La situación en USA puede darnos pistas de hacia donde nos quieren llevar.
Si te atrasas en el pago del alquiler cinco días, el propietario de la vivienda puede demandarte y en 48 horas se produce un desalojo a punta de pistola. Directamente vas a la calle. Sino retiras tus pertenencias del domicilio en ese momento, el propitario puede reclamarte además los costes del desahucio.
El problema principal para un inquilino que no ha pagado un recibo a tiempo es que pasa automáticamente a formar parte de un registro público estatal de jovenlandesesos. Eso provoca que ya nadie, nunca, vuelva a alquilarte un apartamento. A partir de ahí pasas a la semindigencia.
Muchas personas enfrentan una situación de insolvencia trasitoria después de asumir los costes de tratamientos médicos derivados por un problema de salud inesperado, o bien problemas judiciales ineludibles o facturas imprevistas. Los motivos pueden ser muchos pero las consecuencias para el inquilino son implacables.
En la ciudad de Los Angeles ya se habla de auténticos campos de refugiados que forman comunas en avenidas emblemáticas por toda la ciudad dejando estampas que recuerdan al tercer mundo. Para solventar la situación, la ciudad de los Los Angeles recibió fondos multimillonarios del Fondo de Reserva Feredal. Se calcula que 55.000 personas viven en la indigencia. Con estos fondos el ayuntamiento acometió un plan de vivienda público y puso en marcha la construcción de 10.000 unidades en 10 años, pero tras 6 años tan solo han finalizado 700 de esas viviendas que salen a mercado por un precio superior al medio millón de dólares.
Qué fruta fantasia.
La construcción de 64 casetas de zinq de 4 metros cuadrados en ese tiempo es todo cuanto Los Angeles ha puesto a disposicion de los servicios sociales y han tenido un inexplicable coste de 5,4 millones de dólares dificiles de justificar.
De traca.
Muchos trabajadores con salarios mínimos y empleos precarios de 8 dólares la hora están viviendo en este momento en el coche con su familia en el pais con más poderío economico del mundo. Constituyen ya una estampa habitual en el paisaje de los EEUU.
Los Moteles de carretera son otra de las alternativas para estas personas. Al borde de las autovias, éstos moteles ofrecen habitaciones por 170 dólares la semana. Muchas familias viven hacinadas en una de éstas habitaciones durante años. Volver a conseguir un alquiler y rengancharse de nuevo a sus vidas anteriores se vuelve una misión imposible. Con un desahucio ya quedas excluido socialmente de por vida.
En España fondos como Blackrock están comprando miles de viviendas por lotes a precio de saldo. Ana Botella
vendió en Madrid 5000 inmuebles públicos a dos de éstos fondos buitre por un precio irrisorio. Algo por lo que la justicia española condenó a la ex-alcaldesa y otros ex-cargos del Ayuntamiento de Madrid con una sanción de 26 millones de euros, tan sólo.
Las leyes españolas que protegen a las personas de un desaucio exprés y las leyes de protección de datos, suponen un grave problema para que éstos fondos de inversión puedan operar en el mercado de la vivienda español.
Los medios de comunicación españoles llevan más de dos años creando una psicosis colectiva en torno a la okupación de viviendas. En esa psicosis han disuelto problemas relativos a la insolvencia de trabajadores de clase media que viven de alquiler, un fenómeno de naturaleza muy diferente al de la okupación, vinculado a la marginalidad o el activismo político.
Es evidente para cualquiera que los medios de comunicación españoles están allando el terreno para que la ciudadania acepte reformas legislativas muy duras que faciliten el modelo americano. En nuestro vocabulario hemos acuñado nuevas palabras como
inquiokupa. El ostracismo, la patada en la puerta, la condena social, el señalamiento público de jovenlandesesos o la petición de medidas drásticas son vox populi y evidencian una tendencia del sector inmobiliario que se inspira en Estados Unidos.