El teletrabajo es malo para la empresa y está condenado a desaparecer.

Tagghino dijo:

Con el presencialismo muchas empresas justifican más gente y por lo tanto más horas (¿quién no ha estado en proyectos en dónde fácilmente el 40% del personal no hacía falta?), es un buen negocio, claro a costa de la "productividad".

El cliente veía movimiento, mucha gente por todos lados, en mesas, dando vueltas, reuniones aquí, reuniones allá y montañas de papeles (la mayoría innecesarios), de alguna manera se autoconvencía que lo que le estaban haciendo era muy importante y requería muchos medios.

En cambio, ahora intentan vender que todo por vía electrónica, virtual y a distancia es mucho mejor, te ahorras tiempo, papel, costes de oficina y tras*porte, además, el trabajo queda mejor.

Pero los costes siguen siendo los mismos, el cliente no es gilupollas y tal y como sucedió con la llegada de los ordenadores, sobrarán muchas profesiones y por lo tanto gente.

Al cliente le encanta que le digan que con el trabajo a distancia, es decir realizándolo en cualquier parte (teletrabajo) no hay apenas diferencia en la calidad y que se ahorra tiempo y gastos.

Ahora el cliente y la empresa están tratando golfos y jetas para implantar el teletrabajo, una vez implantado, el siguiente paso será el trabajo por objetivos, es decir, no hará falta tener horario, solamente cumplir los plazos de entrega.

Al principio, todo mundo llegará con la mitad de la jornada, luego apretarán y tendrás que hacer tu jornada entera, posteriormente, no podrás cumplir sin sacrificar "algo" de tu tiempo libre.

Podrás hacer cumplir tus derechos y pedir menos carga de trabajo, pero te quitarán objetivos y si no tienes objetivos, no podrás justificar tu puesto de trabajo.

Pero eso no termina ahí, el teletrabajo abrirá la caja de Pandora y los clientes y las empresas podrán contratar "objetivos" en cualquier parte del mundo, contratarán sólo por el tiempo que dure dicho objetivo, es decir, como si toda mano de obra fuera realizada por falsos autónomos, pero de manera intermitente, como aquellos tiempos en que la gente se ponía en sitios como plazas esperando que alguien llegara a contratarte para ese día.

Encima los equipos informáticos, gastos y demás, los tendrás que asumir.

Como siempre, el remero siempre pierde

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