Demasiado alborozo para tantas concesiones. El Gobierno madrileño de Ignacio González sentía pavor ante la perspectiva de que la delegación de Las Vegas Sands (LVS), que ayer pasó por Madrid, dejara en el alero el plan financiero para el mastodóntico complejo de ocio y juego Eurovegas. Al final, un González exultante compareció a media mañana con Michael Leven, consejero delegado de LVS, para celebrar que todo sigue adelante, que hay dinero suficiente y que el municipio que acogerá los terrenos será Alcorcón. Pese a que se sabía hasta en China, la elección alcorconera fue el único avance que trajo la delegación, que más que con progresos llegó con retrocesos: Eurovegas sigue adelante, sí, pero LVS aporta cada vez menos dinero.
Nada de esto trascendió ayer porque la rueda de prensa tras la reunión entre el Ejecutivo madrileño y la delegación que envió el magnate Sheldon G. Adelson (a la que se sirvió pinchos de tortilla y zumo de naranja) se convocó para dar informaciones más alegres como hablar de los más de 200.000 empleos que supuestamente generará el futuro complejo de 750 hectáreas, de los rascacielos que se construirán en los terrenos de Alcorcón, más altos todavía que las torres de la Castellana, o de la intención de levantar la veda a fumar en los casinos. Pero al hablar de financiación, Mr Leven dio un dato capital que pasó desapercibido: la inversión en la primera fase será de 6.750 millones de euros que ya no aportará íntegramente LVS Sands. Ahora el emporio de Adelson contribuye con 2.700 millones (2.686,5 millones), menos de la mitad de lo comprometido hasta anteayer.
“Tenemos el dinero, la compañía tiene una significativa cantidad de liquidez, aportará entre el 35% y el 40% de la inversión”, proclamó Leven. Y el resto de la financiación se buscará en los bancos. Pero a pesar de que los negocios le van viento en popa (los beneficios rondaron los 10.000 millones en 2012), Adelson aportará menos de lo que dijo: desde la designación de Madrid ante Barcelona en septiembre lo que se conocía del proyecto era bien distinto. La empresa LVS abonaría los 6.700 millones de euros que requiere la primera de las tres fases previstas. Eurovegas culminará por fin en 15 o 18 años según sus promotores (“antes de que Adelson cumpla 100 años”, bromeó el presidente de Madrid) y prevé costar 17.000 millones.
Los 6.700 millones del primer tramo equivalen al 35% del de los 17.000 kilos que precisa el proyecto. En cualquier caso, el 35% de los 17.000 millones que el millonario judío iba a poner sobre la mesa se ha quedado en el mismo porcentaje para una cifra mucho más baja, 6.700 millones. El 35% del 35%.
Los detractores de Eurovegas consultados denunciaban ayer el movimiento de la multinacional radicada en Boston, con colosales complejos de juego en EE.UU y Asia. “Aparte de nuestras razones para denunciar el proyecto, el dato es más importante de lo que parece si ello implica nuevas concesiones o una contribución más arriesgada de la banca española -se prevé que alguna entidad participe- que al final acabe perjudicando a los ciudadanos”, criticó ayer en conversación telefónica con Vozpópuli la portavoz de Equo en Madrid, Inés Sabanés, una de las voces críticas con el plan de Adelson.
Sobre el cuantioso tramo económico que falta para completar la fase, Ignacio González no precisó demasiado. “Se buscará financiación”, acertó a decir. En los pasados meses, LVS dijo estar negociando con 40 entidades bancarias para financiar los 10.000 millones que se estiman para las dos últimas fases, negociación de la que ayer no hubo noticias. Entretanto, algunas fuentes conocedoras de las negociaciones niegan que lo que haya traído Michael Leven a Madrid sea precisamente el plan financiero que corrobore la viabilidad del proyecto.