Este verano pasado me hospedé en el Parador de Lerma, palacio renacentista impresionante y proceresco, una experiencia mística casi.
Pues una de las noches me pasó algo inexplicable. Dormía a pierna suelta, serian sobre las tres de la mañana, mi habitación estaba en el último piso, en un extremo mirando a la plaza de Lerma. Sin motivo aparente me desperté, no había ruidos, ni nada que explicase lo que me había sacado del sueño. La oscuridad en la habitación era casi completa, era una habitación que se notaba había sido poco reformada, respetando lo que en su día fue, supongo. Los postigos de las ventanas estaban entornados, y en la zona del ventanuco con escalera sí había cierta claridad que venia de la plaza alumbrada con farolas.
Al despertar y abrir los ojos algo se movió dentro de la habitación, pasó por delante de la claridad de la ventana, una sombra fugaz pero real, completamente en silencio. No sentí miedo, ni sentí nada, de hecho volví a dormirme, en realidad si sentí algo fue paz. En sueños, después, alguien me dijo algo, pero era como dándome la bienvenida o tranquilizándome.
Esa noche pasó algo, fue muy extraño.