Otra movida que me he acordado esta tarde leyendo las movidas que le han pasado a la peña. Y esta sí que creo que es la más flipante porque no le he encontrado sentido ni lo encontraré ya.
Más o menos a los 6/7 años también, yo tenía cientos de juegos de mesa, de todo tipo, y entre todos esos juegos había uno de magia, no recuerdo exactamente todo lo que contenía, pero había una varita mágica, dados, cubiletes, pañuelos etcétera lo típico de magia.
Había también una baraja francesa.
Un día vinieron mis tíos con mi primo, cuatro años mayor que yo, que entre tantos juegos para jugar vio el de magia y le flipó se puso a trastearlo y a decirme "ya verás que truco te voy a hacer, ya verás qué truco"
Yo seguí a mi rollo, con otros juegos, mi primo trasteaba aquello de magia, pero no me hacía ningún truco. Cuando se pasó la tarde y mis tíos y mi primo se fueron, me dispuse a recoger todos los juegos, y cuando fui a recoger el de magia me encontré algo que me disgustó bastante.
La baraja francesa entera, estaba en forma de abanico, completamente pegada, de una pieza!
Lo primero que pensé fue que mi primo con algún pegamento se había currado un truco de cosa y de muy mal gusto.
Bastante disgustado y extrañado de aquel truco a traición, aguardé con paciencia a encontrarme con mi primo para reclamarle mi baraja y que se metiera ese tipo de trucos por el ojo ciego, pero para mi sorpresa mi primo no comprendía nada de lo que yo le decía, recuerdo que le expliqué la movida y él decía "pero si no había pegamento, como te voy a pegar la baraja" pensé entonces en un posible cambiazo. Él llevó aquella baraja de algún otro juego de magia y me quiso pegar el cambiazo para tener una baraja útil.
Le regiré todos sus juegos, toda la habitación, ni rastro de mi baraja. Ni siquiera tenía él ningún juego de magia.
Cuando volví a casa, ahora ya más rallado que enfadado, observé detenidamente la baraja "pegada", era mi baraja!! el mismo tonalidad y dibujo por detrás, la baraja en forma de abanico no estaba en orden, no había trazas de pegamento ni similares por ninguna parte, era una pieza, una sola "carta" en forma de abanico, no podías despegar de ningún modo una carta de otra, era una pieza, y lo que más me ralló, fue que estaba desordenada, si esa pieza fuese así de fábrica, hubiera estado en orden al menos los palos. Pero es que era imposible, era mi baraja, la de siempre, entera, pero pegada, completamente pegada, como fundidas unas cartas sobre las otras, limpiamente, sin manchas, sin adhesivos. Aquello no tenía ningún sentido.
Pensé que bueno, que al tiempo sabría como huevones había hecho ese truco, y algún día mi baraja volvería a ser una baraja normal y corriente.
Pasaron días, meses y años, la baraja siguió pegada. Vas creciendo, pasas de los juegos, quedan en el olvido etcétera. Aquello no le di más importancia, cosas raras y trucos de "mayores".
Cuatro años después nos mudamos, y aquel juego de magia que ya estaba más que olvidado tuve que volverlo a coger junto a otros juegos.
Al llegar a la nueva vivienda, recordé aquel puñetero truco de cosa, abrí la caja y la baraja estaba entera, carta por carta, en un mazo!! como siempre debió estar!!
No daba crédito, entonces quise recordar como estaba pegada, no podía ser!! Cuando guardé aquel juego en el trastero la baraja seguía pegada!!
Pues ahora, como si aquello hubiera sido una ilusión, la baraja estaba como siempre, despegada, en un mazo.
Todavía no sé qué huevones pasó en esa baraja, recuerdo que al redescubrirla entera y tener más edad y más conocimiento, me autoengañé con algún pensamiento falso:
«habré mezclado fantasía y realidad, era muy pequeño, ahora que tengo más edad y claridad mental, la baraja está despegada»
«tiene sentido, porque ahora que tengo claridad mental, más edad, la baraja no está pegada, por tanto esto es la realidad y no aquel recuerdo de verla pegada»
Y así seguí con mi vida, ignorando el hecho más extraño y cercano que experimenté en toda mi vida.
Pero no, ahora tengo bien claro que aquella baraja estuvo muchísimo tiempo pegada, no sé cómo se pegó, ni como se despegó, pero desde el día que mi primo tocó el juego, hasta que lo guardé en el trastero, la baraja estuvo pegada.