Octubre (episodio V)
Madmaxista
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Buenos días
Esta semana he vivido en directo el cese de mi inmediatamente superior por inútil. Ha sido reconfortante comprobar que de vez en cuando se echa al que no vale para su cargo, incluso en la empresa pública.
Pero ahora viene el problema. Esa parte en la que oyes unas risitas malévolas, alguien que se está descojonando de ti y te das cuenta de que no es para menos mientras te dicen "¿No querías que la echaran? pues ya la han echado. Brega ahora con esto, monina"
Y Esto no es otra cosa que la propuesta de la directora de que sea yo quien la sustituya. Me paso la vida luchando contra los ascensos. En más de 25 años que llevo currando he tenido que sortear por los menos 3 veces los cantos de sirena. Pues aquí ha llegado el cuarto. El dinero no compensa porque a cambio de tragar con un montón de pardoes pagan una cosa más al mes y en mi escala de valores el jefe debe ser el que más pringue y yo no quiero pringar. Pero soy una mandona nata y sé que soy perfectamente capaz de poner algo de orden en algunos aspectos organizativos bastante desastrosos.
Le he pedido el fin de semana para pensarlo fríamente. Mi vanidad y mi natural tendencia a creer que puedo con todo me juegan malas pasadas. El año pasado ya pasé por una situación similar y al final renuncié, cuando ya estaban a punto de nombrarme. Esta vez no quiero llegar a eso, si digo que sí es para comprometerme y sino digo que no desde el principio.
Trabajo en sanidad, ya lo sabéis. Esto equivaldría a ser una jefa de sección. Hace años llegué a ser jefa de servicio pero al cabo de casi 10 años dimití. Me pregunto por qué huevones no sigo teniendo las cosas tan claras como entonces.
¡Agg! Dejad que me sirva este post de desahogo.
Sí, ya sé. Listas de cosas a favor y cosas en contra y todo eso. Menos mal que tengo 48 horas por delante para verlo con más claridad. Espero llegar a la conclusión de que nuevamente he de decir que no.
Esta semana he vivido en directo el cese de mi inmediatamente superior por inútil. Ha sido reconfortante comprobar que de vez en cuando se echa al que no vale para su cargo, incluso en la empresa pública.
Pero ahora viene el problema. Esa parte en la que oyes unas risitas malévolas, alguien que se está descojonando de ti y te das cuenta de que no es para menos mientras te dicen "¿No querías que la echaran? pues ya la han echado. Brega ahora con esto, monina"
Y Esto no es otra cosa que la propuesta de la directora de que sea yo quien la sustituya. Me paso la vida luchando contra los ascensos. En más de 25 años que llevo currando he tenido que sortear por los menos 3 veces los cantos de sirena. Pues aquí ha llegado el cuarto. El dinero no compensa porque a cambio de tragar con un montón de pardoes pagan una cosa más al mes y en mi escala de valores el jefe debe ser el que más pringue y yo no quiero pringar. Pero soy una mandona nata y sé que soy perfectamente capaz de poner algo de orden en algunos aspectos organizativos bastante desastrosos.
Le he pedido el fin de semana para pensarlo fríamente. Mi vanidad y mi natural tendencia a creer que puedo con todo me juegan malas pasadas. El año pasado ya pasé por una situación similar y al final renuncié, cuando ya estaban a punto de nombrarme. Esta vez no quiero llegar a eso, si digo que sí es para comprometerme y sino digo que no desde el principio.
Trabajo en sanidad, ya lo sabéis. Esto equivaldría a ser una jefa de sección. Hace años llegué a ser jefa de servicio pero al cabo de casi 10 años dimití. Me pregunto por qué huevones no sigo teniendo las cosas tan claras como entonces.
¡Agg! Dejad que me sirva este post de desahogo.
Sí, ya sé. Listas de cosas a favor y cosas en contra y todo eso. Menos mal que tengo 48 horas por delante para verlo con más claridad. Espero llegar a la conclusión de que nuevamente he de decir que no.
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