El famoso ejemplo de la jirafas de Lamarck también explica porque es érroneo pensar que la necesidad crea al órgano. Para empezar ningún animal puede por propia voluntad modificarse a sí mismo. Las jirafas, por mucho que lo intenten, no pueden alargar sus cuellos dos centímetros más para llegar a las hojas más altas de las acacias y, en el hipótetico caso de que, por acción propia, los individuos hubiesen desarrollado características específicas para la supervivencia de modo lamarckiano, no podrían pasarla a su descendencia.
Si la idea de Lamarck fuese correcta entonces, los bebés deberían nacer sabiendo hablar o escribir, pues son cosas que los cerebros de sus padres aprendieron a hacer y, puesto que ellos también lo van a necesitar deberían haberlo heredado pero, todos sabemos que los niños al nacer ni saben hablar ni escribir, ni leer y, también sabemos que los hijos de padres que hacen deporte y desarrollan masa muscular, no nacen siendo musculosos ni tienen mayor musculatura que la media a no ser que la ejerciten.
La explicación para los cuellos de las jirafas está en la Selección Natural. Sólo sobreviven aquellas jirafas que, por genética, tengan el cuello un poco, un par de centímetros si se quiere, más largo que el resto de la población. Ese mínimo, que no es adquirido, si no heredado, les va a hacer posible alimentarse mejor y, por tanto, tener más posibilidades de sobrevivir, reproducirse y pasar a su descendencia el rasgo que las ha hecho sobrevivir a ellas mientras que, las jirafas que han tenido un cuello un poco más corto, se han visto perjudicadas para poder alimentarse y con más problemas para sobrevivir y reproducirse, con lo cual, su rasgo, que no resulta efectivo para la supervivencia tenderá a desaparecer dentro de la población donde acabaran predominando las jirafas con el cuello más largo.
Saludos.