david53
Madmaxista
- Desde
- 18 Abr 2011
- Mensajes
- 11.378
- Reputación
- 30.686
Inicio » Historia de la antigua Roma » República Romana Tardía » La batalla de Tapso
Índice de contenidos Ocultar
1. Introducción
2. Antecedentes a la batalla de Tapso
3. Los bandos en la batalla de Tapso
4. Hacia la batalla de Tapso
5. La batalla de Tapso en el mapa
6. Desarrollo de la batalla de Tapso
7. Consecuencias de la batalla de Tapso
8. Bibliografía
Introducción
La batalla de Tapso —también conocida como batalla de Thapsus— fue un enfrentamiento librado a comienzos de abril del 46 a.C. entre las fuerzas de Julio César y las tropas del bando pompeyano capitaneadas por Quinto Cecilio Metelo Pío Escipión. Por su espectacular puesta en escena y por su trascendencia para las vidas de sus protagonistas, este es uno de los combates más importantes de la Segunda Guerra Civil romana (49 – 45 a.C.). Por eso, en este artículo veremos un breve resumen de la batalla de Tapso para descubrir sus antecedentes, su desarrollo y sus consecuencias para la historia del final de la República Romana.
Grabado del siglo XVII que recrea la disposición de fuerzas en la batalla de Tapso (Fuente: Arrecaballo)
Antecedentes a la batalla de Tapso
Inmediatamente después de su victoria en la batalla de Farsalia (verano del 48 a.C.), en Roma Julio César fue nombrado dictador por segunda vez en lo que llevaban de guerra civil. En su ausencia, Marco Antonio fue el encargado de gobernar la ciudad. Durante ese tiempo, el futuro triunviro realizó una pésima gestión que provocó violentos disturbios sociales, por lo que César necesitó pasarse por Roma antes de volver al enfrentamiento directo contra los pompeyanos.
Tras aprobar una serie de medidas económicas para tratar de calmar los ánimos, César dirigió un proceso electoral destinado a cubrir las magistraturas con sus partidarios. Como resultado, él mismo fue elegido cónsul para el año 46 a.C. junto a Marco Emilio Lépido, tras lo cual dimitió como dictador y abandonó Roma camino de África en diciembre del 47 a.C.
Como era de esperar, la fin de Pompeyo Magno en Egipto (septiembre del 48 a.C.) no supuso el final de la guerra civil. Mientras César estaba ocupado luchando contra Ptolomeo XIII en Alejandría, venciendo a Farnaces II en Zela y reorganizando Roma, los pompeyanos se habían hecho fuertes en el norte de África. A finales del 47 a.C. ya tenían un poderoso ejército al frente del cual se encontraban el procónsul y suegro de Pompeyo, Metelo Escipión; los dos hijos de Pompeyo, Cneo y Sexto; el líder de los optimates, Catón el Joven; los dos antiguos legados de Pompeyo en Hispania, Lucio Afranio y Marco Petreyo; el propretor y gobernador de la provincia del sur muy sur, Attio Varo; el antiguo lugarteniente de César, Tito Labieno; y el rey númida Juba I. Así, todo parecía indicar que la batalla de Tapso podría suponer una gran victoria sobre los cesarianos.
Busto del rey Juba I de Numidia, aliado de los pompeyanos (Fuente: Wikimedia Commons)
Los bandos en la batalla de Tapso
En la batalla de Tapso se enfrentaron dos bandos antagónicos de grandes dimensiones. Los optimates disponían a priori de un gran ejército formado por diez legiones algo mermadas, tres «legiones» de númidas entrenados a la romana, un número indeterminado (aunque probablemente muy grande) de jinetes y tropas auxiliares y hasta 120 elefantes de guerra.
Por su parte, Julio César había partido desde Sicilia acompañado solo de seis legiones y unos 2000 miembros de la caballería, con la idea de hacer llegar más refuerzos una vez asentado en África. Sin embargo, aun con los nuevos efectivos —cuatro legiones, 800 jinetes y unos 1000 arqueros y honderos—, el bando pompeyano les superaba ampliamente en número, por lo que César tuvo que buscar aliados. A través de sus dotes de diplomacia logró que el rey Bocco de Mauritania se uniera a su causa para invadir el reino de Juba, provocando que éste abandonara temporalmente el campamento optimate para atender la ofensa.
Julio César en su carruaje triunfal, obra del pintor renacentista Andrea Mantegna (Fuente: Wikimedia Commons)
Hacia la batalla de Tapso
La campaña no comenzó con buenos augurios para Julio César. Las tormentas propias del invierno hicieron que la flota cesariana se dispersara, por lo que al principio, a finales de diciembre, el líder popular se vio en África únicamente con unos 3500 legionarios y 150 jinetes. No obstante, a su favor tenía el factor sorpresa, ya que el enemigo no había previsto que llegara en invierno. En consecuencia, las fuerzas pompeyanas estaban desperdigadas y no pudieron aprovechar la debilidad coyuntural de César para vencerle.
A pesar de ello, hubo al menos una ocasión antes de la batalla de Tapso en la que César se vio en apuros. A partir de su punto de desembarco en el puerto de Hadrumentum, el ejército de César había avanzado hacia el sur para ocupar puestos más favorables como Ruspina y Leptis Minor. El 4 de enero del 46 a.C., en una expedición a gran escala para buscar alimentos, un batallón pompeyano muy superior en número les sorprendió y apenas pudieron hacerle frente antes de conseguir replegarse a su campamento.
Afortunadamente para César, a medida que arribaban sus refuerzos en varias tandas, la campaña derivó en una serie de asedios y escaramuzas menores que se extendieron hasta el 4 de abril del 46 a.C. Ese día, cuando su ejército llegó al pueblo costero de Tapso (en lo que actualmente es Túnez) dispuesto a asediarlo, Metelo Escipión salió en pos de ellos. Cuando alcanzó el sitio, en la mañana del 6 de abril, la batalla de Tapso por fin tuvo lugar.
La batalla de Tapso en el mapa
De las diez legiones con las que contaba, César seleccionó dos para quedarse en la línea de asedio de Tapso y marchó con las otras ocho para formar el orden de batalla delante de los optimates. En los flancos estacionó a los soldados más veteranos con el respaldo de los arqueros y los honderos, mientras que los más novatos se situaron en el centro. Además, como protección especial contra los elefantes enemigos dividió una legión en dos para crear una cuarta línea de batalla detrás de cada flanco. Aparte, colocó a la caballería en las alas, aunque sabía que el terreno era muy estrecho y no tendrían un buen margen de maniobra.
Por el contrario, sabemos muy poco acerca de la estrategia de los pompeyanos en la batalla de Tapso. Solo podemos presuponer que su formación era la más tradicional, con la caballería en las alas, las legiones en tres líneas y los elefantes delante, seguramente agrupados a cada flanco. Sea como fuera, lo cierto es que las fuentes nos indican que las tropas cesarianas estaban super motivadas, sobre todo cuando se percataron del nerviosismo en las filas enemigas.
Esquema que muestra la distribución de los ejércitos pompeyano y cesariano en el terreno de la batalla de Tapso (Fuente: Sheppard, 2009)
Desarrollo de la batalla de Tapso
La motivación de los cesarianos era tal que en las fuentes incluso se menciona que la batalla de Tapso empezó antes de que César diera la orden directa pertinente. Concretamente, los soldados del ala derecha estaban tan deseosos de entrar en combate que presionaron al corneta para que tocara carga antes de tiempo. Entonces, César ya no pudo contener a sus hombres y dio la señal.
Los elefantes pompeyanos que atacaban el flanco derecho cesariano entraron en pánico con la lluvia de proyectiles lanzados por los honderos y arqueros, de modo que se revolvieron y desbarataron sus propias líneas. En consecuencia, todo el ala derecha de Metelo Escipión se desmoronó y acabó huyendo, lo que hizo decaer la resistencia de todo el ejército en poco tiempo.
Los veteranos, hartos de tantos años de guerra, hicieron una auténtica carnicería en las filas optimates. Las órdenes de César pasaban por perdonar la vida a todo aquel soldado enemigo que tirara las armas y se rindiera, pero en esta ocasión los cesarianos desobedecieron a su comandante y mataron a todas las personas indefensas que se encontraron en su camino. De hecho, los legionarios incluso mataron a un par de oficiales cuando estos intentaron detener la matanza de los pompeyanos.
Ilustración de Igor Dzis que recrea un momento de la batalla de Tapso (Fuente: Arrecaballo)
Consecuencias de la batalla de Tapso
Al final de la batalla de Tapso, unos 10.000 pompeyanos habían perecido frente a menos de 100 cesarianos. Casi todos los principales cabecillas del ejército optimate lograron escapar del combate, pero murieron poco después: Catón el Joven, Petreyo, el rey Juba y Metelo Escipión se suicidaron, pero Afranio fue capturado y ejecutado. De esta manera, los únicos que escaparon con vida de África fueron Tito Labieno, Attio Varo y los hijos de Pompeyo. Una vez a salvo, marcharon a Hispania para organizar desde allí un último movimiento desesperado de resistencia anticesariana.
Al quedarse sin rey, César dividió el reino de Numidia en dos, de forma que una parte fue entregada al rey Bocco de Mauritania y la otra fue anexionada como provincia romana con el nombre de África Nova. Por último, antes de abandonar el continente César llevó a cabo la misma práctica que en Asia: las comunidades que habían apoyado al sector senatorial tuvieron que pagar multas como castigo, mientras que las que respaldaron su causa fueron recompensadas.
En junio del 46 a.C., casi seis meses después de haber desembarcado, César abandonó África en dirección a Italia. Ya nada podía evitar que ganara la Segunda Guerra Civil romana y se coronara como dueño y señor absoluto de Roma.
La batalla de Tapso (46 a.C.): Julio César y la conquista de África
Índice de contenidos Ocultar
1. Introducción
2. Antecedentes a la batalla de Tapso
3. Los bandos en la batalla de Tapso
4. Hacia la batalla de Tapso
5. La batalla de Tapso en el mapa
6. Desarrollo de la batalla de Tapso
7. Consecuencias de la batalla de Tapso
8. Bibliografía
Introducción
La batalla de Tapso —también conocida como batalla de Thapsus— fue un enfrentamiento librado a comienzos de abril del 46 a.C. entre las fuerzas de Julio César y las tropas del bando pompeyano capitaneadas por Quinto Cecilio Metelo Pío Escipión. Por su espectacular puesta en escena y por su trascendencia para las vidas de sus protagonistas, este es uno de los combates más importantes de la Segunda Guerra Civil romana (49 – 45 a.C.). Por eso, en este artículo veremos un breve resumen de la batalla de Tapso para descubrir sus antecedentes, su desarrollo y sus consecuencias para la historia del final de la República Romana.
Grabado del siglo XVII que recrea la disposición de fuerzas en la batalla de Tapso (Fuente: Arrecaballo)
Antecedentes a la batalla de Tapso
Inmediatamente después de su victoria en la batalla de Farsalia (verano del 48 a.C.), en Roma Julio César fue nombrado dictador por segunda vez en lo que llevaban de guerra civil. En su ausencia, Marco Antonio fue el encargado de gobernar la ciudad. Durante ese tiempo, el futuro triunviro realizó una pésima gestión que provocó violentos disturbios sociales, por lo que César necesitó pasarse por Roma antes de volver al enfrentamiento directo contra los pompeyanos.
Tras aprobar una serie de medidas económicas para tratar de calmar los ánimos, César dirigió un proceso electoral destinado a cubrir las magistraturas con sus partidarios. Como resultado, él mismo fue elegido cónsul para el año 46 a.C. junto a Marco Emilio Lépido, tras lo cual dimitió como dictador y abandonó Roma camino de África en diciembre del 47 a.C.
Como era de esperar, la fin de Pompeyo Magno en Egipto (septiembre del 48 a.C.) no supuso el final de la guerra civil. Mientras César estaba ocupado luchando contra Ptolomeo XIII en Alejandría, venciendo a Farnaces II en Zela y reorganizando Roma, los pompeyanos se habían hecho fuertes en el norte de África. A finales del 47 a.C. ya tenían un poderoso ejército al frente del cual se encontraban el procónsul y suegro de Pompeyo, Metelo Escipión; los dos hijos de Pompeyo, Cneo y Sexto; el líder de los optimates, Catón el Joven; los dos antiguos legados de Pompeyo en Hispania, Lucio Afranio y Marco Petreyo; el propretor y gobernador de la provincia del sur muy sur, Attio Varo; el antiguo lugarteniente de César, Tito Labieno; y el rey númida Juba I. Así, todo parecía indicar que la batalla de Tapso podría suponer una gran victoria sobre los cesarianos.
Busto del rey Juba I de Numidia, aliado de los pompeyanos (Fuente: Wikimedia Commons)
Los bandos en la batalla de Tapso
En la batalla de Tapso se enfrentaron dos bandos antagónicos de grandes dimensiones. Los optimates disponían a priori de un gran ejército formado por diez legiones algo mermadas, tres «legiones» de númidas entrenados a la romana, un número indeterminado (aunque probablemente muy grande) de jinetes y tropas auxiliares y hasta 120 elefantes de guerra.
Por su parte, Julio César había partido desde Sicilia acompañado solo de seis legiones y unos 2000 miembros de la caballería, con la idea de hacer llegar más refuerzos una vez asentado en África. Sin embargo, aun con los nuevos efectivos —cuatro legiones, 800 jinetes y unos 1000 arqueros y honderos—, el bando pompeyano les superaba ampliamente en número, por lo que César tuvo que buscar aliados. A través de sus dotes de diplomacia logró que el rey Bocco de Mauritania se uniera a su causa para invadir el reino de Juba, provocando que éste abandonara temporalmente el campamento optimate para atender la ofensa.
Julio César en su carruaje triunfal, obra del pintor renacentista Andrea Mantegna (Fuente: Wikimedia Commons)
Hacia la batalla de Tapso
La campaña no comenzó con buenos augurios para Julio César. Las tormentas propias del invierno hicieron que la flota cesariana se dispersara, por lo que al principio, a finales de diciembre, el líder popular se vio en África únicamente con unos 3500 legionarios y 150 jinetes. No obstante, a su favor tenía el factor sorpresa, ya que el enemigo no había previsto que llegara en invierno. En consecuencia, las fuerzas pompeyanas estaban desperdigadas y no pudieron aprovechar la debilidad coyuntural de César para vencerle.
A pesar de ello, hubo al menos una ocasión antes de la batalla de Tapso en la que César se vio en apuros. A partir de su punto de desembarco en el puerto de Hadrumentum, el ejército de César había avanzado hacia el sur para ocupar puestos más favorables como Ruspina y Leptis Minor. El 4 de enero del 46 a.C., en una expedición a gran escala para buscar alimentos, un batallón pompeyano muy superior en número les sorprendió y apenas pudieron hacerle frente antes de conseguir replegarse a su campamento.
Afortunadamente para César, a medida que arribaban sus refuerzos en varias tandas, la campaña derivó en una serie de asedios y escaramuzas menores que se extendieron hasta el 4 de abril del 46 a.C. Ese día, cuando su ejército llegó al pueblo costero de Tapso (en lo que actualmente es Túnez) dispuesto a asediarlo, Metelo Escipión salió en pos de ellos. Cuando alcanzó el sitio, en la mañana del 6 de abril, la batalla de Tapso por fin tuvo lugar.
La batalla de Tapso en el mapa
De las diez legiones con las que contaba, César seleccionó dos para quedarse en la línea de asedio de Tapso y marchó con las otras ocho para formar el orden de batalla delante de los optimates. En los flancos estacionó a los soldados más veteranos con el respaldo de los arqueros y los honderos, mientras que los más novatos se situaron en el centro. Además, como protección especial contra los elefantes enemigos dividió una legión en dos para crear una cuarta línea de batalla detrás de cada flanco. Aparte, colocó a la caballería en las alas, aunque sabía que el terreno era muy estrecho y no tendrían un buen margen de maniobra.
Por el contrario, sabemos muy poco acerca de la estrategia de los pompeyanos en la batalla de Tapso. Solo podemos presuponer que su formación era la más tradicional, con la caballería en las alas, las legiones en tres líneas y los elefantes delante, seguramente agrupados a cada flanco. Sea como fuera, lo cierto es que las fuentes nos indican que las tropas cesarianas estaban super motivadas, sobre todo cuando se percataron del nerviosismo en las filas enemigas.
Esquema que muestra la distribución de los ejércitos pompeyano y cesariano en el terreno de la batalla de Tapso (Fuente: Sheppard, 2009)
Desarrollo de la batalla de Tapso
La motivación de los cesarianos era tal que en las fuentes incluso se menciona que la batalla de Tapso empezó antes de que César diera la orden directa pertinente. Concretamente, los soldados del ala derecha estaban tan deseosos de entrar en combate que presionaron al corneta para que tocara carga antes de tiempo. Entonces, César ya no pudo contener a sus hombres y dio la señal.
Los elefantes pompeyanos que atacaban el flanco derecho cesariano entraron en pánico con la lluvia de proyectiles lanzados por los honderos y arqueros, de modo que se revolvieron y desbarataron sus propias líneas. En consecuencia, todo el ala derecha de Metelo Escipión se desmoronó y acabó huyendo, lo que hizo decaer la resistencia de todo el ejército en poco tiempo.
Los veteranos, hartos de tantos años de guerra, hicieron una auténtica carnicería en las filas optimates. Las órdenes de César pasaban por perdonar la vida a todo aquel soldado enemigo que tirara las armas y se rindiera, pero en esta ocasión los cesarianos desobedecieron a su comandante y mataron a todas las personas indefensas que se encontraron en su camino. De hecho, los legionarios incluso mataron a un par de oficiales cuando estos intentaron detener la matanza de los pompeyanos.
Ilustración de Igor Dzis que recrea un momento de la batalla de Tapso (Fuente: Arrecaballo)
Consecuencias de la batalla de Tapso
Al final de la batalla de Tapso, unos 10.000 pompeyanos habían perecido frente a menos de 100 cesarianos. Casi todos los principales cabecillas del ejército optimate lograron escapar del combate, pero murieron poco después: Catón el Joven, Petreyo, el rey Juba y Metelo Escipión se suicidaron, pero Afranio fue capturado y ejecutado. De esta manera, los únicos que escaparon con vida de África fueron Tito Labieno, Attio Varo y los hijos de Pompeyo. Una vez a salvo, marcharon a Hispania para organizar desde allí un último movimiento desesperado de resistencia anticesariana.
Al quedarse sin rey, César dividió el reino de Numidia en dos, de forma que una parte fue entregada al rey Bocco de Mauritania y la otra fue anexionada como provincia romana con el nombre de África Nova. Por último, antes de abandonar el continente César llevó a cabo la misma práctica que en Asia: las comunidades que habían apoyado al sector senatorial tuvieron que pagar multas como castigo, mientras que las que respaldaron su causa fueron recompensadas.
En junio del 46 a.C., casi seis meses después de haber desembarcado, César abandonó África en dirección a Italia. Ya nada podía evitar que ganara la Segunda Guerra Civil romana y se coronara como dueño y señor absoluto de Roma.
La batalla de Tapso (46 a.C.): Julio César y la conquista de África