Buenos días. Estar permanentemente castigado no surte ningún efecto, llega un momento en el que el niño se acostumbra y lo entiende como su estado natural. Los castigos tienen que ser excepcionales para que den miedo, resulten disuasorios. Si uno está acostumbrado a que le castiguen ya sabe que no es para tanto.
Yo soy partidaria del castigo físico, inmediato, inexorable e inapelable, pero con 10 años ya es muy mayor, y malas notas, actitudes y resultados en el colegio creo que más que objeto de castigo, deberían de ser objeto de conversación/tratado/negociación.
También tú tienes que tratar de averiguar qué es lo que le pasa a tu hijo. (Y, en cierta forma, relativizar la importancia de las notas también, que las notas de primaria no van a ningún sitio, solo son informativas para los padres)
Y no sé más, cuando me toque me comeré los pardoes.
En cuanto a lo de Suso, el consejo de Thera me parece muy adecuado, eso de retirarse al desierto para meditar cuando el alma se enferma suele dar buenos resultados.