Kozak
Será en Octubre
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Hablando sobre geopolítica o sobre guerra con occidentales, uno nota que hay una enorme desconexión entre ambos campos de la experiencia humana. Lo militar es algo de lo que no se habla ni siquiera en debates electorales salvo que sea estrictamente necesario, y casi siempre de un modo enfocado al equipamiento o las paguitas. La guerra se considera algo del pasado, un atraso. llegamos a puntos tales que generales y almirantes digan que el fin de las fuerzas armadas es no combatir, bastando la mera amenaza que suponen ("gunboat diplomacy").
No obstante hay intentos de influir geopolíticamente alentados de modo más o menos explícito por los Estados Mayores occidentales, como hemos visto en Ucrania. Estos intentos son sin embargo burdos y autodestructivos, afianzando a nuestros supuestos enemigos y debilitándonos a nosotros.
Nada de ello tiene parangón con un pensamiento verdaderamente sistemático acerca de la naturaleza de la guerra, la geopolítica y el poder. No hay Clausewitz del siglo XXI a la vista en Occidente, todo intento de modernizar la guerra pasa siempre por hacer cacharritos sofisticados; ya sea aviones stealth, data links, drones, drones stealth con data links... en el fondo se trata de seguir por el mismo camino, pero a más velocidad. Esto contrasta con las ideas que hay en otros lugares de supeditar la doctrina militar a un pensamiento político concreto y una idea realista de las necesidades geopolíticas de la nación. Claro que eso supone que ocurran dos cosas que en Occidente son tabú: la primera es la existencia de naciones y la defensa de sus intereses como algo positivo y deseable. La segunda es una evaluación realista de las capacidades y necesidades para obtener esos fines. Aquí estamos haciendo maniobras en Polonia para evitar una oleada turística rusa (jajajaja) mientras en las grandes capitales de Europa hay barrios donde la policía ni se atreve a entrar y rige la sharia. Pero quien hable de la necesidad de sellar las fronteras y de que el islam es un elemento extraño y hostil a Europa será anatema.
Afortunadamente no todo el mundo es igual de fulastre. Hemos tenido la suerte de que los chinos, con su pragmatismo, no sólo hayan elaborado una doctrina completa, sino que la hayan publicado y se pueda traducir. Ignoro la fidelidad de la traducción por lo notoriamente difícil del mandarín, pero el libro traducido tiene sentido y puede ser un abridero de ojos. Sin más, enlazo:
http://www.c4i.org/unrestricted.pdf
En él se desglosa cómo la guerra moderna va mucho más allá de ejércitos pegando tiros y usando caros juguetes. Habla de la guerra cultural (algo en lo que los EEUU son maestros, pero no están aprovechando últimamente), del ciberespacio, la economía (una especulación dirigida puede hundir economías y hacer al país más gallito ponerse firme como vimos en Grecia)... En suma, de la política. Puesto que la guerra no es más que continuación de la misma por otros medios. O como decía Mao en su Libro Rojo, que los autores del libro que enlazo debieron memorizar en su época de estudiantes:
La política es guerra sin matanzas. La guerra es política con matanzas.
No obstante hay intentos de influir geopolíticamente alentados de modo más o menos explícito por los Estados Mayores occidentales, como hemos visto en Ucrania. Estos intentos son sin embargo burdos y autodestructivos, afianzando a nuestros supuestos enemigos y debilitándonos a nosotros.
Nada de ello tiene parangón con un pensamiento verdaderamente sistemático acerca de la naturaleza de la guerra, la geopolítica y el poder. No hay Clausewitz del siglo XXI a la vista en Occidente, todo intento de modernizar la guerra pasa siempre por hacer cacharritos sofisticados; ya sea aviones stealth, data links, drones, drones stealth con data links... en el fondo se trata de seguir por el mismo camino, pero a más velocidad. Esto contrasta con las ideas que hay en otros lugares de supeditar la doctrina militar a un pensamiento político concreto y una idea realista de las necesidades geopolíticas de la nación. Claro que eso supone que ocurran dos cosas que en Occidente son tabú: la primera es la existencia de naciones y la defensa de sus intereses como algo positivo y deseable. La segunda es una evaluación realista de las capacidades y necesidades para obtener esos fines. Aquí estamos haciendo maniobras en Polonia para evitar una oleada turística rusa (jajajaja) mientras en las grandes capitales de Europa hay barrios donde la policía ni se atreve a entrar y rige la sharia. Pero quien hable de la necesidad de sellar las fronteras y de que el islam es un elemento extraño y hostil a Europa será anatema.
Afortunadamente no todo el mundo es igual de fulastre. Hemos tenido la suerte de que los chinos, con su pragmatismo, no sólo hayan elaborado una doctrina completa, sino que la hayan publicado y se pueda traducir. Ignoro la fidelidad de la traducción por lo notoriamente difícil del mandarín, pero el libro traducido tiene sentido y puede ser un abridero de ojos. Sin más, enlazo:
http://www.c4i.org/unrestricted.pdf
En él se desglosa cómo la guerra moderna va mucho más allá de ejércitos pegando tiros y usando caros juguetes. Habla de la guerra cultural (algo en lo que los EEUU son maestros, pero no están aprovechando últimamente), del ciberespacio, la economía (una especulación dirigida puede hundir economías y hacer al país más gallito ponerse firme como vimos en Grecia)... En suma, de la política. Puesto que la guerra no es más que continuación de la misma por otros medios. O como decía Mao en su Libro Rojo, que los autores del libro que enlazo debieron memorizar en su época de estudiantes:
La política es guerra sin matanzas. La guerra es política con matanzas.