cuñado de bar
Hablando sin tener ni idea
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Con 23 años, rompe todos los estereotipos de su oficio. Siempre radiante e impecable, sencillamente mostrando el día a día del taller de su familia, consigue que sus vídeos tengan millones de visualizaciones. Sus jóvenes seguidoras, le cuentan, quieren ser mecánicas también tras verla trabajar. El lado oscuro de su éxito: el machismo...
La mecánica -y electricista de coches- Irati Etxandi demuestra que el auténtico empoderamiento se hace con el ejemplo, no con la dialéctica. Ella abandonó su carrera como contable para ayudar en el negocio familiar hace sólo dos años. Hoy, sus vídeos enseñando su labor en el taller familiar acumulan millones de visitas. En ellos se ve a Irati explicando cómo se cambia correctamente un filtro de aceite, reparando un velocímetro, recuperando la potencia de un coche... Con 23 años, esta donostiarra de ojos tonalidad turquesa acumula 117.000 seguidores en Instagram y 222.000 en TikTok.
El suyo es un camino de idas y vueltas, a toda potencia, como la tras*misión de un Mustang Shelby GT500. Estudió un grado de Administración y Finanzas en la UPV/EHU. Pero no le llenaba. "Estuve trabajando en una empresa durante un año y me fui dando cuenta de que a lo mejor eso no era lo mío". Comenzó a ayudar con la contabilidad y la gestión del taller que lleva su padre desde hace décadas. "Pero no hay suficiente trabajo de administración para estar todo el día en la oficina. Entonces, cuando terminaba, bajaba a la zona de coches. Comencé con las máquinas de diagnosis, cambiando baterías, cosas muy sencillitas... Me encantó".
Aprendió de la experiencia de los suyos. "Mis maestros han sigo mi padre y mi hermano. Ellos también son mecánicos, con muchos conocimientos detrás". Tras un tiempo en el taller, comprendió que lo suyo eran las herramientas y los circuitos. Lo llevaba en la sangre, es la tercera generación en el oficio. "Mi abuelo también fue mecánico".
Irati en el taller familiar.
En la familia la entendieron y apoyaron. "Mi 'aita' me animó desde el principio. Sobre todo con la electrónica porque, desde pequeña, él veía que se me daba bien".
Le ha servido además que es sumamente metódica y minuciosa. Algunas de sus grabaciones más difundidas -y aplaudidas- son aquellas en las que se enfrenta al reto de desmontar todo el salpicadero del coche. Hasta dejarlo completamente desnudo de cables y plásticos. Un rompecabezas aparentemente imposible... "Se necesita ser muy ordenado... Como lo hagas mal, esto tiene unos pasos muy específicos, no encaja después. Y, lo curioso, es que son distintos para cada coche". Pasa de un Renault a un Golf sin dificultad.
Ella es parte de un nuevo fenómeno en las redes: los mecánicos virales. Son los nuevos influencers. Como el celebérrimo Ángel Gaitán, con millones de seguidores. Desde su taller de Aranjuez, relata las miserias de los concesionarios oficiales -especialmente Tesla- y de los vendedores de segunda mano. Sin rival por el lado masculino, en difusión y audiencia, su competencia viene por el lado femenino. Aparte de Irati, la más joven y con mayor progresión, está Yanibel Díaz (alias Yani Drift), una todoterreno. Es también piloto de carreras de la modalidad drifting y, desde el desguace a los circuitos, es un espectáculo de espontaneidad y erudición. Con ella empezó todo, reconoce Irati, quien suma 339.000 seguidores entre Instagram y TikTok. Eso con 82 y 169 publicaciones, respectivamente. Es decir, la friolera de 1.350 seguidores, de media, por cada vídeo difundido.
La mecánica donostiarra cambiando un neumático.
Pero, como en cada historia de éxito, hay claroscuros. En el caso de la joven mecánica vasca, le toca lidiar con el machismo. Los piropos subidos de tono son una constante. Y las críticas llegan a ser crueles. Le acusan desde que todo es un montaje, que ella no sabe ni de mecánica ni electricidad de coches, hasta criticarla por salir impecable, sin manchas de grasa, manicura hecha y el rostro acicalado. "Tras acabar Administración y Finanzas, estudié maquillaje", responde a sus odiadores. Los haters, no entienden de explicaciones. Quizá porque ella rompe todos sus estereotipos. Lo hace Gaitán también. Quien explica impoluto qué pasa con un cigüeñal o con la cristalización del AdBlue. Pero a él nunca le acusarán de no saber hacerlo.
Más del 90% de los seguidores de Irati son varones. Mas ella está especialmente satisfecha con las chicas, ese 9%, de su edad o más jóvenes, que tras verla trabajar deciden prepararse para el mismo oficio. "Es maravilloso inspirara a otras mujeres", afirma a 'Crónica' con humildad.
Su primer vídeo fue ella desmontando un airbag. Sin decir palabra y con el Despechada de Rosalía de fondo. Esa grabación supera las 900.000 reproducciones. Actualmente, según una medición que nos envía, sus vídeos acumulan cinco millones cada mes.
Irati, que ha aprendido trabajando, hoy también es profesora en una escuela online de mecánica... Pero ella, nada tiene de estrella. Reconoce que no se puede vivir de los vídeos y que el grueso de su salario proviene de su trabajo. "No más de 2.000 euros, lo otro da por publicidad, que es sólo puntual". Mantiene en secreto el nombre del taller familiar, a pesar de las suplicas de sus forofos. "No necesitamos publicidad, antes de todo esto ya estaba lleno", suelta sin darse importancia. Demostrando, a su vez, que otra clase de influencer es factible.
Pues si va mal de pasta, que se haga un onlyfans. Seguro que le quita los suscriptores a la ciclista famosa de Murcia.
La mecánica -y electricista de coches- Irati Etxandi demuestra que el auténtico empoderamiento se hace con el ejemplo, no con la dialéctica. Ella abandonó su carrera como contable para ayudar en el negocio familiar hace sólo dos años. Hoy, sus vídeos enseñando su labor en el taller familiar acumulan millones de visitas. En ellos se ve a Irati explicando cómo se cambia correctamente un filtro de aceite, reparando un velocímetro, recuperando la potencia de un coche... Con 23 años, esta donostiarra de ojos tonalidad turquesa acumula 117.000 seguidores en Instagram y 222.000 en TikTok.
El suyo es un camino de idas y vueltas, a toda potencia, como la tras*misión de un Mustang Shelby GT500. Estudió un grado de Administración y Finanzas en la UPV/EHU. Pero no le llenaba. "Estuve trabajando en una empresa durante un año y me fui dando cuenta de que a lo mejor eso no era lo mío". Comenzó a ayudar con la contabilidad y la gestión del taller que lleva su padre desde hace décadas. "Pero no hay suficiente trabajo de administración para estar todo el día en la oficina. Entonces, cuando terminaba, bajaba a la zona de coches. Comencé con las máquinas de diagnosis, cambiando baterías, cosas muy sencillitas... Me encantó".
Aprendió de la experiencia de los suyos. "Mis maestros han sigo mi padre y mi hermano. Ellos también son mecánicos, con muchos conocimientos detrás". Tras un tiempo en el taller, comprendió que lo suyo eran las herramientas y los circuitos. Lo llevaba en la sangre, es la tercera generación en el oficio. "Mi abuelo también fue mecánico".
Irati en el taller familiar.
En la familia la entendieron y apoyaron. "Mi 'aita' me animó desde el principio. Sobre todo con la electrónica porque, desde pequeña, él veía que se me daba bien".
Le ha servido además que es sumamente metódica y minuciosa. Algunas de sus grabaciones más difundidas -y aplaudidas- son aquellas en las que se enfrenta al reto de desmontar todo el salpicadero del coche. Hasta dejarlo completamente desnudo de cables y plásticos. Un rompecabezas aparentemente imposible... "Se necesita ser muy ordenado... Como lo hagas mal, esto tiene unos pasos muy específicos, no encaja después. Y, lo curioso, es que son distintos para cada coche". Pasa de un Renault a un Golf sin dificultad.
Ella es parte de un nuevo fenómeno en las redes: los mecánicos virales. Son los nuevos influencers. Como el celebérrimo Ángel Gaitán, con millones de seguidores. Desde su taller de Aranjuez, relata las miserias de los concesionarios oficiales -especialmente Tesla- y de los vendedores de segunda mano. Sin rival por el lado masculino, en difusión y audiencia, su competencia viene por el lado femenino. Aparte de Irati, la más joven y con mayor progresión, está Yanibel Díaz (alias Yani Drift), una todoterreno. Es también piloto de carreras de la modalidad drifting y, desde el desguace a los circuitos, es un espectáculo de espontaneidad y erudición. Con ella empezó todo, reconoce Irati, quien suma 339.000 seguidores entre Instagram y TikTok. Eso con 82 y 169 publicaciones, respectivamente. Es decir, la friolera de 1.350 seguidores, de media, por cada vídeo difundido.
La mecánica donostiarra cambiando un neumático.
Pero, como en cada historia de éxito, hay claroscuros. En el caso de la joven mecánica vasca, le toca lidiar con el machismo. Los piropos subidos de tono son una constante. Y las críticas llegan a ser crueles. Le acusan desde que todo es un montaje, que ella no sabe ni de mecánica ni electricidad de coches, hasta criticarla por salir impecable, sin manchas de grasa, manicura hecha y el rostro acicalado. "Tras acabar Administración y Finanzas, estudié maquillaje", responde a sus odiadores. Los haters, no entienden de explicaciones. Quizá porque ella rompe todos sus estereotipos. Lo hace Gaitán también. Quien explica impoluto qué pasa con un cigüeñal o con la cristalización del AdBlue. Pero a él nunca le acusarán de no saber hacerlo.
Más del 90% de los seguidores de Irati son varones. Mas ella está especialmente satisfecha con las chicas, ese 9%, de su edad o más jóvenes, que tras verla trabajar deciden prepararse para el mismo oficio. "Es maravilloso inspirara a otras mujeres", afirma a 'Crónica' con humildad.
Su primer vídeo fue ella desmontando un airbag. Sin decir palabra y con el Despechada de Rosalía de fondo. Esa grabación supera las 900.000 reproducciones. Actualmente, según una medición que nos envía, sus vídeos acumulan cinco millones cada mes.
Irati, que ha aprendido trabajando, hoy también es profesora en una escuela online de mecánica... Pero ella, nada tiene de estrella. Reconoce que no se puede vivir de los vídeos y que el grueso de su salario proviene de su trabajo. "No más de 2.000 euros, lo otro da por publicidad, que es sólo puntual". Mantiene en secreto el nombre del taller familiar, a pesar de las suplicas de sus forofos. "No necesitamos publicidad, antes de todo esto ya estaba lleno", suelta sin darse importancia. Demostrando, a su vez, que otra clase de influencer es factible.
En el taller 'viral' de Irati, la mecánica vasca con 339.000 seguidores que antes de arreglar coches era contable
La mecánica -y electricista de coches- Irati Etxandi demuestra que el auténtico empoderamiento se hace con el ejemplo, no con la dialéctica. Ella abandonó su carrera como...
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Pues si va mal de pasta, que se haga un onlyfans. Seguro que le quita los suscriptores a la ciclista famosa de Murcia.