Un poco de lectura macho cabríoes:
Respecto al cerezo:
Me refiero al cerezo silvestre o productor de madera y no al cerezo cultivado para producción de fruto. El cerezo silvestre se distribuye en España sobre todo por la mitad norte peninsular, siendo árbol frecuente en Galicia, especialmente en la mitad oriental de la región.
Su interés forestal radica en el valor paisajístico, derivado sobre todo de su floración y de la coloración otoñal de las hojas, de su valor natural por servir de alimento para la fauna silvestre y por la posibilidad de producir madera de excelente calidad.
Aparece casi siempre como especie acompañante en robledales o hayedos, en los que se debe favorecer. En claros o montes degradados de frondosas se puede introducir como plantación de enriquecimiento.
Es árbol que precisa climas húmedos, con precipitaciones bien repartidas a lo largo del año, no tolerando una excesiva sequedad ambiental ni fuerte insolación. Soporta fríos invernales intensos, pero es sensible a heladas tardías, lo que limita la altitud máxima en la que puede vegetar a 1100 - 1200 m, que alcanza si se sitúa en valles abrigados.
Es muy sensible a la sequía estival y puede sufrir daños en la corteza por exposición a fuertes insolaciones. Es especialmente sensible a plagas y enfermedades, como chancros, pudriciones de corazón del tronco, bichito o pulgones.
Es especie bastante exigente en suelos, requiriéndolos profundos y frescos. Vive sobre suelos silíceos o calizos, pero deben ser sustratos bastante fértiles en general y no tolera los excesivamente ácidos ni encharcados.
Su buen crecimiento en suelos moderadamente ácidos es una ventaja importante, en las condiciones gallegas, respecto de otras especies de madera preciosa como el fresno o el nogal, amantes de suelos neutros. Es sin embargo especie exigente que necesita adecuada fertilidad para producir madera de calidad.
Su temperamento puede considerarse como de media luz, ya que soporta cierta cobertura en la primera edad, lo que incluso le beneficia en climas secos, aunque precisa ser liberado a los pocos años para crecer vigorosamente.
La regeneración del cerezo silvestre es buena por semilla, con frecuencia con la colaboración de aves frugívoras, que diseminan los frutos, fructificando a partir de los 10 años y dando cosechas anuales. Además brota bien de cepa y frecuentemente de raíz, siendo esto último lo que explica su aparición en los montes como golpes de algunos árboles próximos entre sí.
El árbol adulto alcanza los 20 - 25 m de altura, con copa amplia, poco densa e irregular. Presenta buena dominancia apical, siendo a menudo el tronco derecho y cilíndrico. La raíz principal es poco profunda y las laterales son extendidas. Es árbol poco longevo, alcanzando del orden de 100 a 120 años por lo general. El crecimiento es de medio a rápido, con rendimientos de 8 a 11 m3/ha año.
La madera es excepcional, de albura amarillenta y duramen (cerna) rojizo, ocasionalmente con manchas verdosas, oscureciéndose con el tiempo hasta tomar un tonalidad rojizo. Es algo pesada, resistente y relativamente dura. Su grano es fino y la fibra es recta. Se sierra fácilmente y da un excelente acabado. Se puede curvar, encolar, clavar y atornillar sin dificultad. Se seca rápido y bien (se contrae y agrieta poco), aunque tiende a torcerse. Tratándola con agua rica en calcio se torna de tonalidad rojo vivo. No resiste la intemperie, los cambios de humedad ni los ataques de hongos o insectos.
En referencia a sus usos puede considerarse como muy valiosa, decorativa y apreciada en ebanistería de lujo, construcciones interiores, tornería, maquetería, talla, etc. Se emplea también para la obtención de chapa, destinada a la fabricación de muebles y revestimientos murales.
El cerezo presenta excelentes fustes, a lo que contribuye en este caso el acompañamiento lateral.
Selvicultura:
La densidad de plantación debe ser al menos 1100 pies/ha (3 x 3 m) y si se trata de una mezcla con otras especies como roble, castaño, fresno o arce es aconsejable una densidad de 400 a 500 pies/ha de cerezo. En plantaciones de terrenos rasos puede usarse planta de una o dos savias, de unos 50 a 70 cm, que deben protegerse ya que son muy apetecidas por la fauna silvestre.
No deben realizarse plantaciones monoespecíficas extensas por ser una especie vulnerable a muchas enfermedades. No conocemos ninguna plantación que no haya sido atacada por pulgón los primeros años. Es posible mezclarlo con coníferas (dado su rápido crecimiento inicial) o con otras frondosas, debiendo preferirse las que tengan una similar pauta de desarrollo.
Plantación mixta de cerezo de monte con pino radiata con mezcla íntima pie a pie en A Falmega (A Coruña).
A menudo el cerezo se planta en montes de otras especies con escaso valor comercial. En esas repoblaciones de enriquecimiento se usa planta de dos o tres años de 60 a 120 cm.
El principal inconveniente es la ausencia en España de material seleccionado, lo que puede animar a los propietarios forestales a probar los excelentes clones franceses productores de madera (aunque la experiencia de uso en el norte de España es casi inexistente). Algunos viveros gallegos ofrecen esas plantas.
El porte forestal del cerezo es excelente, mucho mejor que el de otras frondosas, tiene ramificación verticilada y buena dominancia apical. Sin embargo son necesarias también tallas de formación cada dos o tres años para suprimir ramas que enderezan o que muestran excesivo desarrollo.
Presenta una mala poda natural, puesto que conserva las ramas muertas durante bastante tiempo, lo que origina nudos muertos y deprecia considerablemente la madera. Su poda se iniciará cuando los árboles tengan 6 m de altura podando 2 m.
El cerezo soporta sin ningún riesgo podas algo más fuertes que el resto de las especies y puede podarse hasta el 50% de su altura.
Debe tenerse presente que las ramas bajas de los cerezos muy vigorosos ganan diámetro con gran rapidez, alcanzando en pocos años valores demasiado elevados, lo que hace recomendable podarlas a tiempo o incluso mantener un sotobosque de otras especies que proporcionen algo de sombra al tronco.
En los bosquetes plantados puros se deben realizar clareos para eliminar árboles lobo que ejercen gran competencia sobre los mejores pies. A los 20 - 30 años, cuando los árboles alcanzan unos 10 m de altura, se realizará una selección de 100 - 150 pies/ha como de porvenir.
Es una especie de crecimiento rápido que precisa claras fuertes e intensas, a las que responde perfectamente, aumentando el tamaño de las copas y creciendo en diámetro. A partir de los 40 años la respuesta a las claras es lenta.
En montes mixtos, donde el cerezo aparece de forma natural como especie acompañante (generalmente robledales o hayedos), siempre será importante económicamente favorecer en las claras a los pies de cerezo, que se cortan antes que la especie principal, dando madera excelente.
La rotación de las claras será de 5 a 6 años y perseguirán un fuste limpio de unos 8 - 10 m con copa equilibrada y desarrollada, para lo que se requieren claras vigorosas. Los turnos son de 40 a 60 años, ya que con edades mayores es frecuentemente atacado por pudriciones.