Te doy parcialmente la razón.
Yo en mi anterior vida profesional fui autónomo, y confirmo que fue un infierno, pero no sólo por temas fiscales y de cotización, sino (y esta es la principal razón) porque la "generosa" empresa que tenía como cliente principal (y casi único, porque literalmente me absorbía mi vida) me pagaba una soberana miseria, hasta el punto de que la hora de trabajo me salía por poco más de 11 euros (mis jornadas eran eternas, y no tenía vacaciones propiamente dichas). Aguanté así hasta hasta que llegó el momento, hace cinco años, que me planté. Mi trabajo era muy cualificado, con una responsabilidad enorme (buen dinero pagaba de mi bolsillo cada año de prima de seguro de RC profesional) y estaba sujeto a actualización de conocimiento casi constante (una pastón, además de tiempo, me he dejado en formación de especialización y de actualización)
Me puse a buscar trabajo y me llamaron para una entrevista en una empresa cuyo BDI es de varias decenas de millones de euros (ya lo he contado en otro hilo). Exigían mínimo diez años de experiencia y conocimientos muy específicos y complejos de unas materias determinadas. El salario a ofrecer "según valía " y por teléfono me indicaron que me lo concretarían en la entrevista. En la entrevista que informaron que el salario era de 30.000 euros brutos anuales (la oferta era para trabajar en Madrid). Y el horario, pues con una hora de salida oficial, pero me dieron a entender que se salía mucho más tarde (por supuesto jornada superior a las 40 horas semanales y presumiblemente sin abono de horas extra).
En ese momento ya fui consciente de que, en este país, trabajar en el sector privado implica estar condenado a la pobreza si has nacido a partir de una época determinada, salvo que tengas un buen enchufe. Así que me planteé intentar entrar en el sector público, y como últjma alternativa, emigrar (tengo familia emigrada, así que alguna facilidad sí tendría). Pude entrar en lo público y el tiempo que llevo ahí he empezado a vivir mi vida en condiciones más propias del primer mundo.
Mi conclusión: un español joven sólo puede tener una vida decente en alguno de estos casos: si es empleado público, si es un enchufado en el sector privado o si emigra y allí donde vaya es buen profesional.
Si pudiera retroceder en el tiempo, ni habría estudiado la carrera ni los subsiguientes cursos de especialización y de actualización. Tengo la sensación de que he tirado una buena parte de mi vida por la borda, y también de que he sido engañado (eso de que estudiar garantiza un buen porvenir es la mayor falacia que existe)
Así que empatizo plenamente con la juventud que se niega a trabajar para vivir en la pobreza. Como ha dicho otro forero en un mensaje anterior, mejor sólo pasar hambre que trabajar y además pasar hambre.