La 'falsa alarma' de la AEMET asusta a la capital y falla en sus previsiones: "No entendemos nada", dicen en el Ayuntamiento

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La 'falsa alarma' de la AEMET asusta a la capital y falla en sus previsiones: "No entendemos nada", dicen en el Ayuntamiento

Ayer:

. Almeida: "Se va a batir el récord de precipitaciones en la ciudad de Madrid de 1972"

Madrid pasó el domingo mirando al cielo a refugio, temiendo la gran tormenta que finalmente fue menos de lo esperado, al menos en las calles de la capital. Las previsiones de la AEMET fallaron estrepitosamente y las cifras récord de litros por metro cuadrados que cantaban desde la agencia gubernamental (120) se quedaron en mero susto ante una población estremecida, eso sí, por la insólita alarma masiva de Protección Civil que todos los móviles de los madrileños recibieron a mediodía. Los ciudadanos, a cubierto tras los cristales de casa, obedientes a las advertencias de las autoridades, atravesaron la jornada esperando el gran chaparrón que nunca llegó, entre la nostalgia por el curso que asoma de lleno y la curiosidad por esa temible DANA que se quedó en simple borrasca de septiembre.

Desde el Ayuntamiento de la capital, a media tarde, miraban con asombro a la AEMET, la agencia de meteorología estatal, por haber fallado tanto el tiro con sus previsiones. Siguiendo sus apocalípticos anuncios, el propio alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, recomendó a todos los madrileños limitar al máximo los movimientos ante la lluvia que se esperaba. Consejos de casi confinamiento con discurso serio, reuniones de tono marcial y máxima preocupación. «Es tremendo lo que dicen que viene», susurraban por la mañana desde Cibeles, donde pasaron de la gravedad al profundo asombro cuando las horas iban pasando y el diluvio, el cantado diluvio, no era más que una lluvia constante de jornada otoñal.

Mientras tanto, en el intervalo, la ciudad quedó en pausa, con la circulación bajo mínimos y muchos regresando antes de sus vacaciones para evitar encontrarse con problemas en las carreteras. Los planes de los madrileños se hicieron domésticos en el gran jornada de vuelta de las vacaciones, para ruina de los negocios clásicos de domingo por la tarde: de cines y teatros a cafeterías, a medio gas por el miedo de la clientela a encontrarse con los zarpazos de la DANA.

«La mejor manera de mantener la integridad física es no salir a la calle, minimizar los desplazamientos que no sean imprescindibles», decía Almeida a media mañana, tras mantener una reunión con todos los responsables de los servicios implicados en el Plan de Actuación de Inundaciones. El alcalde se pasó toda la jornada en contacto con Inmaculada Sanz, la delegada de Seguridad y Emergencias, y Borja Carabante, su hombre de Movilidad, todos pendientes de las nubes. Las previsiones de la AEMET cantaban que se podría batir el récord de precipitaciones en la capital, que era de 87 litros en 1972... Con el recuerdo de Filomena muy presente, donde los anuncios de nevada de la AEMET se quedaron cortos y la capital casi colapsa bajo el blanco manto, Almeida y su equipo pusieron a la urbe sobre aviso.

El Samur Social se activó para dar cobijo a los más necesitados, en la M-30 brillaban los paneles con el anuncio de la «Alerta roja», 14 túneles fueron cortados para evitar que los coches quedaran atrapados... Todo listo para una tormenta histórica que amenazaba a Madrid justo en la jornada previa al primer lunes del nuevo curso, con la vuelta al cole a tan sólo 72 horas. En teoría, a las 15.00 horas comenzaría a descargar con fuerza la DANA, sin embargo, la tarde fue pasando sin grandes sobresaltos en el centro y los barrios periféricos. «No entendemos nada...», comentaban ya a la hora del café desde el cuadro de mandos de Emergencias del Ayuntamiento, mirando con sorpresa hacia la AEMET y doloridos los cuellos de tanto asomarse a la ventana.

A esas alturas, Glovo y Uber Eats, las dos grandes plataformas de reparto de comida a domicilio, habían suspendido sus servicios para proteger la integridad de sus empleados. El domingo, aunque sin maremotos, no estaba, eso es cierto, para circular sobre dos ruedas. Mañana amanecerá Madrid aún bajo la alerta, con las previsiones de la AEMET vaticinando que escampa a mediodía. Por tanto, viendo su tino, mejor llevar el paraguas a la hora de comer. Y no reservar en terraza.
 
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