La Meteo que viene: LA GRASA SATURADA NO OBSTRUYE LAS ARTERIAS. Dr. Aseem Malhotra, cardiólogo británico. British Journal of Sports Medicine, April 2017
La grasa saturada no obstruye las arterias:
La enfermedad coronaria cardiaca es una condición de inflamación crónica, el riesgo de la cual puede ser reducido de forma efectiva con cambios en el estilo de vida (no con estatinas)
Dr. Aseem Malhotra, cardiólogo británico
Saturated fat does not clog the arteries: coronary heart disease is a chronic inflammatory condition, the risk of which can be effectively reduced from healthy lifestyle interventions | British Journal of Sports Medicine
Entre los comentarios que los lectores a la última entrada (Colesterol, el gran engaño) hubo uno de un lector que me dejaba el link del abstract de este recientemente publicado artículo del Dr. Aseem Malhotra en el British Journal of Sports Medicine.
Cuando lo consulté sólo había acceso al abstract. Para conseguir el artículo completo había que subscribirse a la revista o bien comprar el artículo. Opté por esto último, a pesar de que era un artículo muy breve, de sólo 2 páginas.
Pero había escuchado en múltiples conferencias y entrevistas en YouTube al Dr. Malhotra y sabía que me iba a interesar.
Este cardiólogo británico lleva tiempo luchando contra la injusta demonización de las grasas y en contra del azúcar y del síndrome metabólico como causa principal de la inflamación crónica y de la enfermedad cardiovascular. Y, por ende, contra el uso indiscriminado de estatinas.
Ahora ya hay acceso abierto al artículo y lo podéis leer en inglés en este link:
Saturated fat does not clog the arteries: coronary heart disease is a chronic inflammatory condition, the risk of which can be effectively reduced from healthy lifestyle interventions | British Journal of Sports Medicine
Para los que no vayan muy bien en inglés, lo he traducirlo y he ido añadiendo algunos comentarios personales a las aportaciones del Dr. Malhotra.
También he añadido algo de información de los artículos que comenta y de los que aporta las citas bibliográficas. He ido leyendo dichas citas y de ellas también he añadido información que he creído muy útil.
Esto es lo que dicen algunos cardiólogos, lo cual debería tomarse con más respeto que lo que dice un pediatra. Son cardiólogos dispuestos a contradecir el dogma actual del colesterol que nos han impuesto desde los años de Ancel Keys, hace ya 60 años. Son valientes y aportan bibliografía y experiencia en el campo.
Ahí va el artículo:
Dicen el Dr. Aseem Malhotra (Reino Unido), junto con la Dra. Rita F Redberg (California, EEUU) y el Dr. Pascal Meier, cardiólogo del Hospital de Ginebra, Suiza:
La patogenia (causa o génesis) de la enfermedad arterial coronaria y su tratamiento requieren de forma urgente un cambio en su paradigma.
A pesar de la creencia popular vigente entre los médicos y la población general, el modelo conceptual de la grasa saturada de la dieta obstruyendo una tubería es simplemente completamente equivocado.
Esta reciente revisión sistemática y meta-análisis de estudios observacionales, de referencia, publicada en el 2015 en el British Medical Journal (1) no mostró ninguna asociación entre el consumo de grasa saturada y los siguientes eventos:
1. gloria por cualquier causa
2. Enfermedad coronaria cardiaca
3. Mortalidad de origen cardiovascular
4. Infarto cerebral isquémico
5. Diabetes tipo 2 en adultos sanos.
El artículo completo en PDF:
http://www.bmj.com/content/bmj/351/bmj.h3978.full.pdf
De forma similar en este artículo, estudiando 7.150 pacientes, se ha visto que en la Prevención Secundaria de la Enfermedad Cardiaca (personas con un evento cardiovascular previo, tipo infarto angina, etc) no hay ningún beneficio en la reducción de la grasa, incluida la grasa saturada, ni en el infarto de miocardio, ni en la mortalidad cardiovascular ni en la mortalidad por cualquier causa. Así lo muestra este estudio publicado en el British Medical Journal (2) cuya cabecera he dejado encima del párrafo.
Es instructivo darnos cuenta de que en este estudio angiográfico de muyeres post-menopáusicas con enfermedad cardíaca, una mayor ingesta de grasa saturada se asoció con una menor progresión de su aterosclerosis, mientras que una mayor ingesta de carbohidratos y de aceites poli-insaturados sí que se asociaron a mayor progresión de su enfermedad (3).
Esto refuerza la idea de que la grasa saturada del plasma no viene de la grasa saturada de la dieta sino de los carbohidratos de la dieta, como expusimos en una anterior entrada titulada: "Y no me moriré de un infarto si como tanta grasa?".
También son dañinos, a pesar de bajar el colesterol, los aceites vegetales poli-insaturados, que inundan en EEUU la comida procesada. Los hidrogenan parcialmente para saturarlos y alargar la vida del alimento en la estantería.
La cita completa en PDF:
Dietary fats, carbohydrate, and progression of coronary atherosclerosis in postmenopausal women
Prevenir el desarrollo de aterosclerosis es importante,
pero es la atero-trombosis la que es la verdadera asesina
El proceso inflamatorio que contribuye al depósito del colesterol dentro de la pared arterial y la subsecuente formación de la placa (aterosclerosis), se parece más a una espinilla, como se explica en el dibujo adjuntado a tonalidad.
La mayoría de los eventos coronarios ocurren en lugares con una obstrucción coronaria menor del 70% y estas estenosis no suelen generar isquemia en los test de estrés (pruebas de esfuerzo), según demuestra este estudio (4) publicado en enero de 2013 en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes.
En el estudio comentan que, antes de romperse y provocar un desprendimiento que tape la arteria y ocasione un infarto, dichas placas no limitan el flujo sanguíneo de forma evidente y pueden ser invisibles a los testd de angiografía coronaria y a las pruebas de esfuerzo, por lo que no son susceptibles de intervención coronaria percutánea.
En dicho artículo (en el que ahora ahondamos, haciendo un paréntesis en el artículo central de Malhotra que estamos traduciendo aquí) comentan que el modelo de las tuberías en las que el colesterol de la dieta se va depositando lentamente en las arterias, llegando a la obstrucción, también es un concepto erróneo.
El autor, Michael B. Rothberg, MD, MPH, comenta que aunque las placas ateromatosas contengan lípidos, no están compuestas directamente de la grasa de la dieta.
Las LDL (Lipoproteínas de baja densidad) se fabrican principalmente en el hígado y (las de pequeño diámetro, oxidables) pueden infiltrar el endotelio vascular, donde se puede iniciar una compleja respuesta inflamatoria, especialmente en los lugares de tensión hemodinámica (4-a).
Esta respuesta inflamatoria puede llevar a un remodelamiento arterial, en el cual el crecimiento de la placa dentro de las paredes de la arteria va siendo acomodado por la protusión del vaso sanguíneo. De esa manera, esas placas grandes pueden no invadir la luz de la arteria y quedar escondidas a la angiografía.
Estas placas son particularmente peligrosas por dos razones: Por ser propensas a rupturas y porque antes de romperse no siempre limitan el flujo sanguíneo y, por ello, no inducen la formación de arterias colaterales que suplan el flujo deficitario.
Las proteínas HDL, en teoría remueven a las LDL de los tejidos periféricos, según un transporte inverso del colesterol de vuelta al hígado y, por ello, se creen que tengan un papel anti-inflamatorio (4-b).
Aunque la grasa saturada pueda incrementar el colesterol LDL, también incrementa el colesterol HDL (sus lipoproteínas transportadoras), de manera que el efecto final sobre el riesgo cardiaco es neutro.
Personalmente pienso que no es neutro sino protector. Son los azúcares refinados los que inducen la masiva formación de triglicéridos en el hígado (De Novo Lipogénesis Hepática) y que traducen una "Dislipemia Aterogénica" con valores de lípidos en sangre más propensos a la aterosclerosis. Son los azúcares los dañinos y son las grasas, las protectoras.
continuamos con el artículo del Dr. Malhotra:
Cuando las placas de ateroma se rompen (como haría de forma análoga una espinilla estallando), la trombosis (obstrucción) de una arteria coronaria y el consecuente infarto de miocardio pueden ocurrir en cuestión de minutos. Como dice el Dr. Malhotra, esto puede ocurrir en placas que no han dado clínica previa (síntomas) al paciente y que tampoco han dado la cara en pruebas de esfuerzo o angiografías coronarias.
Por otro lado, la limitación del actual enfoque ("desatascar una tubería") para el manejo de la enfermedad coronaria ha quedado revelado en una seria de estudios aleatorios randomizados (RCTs: Randomised Control Trials) que han demostrado que, paradógicamente, el poner stents (parecido a un muelle que impide cerrarse la coronaria) en obstrucciones significativas pero estables, a la larga no logran prevenir los infartos de miocardio o reducir la mortalidad (5). La verdad es que este artículo le deja a uno algo confundido sobre los stents, que tan eficaces parecen pues realmente desobstruyen estenosis significativas, devolviendo vitalidad a muchos pacientes...