La gente de bart: la dificultad del viajero para encontrar una casa y no acabar en la calle: "no hay miedo al extranjero, sino al pobre"

No, los narcotraficantes extranjeros que vienen a comprar a tocateja en el barrio de Salamanca y demás pueden enterrar en "plata" a Amancio Ortega, Juan Roig y Mario Conde juntitos y dan mucho más miedo que un pandilleros dominicano hambriente.

Lo que no significa que tengamos que tolerar una demencial absorción de mendigos de otras nacionalidades porque sí.
 
Me voy a plantar yo en Noruega. Sin un duro, sin hablar el idioma ni mucho menos escribirlo, con una mano delante y otra detrás, solo porque son más ricos, con mucha ilusión por tener un porvenir mejor. A ver qué tal me va.
En Suiza te meten en un tren o avión de vuelta por donde viniste. Y si tú país no te acepta ahora están negociando acuerdos para llevarse la gente a algún cagadero africano a cambio de dinero, como el plan del ex ministro cagaplayas ingles
 
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