Tu teoría de que la "historificación" de Jesús responde a razones de tipo filosófico -la negación de la dualidad, si te he entendido bien- es algo completamente original,
Por lo que yo he leído, para este proceso sólo se alegan razones mundanas y políticas; a saber, dos:
a) Que un Jesús humano proscribía de las "revelaciones" tan frecuentes en la etapa de Pablo, donde cada "apostol" tenía su particular versión -acreditada por sus visiones de la Entidad-. Desde el momento en que el dogma se pone por escrito, Jesús deja de "comunicar" desde el Cielo, y todo lo que dijo está escrito sin mayor controversia. No ha lugar a añadir nada. De este modo, se centraliza el dogma y se puede controlar la aparición de sectas que se abroguen una autoridad en base a inconvenientes comunicaciones directas con Jesús.
Dicho esto, debo reconocer que todo ello se opone a algo que ya expuse anteriormente. Y es que últimamente he empezado a pensar que los cristianos siempre entendieron a Cristo como un ser "histórico", desde el principio. Sólo que para unos era histórico, pero habiendo venido en illo tempore -como Adán-, y para otros -después del 70- habiendo venido en el año 1 -a partir de una lectura de la profecía de Daniel, haciendo una extrapolaciòn, y estableciendo una cronología más concreta a partir de sus 70 semanas-.
Si es así, todo, las causas alegadas por otros y la causa filosófica que tú propones, no son sino efectos colaterales no previstos de una historificación que está en la génesis del mito.
Es obvio que, si para nosotros cosas como Adán y Eva, o Moises abriendo las aguas, son alegorías y mitos, para los judíos y cristianos de la época -neófitos-, eran historias reales. Sólo personas muy cultas como Filón podían entender las sutilezas. Así que los textos de Isaías o Daniel tenían que ser interpretados también literalmente.
Efectivamente, la historificación de Jesús responde a razones filosóficas (que se combinan con las políticas de gestión de un imperio multicultural en donde hay cultos en conflicto porque son incompatibles), aunque vistas desde los ojos de la época serían en realidad razones teológicas, puesto que solo desde la filosofía platónica uno puede plantear esta distinción. En aquella época nadie leyó a Platón sin ojos del teólogo, quizá porque era demasiado revolucionario (y han hecho falta 20 siglos para desteologizar a Platón) o porque el propio Platón se encargó de despistar a sus futuros lectores mediante trucos y trampas mitológicas solo comprensibles para los iniciados.
Ya comenté cómo la Teología es un invento de Aristóteles. Hasta él, Yaveh o Zeus no eran un Pensamiento que se piensa a sí mismo, no era Logos. Por tanto, las tesis de la filosofía griega sobre el problema del Mal y la injusticia y la salvación de almas son, a partir del IV ac, inseparables de las cuestiones teológicas que se plantean en las corrientes, gnósticas, protocristianas, alubia*s, herméticas o budistas.
Pero a pesar de esto, lo habitual es encontrarte que filólogos, antropólogos o historiadores, no analizan filosoficamente lo que analizan, y esto es porque no tienen formación filosófica para visualizar los problemas desde categorías no dualistas. Pero la religión es una realidad que desborda la Política o la Historia, y no digamos a la Psicología. Y por eso la historia de las religiones y el análisis del mito solo puede hacerse desde una Teoría de las Religiones, que solo puede teorizarse filosóficamente (por oposición al espiritismo o espiritualismo teológico). Más aun con las religiones monoteístas, que son filosóficas, porque rompen con el chamanismo de las religiones antropomórficas.
Así, Celso, Irineo, los Padres de la Iglesia, los evangelistas, Filón, Plotino… todos están haciendo filosofía (aunque ellos lo llamen Teología revelada) porque ya era imposible no hacerlo.
Por ejemplo, ¿realmente sorprende que Jesús proscribiera las “revelaciones” a sus discípulos? ¿no le coloca eso como un jovenlandesalista al igual que Sócrates o Epicuro?
Además, antes de Jesús existió otro personaje (Sócrates) juzgado por corromper a la juventud, y promover el rechazo a los cultos de la polis. Los paralelismos de Sócrates y Jesus eran perfectamente conocidos en la época en la que se escriben los evangelios o se tras*forma el mito desde sus primeras versiones cabalistas alubia*s, porque todo el mundo informado había leído a Platón, y conocían la famosa fin de Sócrates. ¿Realmente pensamos entonces que no van a tener los mitógrafos estas enseñanzas y modelos griegos en mente?
E igualmente ¿acaso no quería Platón decirnos algo cuando nos relata la injusta fin del hombre más virtuoso que conocieron los tiempos antiguos? Es lo mismo que hacen los evangelistas a través del relato vital y de enseñanzas de Jesús: trasmitirnos una enseñanza mediante el chivo expiatorio.
Ciertamente, yo también creo que desde un principio los evangelistas y seguidores cristianos creían en un Jesús “histórico” aunque lo remontara a Adan, porque la historia y la mitología eran indistinguibles (como lo es para Platón muchas veces, cuando quiere explicarnos algo y recurre al mito). En realidad “histórico” para mi quiere decir que el Mesías debía materializarse, hacerse presente, y no simplemente revelarse en una conciencia a través de una experiencia extática de iniciados, porque entonces habría sido una religión mistérica más (Y eso no suponía ninguna innovación).
Por tanto, esta mentalidad corporeista ¿de dónde proviene sino de la única tradición que no consideraba a la materia una sombra o una creación errónea? Pablo comienza sus peripecias en territorio de influencia griega, donde ya estaban operando comunidades cristianas. Estas comunidades ya se desmarcaban de las leyes judaicas porque su mentalidad era griega.
Las tras*formación del relato de Jesus termina por desbordar entonces los esquemas del judaísmo para convertirse en una vía de Salvación para todas las naciones. Este desborde es una operación ideológica hecha o apuntada por Pablo, pero confirmada y desarrollada luego por todos los demás. Así que la propia génesis del mito de Jesus surge por oposición dialéctica al etnicismo del relato bíblico judío del AT, algo de lo más lógico para cualquier mente dialectica griega, que era corporeista y universalista (salvo que fueras místico como Plotino o Pitágoras).
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