en mi primer viaje a Bagdad y estaba ahí, en una esquina, cosiendo”, relata entre risas. “Su marido era extraordinario, un arqueólogo de primera. Pero se equivocó con la ciudad de Urkesh, que creyó que era del imperio romano. Después llegamos nosotros y tuvimos la suerte de encontrarnos con una ciudad del tercer milenio antes de Cristo”, añade.


Ese “nosotros” incluye a Marylin Kelly-Buccellati, su mujer desde hace 58 años y otra enorme arqueóloga. Ambos fueron los descubridores de la fabulosa Urkesh (hoy al norte de Siria en la frontera con Turquía), ciudad de los Hurritas que llegó a tener más de 20.000 habitantes y donde puso sus pies el imperio acadio. Los Buccellati hallaron su verdadero nombre y la presencia de alguno de sus más ilustres habitantes como Taram Agade, la hija del gran rey acadio Naram Sim, un verdadero Napoleón de hace más de 4.000 años. También están detrás de grandes excavaciones en otras partes de Siria, en Irak, Turquía y en Georgia. Unos auténticos Indiana Jones, aunque no les guste nada el personaje fílmico.

“Nuestro trabajo no tiene nada que ver. Lo que hacen estas películas es dar un poco la idea equivocada de lo que es la arqueología, y es que vas, excavas y encuentras cosas importantes que están aisladas de todo lo que les rodea. Lo que nosotros estudiamos siempre es una gran panorámica de lo que ocurrió. Lo que cuenta Indiana Jones es falso porque él lo único que busca son tesoros. Y sí, los hay, pero no son las cosas que extraes, el tesoro es la cultura”, resume Giorgio.


Una profesión sin romanticismo​

Los Buccellati han pasado unos días en Madrid para ofrecer una conferencia en la Universidad Eclesiástica San Dámaso sobre dioses, ritos, rituales y religiones. Un arqueólogo, al fin y al cabo, consiste, según Giorgio, en algo más que rastrear piedras y objetos. Es una mirada al pasado, a cómo vivíamos hace miles de años, a nuestras creencias, a nuestros sistemas políticos, a nuestras costumbres y leyes. A cómo éramos, en definitiva.


Esa es, precisamente, la fascinación que ambos sintieron desde muy jóvenes para dedicarse a esta profesión, tal y como cuentan en animada charla con El Confidencial en una de las salas de la universidad. A él le llegó en Milán donde tras estudiar latín y griego empezó a interesarse por el viejo Israel y la antigua Mesopotamia a través de los textos antiguos. Eso le hizo desplazarse a Irak como epigrafista -los que estudian las tablillas con lenguaje cuneiforme- donde, además de conocer a la venerable Agatha Christie, se quedó entusiasmado con las excavaciones que dirigía Max Mallowan. De ahí se marchó a estudiar la profesión a la Universidad de Chicago, donde conoció a Marylin, y después ambos se trasladaron a Los Ángeles donde fundaron el Instituto de Arqueología de Los Ángeles, que Giorgio dirigió durante diez años. Hoy los dos son profesores eméritos de la Universidad de California.

Ella, por su parte, encontró la vocación en la biblioteca de su pequeña ciudad natal en el estado de Nueva Jersey, en EEUU. Ya de niña sacaba todos los libros de arqueología que podía. Y en cuanto creció se fue a estudiar la disciplina a Chicago donde conoció a Giorgio. Desde entonces casi 60 años les contemplan juntos.


Esta es también, por tanto, una historia de amor, aunque ambos eviten tiznar su trabajo de romanticismo. Eso queda, una vez más, para las películas. Sin embargo, sí recuerdan momentos hermosos como los días que pasaron en Palmira, la bella ciudad siria donde reinó la reina Zenobia hace más de 1800 años. “Nos casamos en abril y en agosto nos fuimos juntos a un proyecto arqueológico. Nos quedamos un mes en una pequeña casa que estaba en medio de uno de los templos. Y fue maravilloso… Imagina estar allí por la noche con la luna llena, caminando y solo nosotros dos. Ese sí fue un momento romántico. Como una segunda luna de miel”, rememora Giorgio entre sonrisas secundadas por ella. Hoy, desgraciadamente, es todo mucho más sombrío: los templos fueron dinamitados por el ISIS en 2015 y de Palmira ya no queda ni la sombra de lo que fue.


placeholderGiorgio y Marilyn Buccellati.
Giorgio y Marilyn Buccellati.

De hecho, a ambos arqueólogos les afectaron aquellos atentados porque también mataron a amigos suyos, como el director del departamento de antigüedades de Palmira, asesinado por el ISIS. “Fue terrible. Creemos que Occidente, sobre todo EEUU, no hizo todo lo que podía haber hecho por defender este lugar… Y luego nos entusiasmó la respuesta de los sirios, sobre todo los jóvenes. Esa es una de las razones por las cuales seguimos allí con un programa que se llama Comunidad Arqueológica que involucra a la gente local y sobre todo a la gente joven. Porque ellos son los que están luchando por una nueva Siria y eso es verdaderamente admirable”, manifiesta Giorgio.


Los descubrimientos en Siria​

Siria. El país de sus desvelos y de sus mejores momentos eureka. El país que les dio Urkesh y el que más les ha ayudado a entender cómo eran las antiguas civilizaciones de la época de Mesopotamia, esa vasta región entre el Tigris y el Éufrates llena de vergeles y maravillosos palacios de los que apenas queda nada (y que cuesta imaginar hoy en día). Y el país que más les ha apoyado siempre en su trabajo.


“Siempre fue extraordinariamente favorable para nosotros. Y quiero decirlo porque a veces de esto hay una percepción equivocada, incluso por parte de algunos colegas. El departamento de Antigüedades siempre fue muy profesional. Por otro lado, nunca experimentamos ninguna dificultad por parte del Gobierno sirio. Incluso hoy en día. En realidad, hoy puedes excavar y trabajar en Siria. Es muy difícil en la zona donde está Urkesh porque es una zona políticamente compleja. Pero ahora tenemos una nueva excavación cerca de Damasco donde fuimos hace un año y estamos planeando volver y seguir. Y hay varias excavaciones en la actualidad en la parte occidental. Hay cuatro excavaciones italianas, una húngara, polaca, checa, rusa y japonesa”, comenta Giorgio, que insiste en que además “nunca hemos tenido un problema de corrupción. Nunca hemos pagado ni un céntimo a nadie en estos cincuenta años que llevamos trabajando allí. Y nunca nos hemos sentido presionados para decir nada político. Ni por parte del departamento de Antigüedades ni del ministro de Cultura ni del Gobierno. Siempre hemos sentido que las instituciones públicas sirias nos han apoyado muchísimo”.

Todo ese esfuerzo durante décadas ha servido a los Buccellati para encontrar textos e ilustraciones en tablillas que nos sirven para entender cómo vivían aquellas personas en la vieja Mesopotamia. Y en lo que creían y por qué. En este sentido, Giorgio se apresura a resaltar que había una diferencia radical entre cómo vivía la gente y lo que cuenta la Biblia. “La Biblia habla de una élite. Es una visión muy limitada de la población”, manifiesta. “En la antigua Mesopotamia lo que se pensaba es que todo podía ser controlado. La razón del desarrollo del politeísmo es porque atribuían estadios divinos al sol, a la luna, al agua, al viento… Podías romperlo todo en piezas, lo que tiene mucho más que ver con un análisis científico de las cosas. Los dioses y rituales se establecieron para explicar la realidad, pero una vez que la explicación ya no era válida hubo que abandonarla y entonces llegó la otra”, añade. La otra es la del profeta Abraham que desemboca en el cristianismo: el monoteísmo, Dios y la entidad irrompible y que no puede ser numerada. Todo lo contrario de la ciencia.


La devolución de los objetos​

En todas las décadas que ambos arqueólogos llevan trabajando las cosas también han cambiado mucho en su ámbito. No solo porque llegaran a cruzarse con una señora que escribía bestseller policiacos y que sigue siendo la más vendida en inglés con permiso de Shakespeare, sino porque la regulación con respecto a los objetos extraídos ya no tiene nada que ver. Sobre todo desde la entrada en vigor en 1975 de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO.


“En Siria nadie se puede llevar nada del país. Está prohibido. Pero allí hicieron algo bonito, ya que crearon una política de museos regionales y, por ejemplo, los objetos que se encuentran en Aleppo o Damasco se los llevan a ciudades más pequeñas del país. A 50 km de donde estamos excavando nosotros están construyendo ahora un museo regional que estuvo a punto de terminarse en 2011 pero que con la guerra se paró. Es un gran museo muy bonito y ahí es donde van a ir a parar todos los objetos que nosotros encontremos. Lo estamos apoyando bastante. Nosotros pensamos que todo lo que se encuentre en Damasco o Aleppo debe quedarse en manos de la gente local porque pertenece a su pasado. Es una gran idea que cada capital de provincia tenga su propio museo”, sostiene el arqueólogo.

Más difícil resulta responder a la pregunta de si algunos objetos deberían volver a su lugar de origen. “Muchos objetos están volviendo ya… pero hay unos límites.... Hay diferentes criterios sobre cuándo, cómo, quién cogió eso. En principio es verdad que los objetos deben estar en su lugar de origen, en particular, si fueron cogidos de forma vandálica. Pero, por ejemplo, el Louvre y el Metropolitan tienen dos leones de bronce que proceden de Urkesh y que fueron encontrados por accidente mucho antes de nuestras excavaciones, en los años treinta, y fueron vendidos en el mercado. Y Siria no los ha reclamado porque aquello sucedió mucho antes de que se aprobase la ley que prohíbe sacar objetos del patrimonio del país”, explica Giorgio.


Pasado y presente​

La charla con los Buccellati abunda en historias y anécdotas. Hoy son dos respetables ancianos que, no obstante, se siguen mostrando apasionados por su trabajo. Marylin, cuenta, sigue trabajando en varias excavaciones en Georgia, donde han hallado las evidencias más tempranas de la civilización de los hurritas, los mismos que estuvieron en Urkesh, lo que muestra todo un corredor comercial y bullicioso hace 4.000 años que abarcaba desde Georgia hasta el golfo Pérsico. Ahí, en esas antiguas ciudades estos arqueólogos pusieron el foco para alumbrar cómo éramos hace todos esos miles de años. “En Urkesh el sistema político era una monarquía y los más viejos del lugar también tenían poder. Los únicos que sabían leer y escribir eran los escribas. Solo el 1% de la población estaba alfabetizado. Es decir, casi todo el mundo dependía de estas personas. Pero bueno, casi como hoy cuando dependemos de los programadores y de los que saben de nuevas tecnologías”, admite Giorgio medio riéndose. El pasado, una vez más, para explicar el presente. Lo que también le fascinaba a Agatha Christie.

 
Un poco lato sensu, pero por qué no ponerlo aquí:

Conoce a los cangrejos de río "gigantes" que viven bajo las antiguas ruinas de Roma​


No queda mucho de la época en que Roma era sólo un valle pantanoso, salvo los cangrejos que se han apoderado de los antiguos canales.
La población de cangrejos de río del Mediterráneo (Potamon fluviatile) podrían haber colonizado los antiguos canales de Roma hace siglos. Aquí, un se posa en una roca en el Foro de Trajano.

En 2005, durante las excavaciones del Foro de Trajano, en el centro de Roma, los arqueólogos hallaron un antiguo desagüe de alcantarilla que contenía un busto de mármol de Constantino del siglo IV d.C. y una población de cangrejos de río con una herencia aún más antigua.
'Potamon fluviatile' en su madrugada

Los cangrejos de agua dulce de esta especie (Potamon fluviatile) habitan madrigueras en ríos y arroyos de toda Italia (en la imagen vemos una en la Toscana).
FOTOGRAFÍA DE EMANUELE BIGGI
Abrumados por los animales, los arqueólogos sacaron cubos de cangrejos de la tierra durante las excavaciones. Conocidos científicamente como Potamon fluviatile, estos crustáceos son los únicos cangrejos de agua dulce de gran tamaño autóctonos de Italia. Los investigadores sospechan que se trata de una población antigua, de cuando Roma no era mucho más que un valle pantanoso.
Estos crustáceos no han sido estudiados a fondo y han caído en el olvido en los últimos 15 años. Puede que esta especie haya visto surgir y caer imperios, pero los nuevos datos de seguimiento sugieren que esta población, antaño abundante, podría estar en peligro de desaparecer.

¿Qué antigüedad tienen estos cangrejos?​

Como era de esperar, el hábitat de estos cangrejos ha cambiado mucho en los últimos 2000 años. La zona sobre la que ahora se levantan el Coliseo y el Foro Romano fue en su día un valle pantanoso alimentado por las aguas del río Tíber, explica el naturalista Gianluca Damiani. Es probable que los antepasados de los cangrejos utilizaran el río como autopista acuática para desplazarse por la zona. Durante la construcción del antiguo Foro Romano, entre el siglo I a.C. y el II d.C., los romanos construyeron la Cloaca Máxima, un sistema de desagüe aún en uso, para drenar la zona y canalizar sus aguas hacia el Tíber.
La cronología de estas obras es una de las razones por las que los investigadores creen que los cangrejos han habitado las alcantarillas de Roma durante siglos. La urbanización separó a los cangrejos del Tíber, aislándolos de otros miembros de su especie y atrapándolos en medio de la ciudad en desarrollo. "Han estado atrapados en el centro de Roma desde la antigüedad. Lo que vemos hoy es una reliquia de una antigua población que vivió allí", explica Damiani.

A lo largo de los milenios, los cangrejos han seguido utilizando este antiguo sistema de alcantarillado para desplazarse por debajo de la ciudad, sobre todo bajo el Foro de Trajano, en canales y túneles en gran parte inaccesibles para los humanos. Los bichos rara vez salen a la superficie y sólo por la noche para alimentarse de desechos humanos y restos de animales.
"El subsuelo de Roma, sobre todo en la zona del antiguo Foro Romano, es muy rico en agua, con muchos pasadizos y escondrijos para sobrevivir", explica Marco Seminara, biólogo medioambiental de la Universidad Sapienza de Roma; "no me sorprende que estos animales hayan vivido allí tanto tiempo". El colapso del Imperio Romano y el desuso del Foro dieron a estos cangrejos un reinado ininterrumpido sobre el territorio, lo que podría explicar la persistencia de la población, añade.

¿Qué sabemos de estos cangrejos?​

La comunidad científica local conoce vagamente la existencia de estos cangrejos desde hace casi un siglo, explica Seminara, que recuerda haber oído hablar de la población de pasada cuando era estudiante. Las excavaciones de 2005 revelaron la magnitud de su número y generaron brevemente cierto interés por estudiar la población.
Entre 2004 y 2006, investigadores de la Universidad Roma Tre capturaron e identificaron casi 500 cangrejos. El equipo informó en 2008 de que los cangrejos de Roma eran entre un 13% y un 20% más grandes que otros miembros de la misma especie. El cangrejo romano medio medía algo más de siete centímetros de caparazón, un posible ejemplo de gigantismo, es decir, cuando una población aumenta de tamaño en comparación con sus parientes.
El estudio también señalaba que los cangrejos romanos crecían más lentamente y se esperaba que vivieran hasta cinco años y medio más que otros miembros de su especie. Estas diferencias de tamaño, crecimiento y esperanza de vida habrían tardado siglos en desarrollarse.

Las mismas excavaciones de 2005 que dieron lugar a ese estudio también desenterraron una red de canales subterráneos que habían protegido a los cangrejos durante siglos, exponiendo a la población a depredadores como gaviotas y cuervos. Seminara encuentra cada vez más partes del cuerpo de los cangrejos que cangrejos vivos. Y, a medida que la superficie se vuelve más cálida y menos húmeda debido al cambio climático, los cangrejos han hecho túneles más profundos para mantenerse frescos y sin ser molestados. "Ahora han profundizado aún más. Es imposible encontrarlos", dice Damiani.
En 2020, el Parque Arqueológico del Coliseo contrató a naturalistas para que ayudaran a vigilar la diversa fauna que habita la zona situada entre el Coliseo y el Foro Romano. Damiani y Seminara formaban parte de un grupo que rastreaba la población de cangrejos por la noche con linternas, desplegaba cámaras de fibra óptica para atisbar en madrigueras poco profundas en el fango y colocaba trampas para capturar y registrar individuos con el fin de realizar estimaciones de la población actual. Los resultados han sido decepcionantes: en los últimos tres años sólo se han identificado seis cangrejos nuevos, dice Damiani.
Aunque esto no indica necesariamente que la población esté al borde de la extinción, sí sugiere que su número está disminuyendo rápidamente. Seminara cree que los cangrejos aún tienen posibilidades de sobrevivir a largo plazo si consiguen adaptarse a una vida aún más protegida bajo tierra. Pero añade que "viendo cómo se ha desarrollado Roma, cómo el Tíber ya no es una autopista del agua para ellos y debido al cambio climático, la población no tiene ciertamente un futuro halagüeño".

La ciudad de Roma decidió no añadir rejillas a los canales expuestos ni erigir carteles de concienciación sobre los cangrejos porque tales medidas podrían arruinar las vistas de monumentos antiguos, como el Coliseo (en la imagen).

¿Sobrevivirán los cangrejos?​

Para garantizar la supervivencia de los cangrejos, los investigadores necesitan fondos para estudiarlos y permiso de la ciudad para colocar rejillas sobre los canales expuestos, de modo que las aves no puedan cazarlos fácilmente. "Nos encantaría estudiar a estos animales porque no sólo merecen ser estudiados, sino también salvados", dice Damiani: "Esta población no puede desaparecer".
Hasta ahora, la ciudad ha denegado las peticiones de Damiani y sus colegas para implantar rejas y señales que informen a los tras*eúntes de la existencia de los cangrejos. El razonamiento, dice, es que hacerlo estropearía la vista de los monumentos antiguos: "No les importan los cangrejos, les importa más que los turistas vayan a ver el Coliseo".
Aunque el futuro de la antigua población de cangrejos de río de Roma es nebuloso, Seminara espera que algún día haya fondos e interés suficientes para seguir investigando la población. Por ahora, los aficionados a los cangrejos deben esperar a ver si estas criaturas solitarias pueden seguir subsistiendo bajo las ruinas de la ciudad.
"Su existencia es ciertamente folclórica. Sería como encontrar un cangrejo viviendo en Central Park", dice; "se trata de un animal único. El hecho de que en el Foro Romano exista el único gran crustáceo de agua dulce que tenemos en aguas italianas, ha generado y generará siempre un cierto asombro."



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Unas excavaciones en el pueblo de Fenstanton, en el condado de Cambridgeshire, Reino Unido, durante la construcción de una nueva serie de viviendas, han sacado a la luz el ejemplo "mejor conservado" del mundo de una crucifixión de época romana.

Se trata del cadáver de un hombre, probablemente un esclavo, de entre 25 y 35 años en la coyuntura de su fin, registrada en algún momento comprendido entre 130 y 360 d.C. Los arqueólogos han encontrado uno de los huesos del talón derecho del individuo, el calcáneo, perforado por un clavo de hierro de cinco centímetros.

"Esto muestra que las personas que vivían incluso en poblados alejados del centro del imperio Romano no podían evitar uno de los castigos más crueles que existían en aquel entonces", añadió.

Este hallazgo se une a los otros pocos que han aportado evidencia de crucifixiones en el mundo: uno en Larda, en Italia, otro en Mendes en Egipto y otro en Giv'at ha Mivar, al norte de Jerusalén, que fue encontrado en 1968.


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Se trata del cadáver de un hombre, probablemente un esclavo, de entre 25 y 35 años en la coyuntura de su fin, registrada en algún momento comprendido entre 130 y 360 d.C. Los arqueólogos han encontrado uno de los huesos del talón derecho del individuo, el calcáneo, perforado por un clavo de hierro de cinco centímetros.

Qué horror.

Gracias por la aportación. Por cierto que en torno a las representaciones de la crucifixión de Cristo siempre hubo cierta polémica sobre la técnica exacta de fijación de las extremidades. Si los clavos se fijaban a los talones es posible que la crucifixión fuera realmente algo así:

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Y vuelvo a decirlo: qué horror.
 
Sin duda que era un tormento horroroso.

La crucifixión, ante todo, no era una exclusividad o invento romano.

Ese suplicio ya era usado por los persas 500 años antes de Cristo, luego lo usaron los griegos, y luego los fenicios, que en las guerras púnicas lo aplicaron contra los prisioneros romanos, estos entonces lo adoptaron, perfeccionaron y le agregaron los elementos de terror y brutalidad inigualables con el claveteado de manos y pies.

Era un castigo que infligía un sufrimiento máximo,el cuerpo experimentaba una mezcla de asfixia, pérdida de sangre y deshidratación, lo que hacía que la crucifixión fuera una forma brutal de ejecución;la quebradura de las piernas impedia el apoyo del reo y aceleraba su fin.

Es discutible si el instrumento llamado "cruz" consistía en dos maderos, vertical y horizontal o si simplemente era un solo madero vertical.

La etimología de los términos "crux", "stauros" o "xilon" no lleva a significados unívocos, por eso aún el tema es motivo de debate.

Vale destacar que en las antiguas civilizaciones de Egipto y Mesopotamia, la cruz tenía diferentes significados y usos.

En Egipto, la cruz era conocida como el “ankh” o “llave de la vida”, un símbolo sagrado asociado a la vida eterna,la divinidad y la resurrección.

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Unas excavaciones en el pueblo de Fenstanton, en el condado de Cambridgeshire, Reino Unido, durante la construcción de una nueva serie de viviendas, han sacado a la luz el ejemplo "mejor conservado" del mundo de una crucifixión de época romana.

Se trata del cadáver de un hombre, probablemente un esclavo, de entre 25 y 35 años en la coyuntura de su fin, registrada en algún momento comprendido entre 130 y 360 d.C. Los arqueólogos han encontrado uno de los huesos del talón derecho del individuo, el calcáneo, perforado por un clavo de hierro de cinco centímetros.

"Esto muestra que las personas que vivían incluso en poblados alejados del centro del imperio Romano no podían evitar uno de los castigos más crueles que existían en aquel entonces", añadió.

Este hallazgo se une a los otros pocos que han aportado evidencia de crucifixiones en el mundo: uno en Larda, en Italia, otro en Mendes en Egipto y otro en Giv'at ha Mivar, al norte de Jerusalén, que fue encontrado en 1968.


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"el ejemplo "mejor conservado" del mundo de una crucifixión de época romana."

Como les gusta a los anglos lo del "más mejor del mundo mundial", aunque sea un p. clavo oxidado. Yo creo que es una especie de complejo lo que tienen.
 
Antiguas tumbas revelan la gran presión fiscal en el Imperio Asirio, donde los pobres eran cada vez más pobres


La investigadora encontró que el declive en la calidad y cantidad de los bienes funerarios a lo largo del tiempo indica una creciente carga económica sobre las comunidades sometidas al imperio, un fenómeno que es visible tanto en el núcleo imperial como en las provincias más centrales. Las tumbas más antiguas y ricas, llenas de objetos de alta calidad y en abundancia, contrastan notablemente con las tumbas posteriores, más modestas y con menos bienes.
 
Análisis de genomas mayas revelan la práctica del sacrificio ritual de niños gemelos

 
Sin duda que era un tormento horroroso.

La crucifixión, ante todo, no era una exclusividad o invento romano.

Ese suplicio ya era usado por los persas 500 años antes de Cristo, luego lo usaron los griegos, y luego los fenicios, que en las guerras púnicas lo aplicaron contra los prisioneros romanos, estos entonces lo adoptaron, perfeccionaron y le agregaron los elementos de terror y brutalidad inigualables con el claveteado de manos y pies.

Era un castigo que infligía un sufrimiento máximo,el cuerpo experimentaba una mezcla de asfixia, pérdida de sangre y deshidratación, lo que hacía que la crucifixión fuera una forma brutal de ejecución;la quebradura de las piernas impedia el apoyo del reo y aceleraba su fin.

Es discutible si el instrumento llamado "cruz" consistía en dos maderos, vertical y horizontal o si simplemente era un solo madero vertical.

La etimología de los términos "crux", "stauros" o "xilon" no lleva a significados unívocos, por eso aún el tema es motivo de debate.

Vale destacar que en las antiguas civilizaciones de Egipto y Mesopotamia, la cruz tenía diferentes significados y usos.

En Egipto, la cruz era conocida como el “ankh” o “llave de la vida”, un símbolo sagrado asociado a la vida eterna,la divinidad y la resurrección.

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Ese castigo los cartagineses lo empleaban contra generales especialmente incompetentes o revoltosos.
 
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