Debate online marxismo VS escuela austriaca

Pero eso no quita que la referencia que se usa para la valoración subjetiva, sea objetiva.

Sigamos con las medidas.... Subjetivo aquí no está perfectamente en la definición, pero de perfil se puede entrar, porque la cuestión es a donde llegar y sería más complicado usar otra palabra.

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Si todos intentamos decir a ojo cuanto mide esto, es una medida "subjetiva". Cada uno diremos una cifra distinta, calculamos a ojo
Y cada uno calculará a su manera. Yo por ejemplo usaré la distancia entre mi pulgar y mi índice, para darla.
Pero hay una medida objetiva en el método que usemos todos que es la del patrón: metro.

Si después preguntamos porque sabemos cuantos centimetros mide, unos daremos una explicación y otros dirán: no lo sé, a ojo...... (tendrá una impresión de "subjetividad"

Ahora supongamos que nadie ha enseñado a nadie a medir las distancia. Los primeros humanos que uno le dijo a otro: da 5 pasos.... Y explícale que hay una medida patrón: el metro, que es objetiva. Y te dirá: no, lo que hay son pasos.....

El subjetivismo está conscientemente objetivizado, mediante la dialéctica transitoria en el ámbito socialmente considerado.

Que no es lo mismo :roto2:
 
El subjetivismo está conscientemente objetivizado, mediante la dialéctica transitoria en el ámbito socialmente considerado.

Que no es lo mismo :roto2:
Entonces la distancia, la medida, el volumen, es un subjetivo objetivado?
 
Así expresado me parece bastante más coherente. Pero insisto; hablas de materias primas puras, en las que influye mucho más el coste, por la sencilla razón de que no hay transformación de la materia. Un Ferrari cuesta 200.000€...¿cuánto cuestan a peso sus materiales? En la extracción de una materia prima el valor añadido del extractor es mínimo en comparación.

El problema de las teorías marxistas es que intentan hacer una proporción directa entre lo que cuesta la producción de un bien, el trabajo empleado y el precio final, como si fuera una foto fija e inmutable.

Lo que está dispuesto a pagar el cliente, el precio que subjetivamente otorga a ese bien es la variable más importante. Porque es la que decide la demanda que tendrá ese bien, si hay lugar para la competencia que mejore el proceso y baje precios, o si por lo contrario se quedan los almacenes sin vender.

Es un asunto complicado y largo de explicar.

Un primer hecho notable cuando observamos un mercado libre es que el valor (tal como lo expresa el precio de mercado) y el coste de los bienes coinciden. Esto es, si el coste de un bien, es 456 el precio de ese bien en el mercado es precisamente 456. (En este coste se incluye la remuneración del capital (el beneficio o plusvalía) al tipo de interés actual de la economía)

Esta peculiar propiedad ha generado a partes iguales ingentes cantidades de confusión o ascua-sardinismo.

El que la realidad de un mercado libre nos muestra coincidentes el coste y valor de mercado de un bien y por tanto los cambios en el coste y en el valor estén sincronizados según una precisa coreografía da lugar a una poderosa trampa intelectual: la tentación de suponer que hay una relación causal directa entre coste y valor.

Quienes ingenuamente caen en esta trampa tienden a crear dos familias opuestas, pero equivalentes, de teorías del valor. Las teorías del valor en las que el coste actuando como causa, crea el valor como efecto y las teorías en las que el valor, actuando como causa, crea el coste como efecto.

Dentro de la familia de teorías del primer tipo, en las que el coste crea el valor, o el valor es una consecuencia o producto del coste, la más conocida es la teoría del valor trabajo marxista.

En la teoría marxista, el único coste de producción es el trabajo pero esto, obviamente es un simple dogma de agenda y en la lógica más general de estas teorías, el valor es creado como efecto del “esfuerzo” de producción, entendido de forma más general, y el valor creado es proporcional al esfuerzo empleado.

La otra familia de teorías basadas en la coincidencia de coste y valor, las teorías en las que primero está el valor que actúa como una causa que justifica o determina el coste, la principal es la teoría subjetivista austriaca.

El cómo el coste o esfuerzo invertido en producir algo generaría un bien con un valor proporcional al esfuerzo empleado es más obvio. Lo contrario, el que la economía sea capaz siempre de producir un bien con el coste que coincida con el valor que previamente ha asignado “por razones subjetivas” la demanda o los consumidores a ese bien puede parecer más esotérico pero hay mecanismos que permiten ese “ajuste hacia atrás”

En un ejemplo cigotofritístico, podríamos tener un agricultor que produce dos tipos de verdura: calabazas y coliflores. Si expresamos el precio por kilo, podría ocurrir que el precio de las coliflores sea 124 y el de las calabazas 35. Si observamos el proceso productivo del agricultor (y suponemos que su trabajo es el único coste significativo) veríamos que dedica 30 horas a producir cada tonelada de coliflor y 8,2 horas a producir cada tonelada de calabazas.

El agricultor dedica un 366% más de horas de trabajo a producir cada tonelada de coliflor y consigue un producto que tiene un precio o valor de mercado un 354% mayor.

Un marxista simplemente diría que las coliflores tienen más valor porque, o a causa de que, el agricultor ha invertido más trabajo en ellas.

El austríaco, suponiendo que aceptase mancharse las manos con vulgares números por una vez en la vida, nos diría que el agricultor simplemente reparte sus horas de trabajo de acuerdo a unos valores de las verduras que la demanda de los consumidores ha establecido previamente según simplemente sus preferencias.
Sería largo explicar por qué el agricultor haría algo así pero el caso es que puede demostrarse que ajustar sus asignación de trabajo en proporción a los precios de venta es la opción más beneficiosa para el agricultor (Los agricultores obtendrían un salario por hora diferente con cada verdura si no asignasen sus horas en proporción a los precios de mercado de las verduras. Si los agricultores obtienen salarios por hora más altos con unas verduras que con otras, terminan concentrándose en las verduras que les proporcionan mayores salarios pero eso crea una escasez de las verduras que ya no son cultivadas que hace aumentar sus precios de mercado al mismo tiempo que reduce el precio de la verdura en la que se ha concentrado la producción. El caso es que finalmente se llega a un equilibrio en el que el salario hora de los agricultores es independiente de la verdura que produzcan en cada momento porque la asignación de horas es proporcional al valor de mercado de cada verdura)

En estas dos familias de teorías del valor basadas en la relación causal entre coste y valor de un bien, aparecen grandes oportunidades para que cada grupo deposite sus dogmas y prejuicios ideológicos.

En la teoría en la que el origen o causa del valor es el coste o la oferta (que algo sorprendentemente es la teoría marxista) el trabajo es considerado como causa única del valor económico.

En la teoría de la demanda (que de nuevo algo sorprendentemente es la teoría austríaca) serían las decisiones soberanas y libres de los consumidores la causa única del valor, un valor que además sería propio de cada ciudadano: cada ser humano decretaría, según sus decisiones libres, el valor económico de cada bien en un universo propio.

Todo esto, tanto lo de unos como lo de otros, es puro ritual mágico-supersticioso-religioso y forma dos formas construcciones del pensamiento mágico. La austríaca es ingenua pero relativamente inocua mientras que la marxista es extremadamente tóxica.

La idea de que los consumidores puedan construir libremente sus preferencias y que ciertas leyes económicas no explicadas garantizarán que los productores podrán producir los bienes a los costes que los consumidores han decretado arbitrariamente es.. bueno, eso, una idea mágica.

La idea opuesta, aunque equivalente de los marxistas que establece que todo esfuerzo, aunque sea empleado de la manera más estulta posible generará garantizadamente el mismo valor es, además de una idea mágica, una idea extremadamente peligrosa porque hace pensar que nada malo puede suceder poniendo a Leire Pajin como Ministra de Sanidad o que el esfuerzo productivo invertido en un aeropuerto sin aviones o en prepararse para una oleada turística alienígena imaginaria generarán automáticamente el mismo valor que si se hubiesen empleado productivamente. La teoría marxista del valor derivado automáticamente del coste es un grito de “gloria a la inteligencia” y el poder tiene siempre la razón por muy menso que sea el poder.

Estas dos teorías son falaces, por supuesto, y su falacia está en el origen, al suponer que la coincidencia entre coste y valor indica una relación causal directa. Aunque el coste y el valor coinciden, ni el coste produce el valor ni el valor causa el coste.

Es trivial encontrar experimentos mentales o casos reales que refutan claramente tanto una teoría como la otra. Es fácil encontrar situaciones sencillas en los que un gran aumento del trabajo empleado en producir un bien, por ejemplo introduciendo deliberadamente ineficiencias, no produce aumento alguno de valor, lo que demuestra que el mero invertir más trabajo no garantiza que más valor será creado. En el mundo existen además muchos bienes con gran valor, como un campo petrolífero, que no han sido creados con trabajo. También es fácil encontrar ejemplos que refutan la tesis de que el valor causa el coste. Hay miles de ejemplos en los que el valor de un bien cae pero su coste no. Por ejemplo: la introducción de la fotografía digital hizo caer el valor de las cámaras o las películas pero no redujo su coste de producción lo que condujo a que cámaras y películas dejasen de producirse porque se vendían a un precio muy inferior a su coste que no había cambiado.

El que sea trivial encontrar millones de ejemplos en los que ninguna de las teorías religiosas del valor sea capaz de lograr que valor y coste o coste y valor coincidan como esas teorías dicen que deberían coincidir se debe a que en general, el valor y el coste de un bien no coinciden.

Si cuando miramos las economías de libre mercado del mundo real observamos esa coincidencia es solo porque estamos observando estados económicos muy especiales: equilibrios de mercado o situaciones cercanas. Cuando una economía de mercado está en equilibrio, o equivalentemente, cuando una economía ha alcanzado una configuración de máxima eficiencia, aparece esa extraña coincidencia entre coste y valor pero no porque el coste cause el valor o porque el valor cause el coste sino porque esa propiedad es una propiedad de esos estados de equilibrio o máxima eficiencia.

No puede deducirse ninguna ley económica de la relación causal directa entre coste y valor porque no existe esa relación directa.
Si observamos los planos de un avión, y los medimos, comprobaremos que su ala izquierda tiene un área que coincide con al área del ala derecha. Si estudiamos el proyecto de un submarino, comprobaremos que el peso del submarino coincide precisamente con el peso de un volumen igual al volumen del casco del submarino (salvo que sea un submarino diseñado por Navantia)

Deducir que hay una ley física o ley de la realidad que garantiza directamente este resultado sería un error (como puede atestiguar Navantia) porque no hay una relación causal directa entre un ala y el otro ala de un avión ni entre el volumen y el peso de un submarino. El que las dos alas de un avión o de un pájaro tengan el mismo área o el que un submarino pese lo mismo que al agua de mar que desplaza su volumen es una propiedad de ciertas soluciones al diseño de aviones o submarinos y cuando se adoptan esas soluciones aparece esta coincidencia como un efecto secundario.

En economía, el coste de un bien causa como efecto su valor al mismo tiempo que el valor de un bien causa como efecto su coste, lo que implica que tanto el coste como el valor son a la vez causas de sí mismos y efectos de sí mismos.

La economía es un sistema masivamente realimentado en el que tanto el coste como el valor de cada bien se origina o está causado por el coste y el valor de todos los demás bienes de la economía. Una teoría del valor económico tiene que explicar la estructura de estas relaciones entre los bienes económicos y su valor y no encontrar una causa o razón última del valor económico porque no existe esa causa o razón última.
 
Debate interesante pero esteril.

La historia del ser humano en líneas generales se ha basado en la dominación de una mayoría por parte de una minoría.(Teoría de la bota en el cuello).
Las herramientas han sido muchas: religión e ideas politico-económicas diversas.
Al final el resultado es siempre el mismo, con mayor o menor crudeza, la bota en el cuello.

Se salvan (aúnque no estoy completamente seguro) las pequeñas comunidades tipo tribus.

Todo lo demás es darle un formato distinto para seguir con el mismo sistema. Y ojo que las ideas y realidad siempre siguen derroteros distintos.

Si no mirad el liberalismo, del dicho al hecho......
Y el marxismo otro tanto.

Un saludo y disculpad a este pecador.
 
Debate interesante pero esteril.

La historia del ser humano en líneas generales se ha basado en la dominación de una mayoría por parte de una minoría.(Teoría de la bota en el cuello).
Las herramientas han sido muchas: religión e ideas politico-económicas diversas.
Al final el resultado es siempre el mismo, con mayor o menor crudeza, la bota en el cuello.

Se salvan (aúnque no estoy completamente seguro) las pequeñas comunidades tipo tribus.

Todo lo demás es darle un formato distinto para seguir con el mismo sistema. Y ojo que las ideas y realidad siempre siguen derroteros distintos.

Si no mirad el liberalismo, del dicho al hecho......
Y el marxismo otro tanto.

Un saludo y disculpad a este pecador.

A usted le parecerá estéril, pero de estéril nada, un precio subjetivo, significa que lo marcan las personas (democracia real del que compra), si esto no es así significa que otra autoridad lo puede marcar. No es nada trivial.

Si una autoridad lo puede marcar imagínese como cambia el régimen político. Un precio subjetivo permite el desarrollo constante, uno con precios fijados está anclado en los intereses de una minoría, que lo controla (falso liberalismo).

Fíjese si es importante este tema.

Y de marxismo mejor no hablar, no tiene las herramientas para establecer lo subjetivo (democracia), ni la incertidumbre(premio y castigo). Sin eso, es imposible la libertad, solo puede existir la economía planificada, lo cual lleva a la tiranía siempre.
 
Última edición:
Cualquier sistema reglado (de hecho cuanto mas reglado sea mas) lleva a la tiranía.

O no vivimos ahora en una?.

De todas maneras es solo una opinión.

Y cuando digo debate esteril es que ninguno de los dos "sistemas" es totalmente defendible, los dos son pavorosos.

Un saludo.
 
Un iphone de gama alta vale 500 ñapos. Y no resuelve ningún problema 'real' a la gente que lo compra (generalizando, puede haber alguna excepción) que no resuelva un móvil de 80€.

Sin embargo el agua, el elemento más necesario para la vida, vale 0,001€ el litro.

De ahí lo del valor marginal. El típico ejemplo del desierto: cambiarías el iphone por un vaso de agua sin dudarlo.

No hay relación entre utilidad y precio. Los diamantes o el platino son carísimos, y sin embargo no sirven para mucho.

Insisto: una teoría sobre precios y valores tiene que tener en cuenta el concepto emocional. Y ese se lo otorga subjetivamente el cliente..

Bueno, yo no niego que las emociones o las preferencias subjetivas influyen en los precios de la economía y en el valor de los bienes.

Es evidente que cuando una sociedad supera la fase de subsistencia la economía comienza a crear productos de esparcimiento o ocio que van dirigidos a que los ciudadanos se proporcionen sus pequeños placeres haciendo turismo, coleccionando arte o leyendo novelas.

Los deseos y preferencias subjetivas de la gente son parte de las variables con que se alimenta al sistema para que el sistema encuentre una solución óptima pero el funcionamiento de esa máquina que llamamos economía no se basa en un mecanismo subjetivo.

Podemos decir que parte del comportamiento de los consumidores aunque, desde luego, no todo, depende de sus preferencias personales subjetivas pero la "mano invisible" de la economía, el mecanismo interno o subyacente que decreta los precios no.

Por ejemplo: un ciudadano puede padecer una nueva enfermedad por razones epidemiológicas completamente independientes de sus preferencias. Esto crea una nueva demanda sanitaria determinista predecible y objetiva. El médico que atiende a ese paciente elegirá un tratamiento que es (debe ser) independiente de las preferencias subjetivas del médico y esto creará una nueva demanda determinista de medicamentos.

El mecanismo que determina el precio y valor económico de los cabezales de perforación para pozos petrolíferos o de los rodamientos industriales es completamente independiente de las preferencias personales subjetivas de los agentes (si esa economía es eficiente y cuenta con buenos profesionales)

El que podamos encontrar fácilmente en la economía miles de casos en los que el mecanismo que determina el valor no necesita en absoluto preferencias personales nos indica que el mecanismo de los precios en la economía, y solo hay un mecanismo que es el mismo para rodamientos o vestidos de novia, no está basado en preferencias personales.

Cuando una economía se convierte en una economía de guerra, cuya función es ganar una guerra, entonces tienen mucha influencia en la economía lo que los militares digan que es prioritario o no pero eso no cambia los mecanismos de a economía sino solo su objetivo.

Una economía cuyo objetivo, cuyo problema a resolver de forma óptima sea el "bienestar" de los habitantes de un país, estará muy influida por lo que los habitantes de ese país consideren su "bienestar" y ocurrirán cosas como que la economía escocesa tendrá que producir faldas para hombre o la economía valenciana cantidades ingentes de petardos y cohetes pero lo que cada sociedad considere su "bienestar" no alterará los mecanismos de la economía.

La economía es un mecanismo de resolución óptima de problemas que logra (o debe lograr) resolver en la mayor medida posible los problemas que le son asignados. La sociedad o los seres humanos uno a uno definen cuales son esos problemas que la economía debe resolver pero no definen el mecanismo de optimización que la economía usa para resolver lo mejor posible esos problemas.

Por decirlo de algún modo, los usuarios de una economía deciden qué uso dar a la economía pero no deciden ni pueden cambiar el funcionamiento de la economía y eso, el funcionamiento de la economía es lo que debe explicar una teoría económica. Lo mismo que el usuario de una cámara de fotos puede elegir qué fotografiar pero esas elecciones no cambian ni explican el funcionamiento de la cámara fotográfica.

Explicar por qué el usuario decide fotografiar ciertas cosas sería Política, en comprender cómo funciona la cámara sería la Economía.
 
Luisito2, tus post con una visión entre robótica, ingenieril, científica los encuentro muy interesantes, pero creo que ganaría mucho si tratases de decir las cosas con la mitad de palabras ;) Por favor no te me empieces a parecer a MariaL en el chorro de palabrería :S
 
La idea opuesta, aunque equivalente de los marxistas que establece que todo esfuerzo, aunque sea empleado de la manera más estulta posible generará garantizadamente el mismo valor es, además de una idea mágica, una idea extremadamente peligrosa porque hace pensar que nada malo puede suceder poniendo a Leire Pajin como Ministra de Sanidad o que el esfuerzo productivo invertido en un aeropuerto sin aviones o en prepararse para una oleada turística alienígena imaginaria generarán automáticamente el mismo valor que si se hubiesen empleado productivamente. La teoría marxista del valor derivado automáticamente del coste es un grito de “gloria a la inteligencia” y el poder tiene siempre la razón por muy menso que sea el poder.
Por qué? Me parece una afirmación sin base ninguna.

Es trivial encontrar experimentos mentales o casos reales que refutan claramente tanto una teoría como la otra. Es fácil encontrar situaciones sencillas en los que un gran aumento del trabajo empleado en producir un bien, por ejemplo introduciendo deliberadamente ineficiencias, no produce aumento alguno de valor, lo que demuestra que el mero invertir más trabajo no garantiza que más valor será creado. En el mundo existen además muchos bienes con gran valor, como un campo petrolífero, que no han sido creados con trabajo. También es fácil encontrar ejemplos que refutan la tesis de que el valor causa el coste. Hay miles de ejemplos en los que el valor de un bien cae pero su coste no. Por ejemplo: la introducción de la fotografía digital hizo caer el valor de las cámaras o las películas pero no redujo su coste de producción lo que condujo a que cámaras y películas dejasen de producirse porque se vendían a un precio muy inferior a su coste que no había cambiado.

La introducción de un nuevo producto más efectivo, no hace que caiga el valor, el valor es el mismo, por eso dejas de producir el antiguo, porque al tener el mismo valor no resiste la competencia del nuevo
 
Cualquier sistema reglado (de hecho cuanto mas reglado sea mas) lleva a la tiranía.

O no vivimos ahora en una?.

De todas maneras es solo una opinión.

Y cuando digo debate esteril es que ninguno de los dos "sistemas" es totalmente defendible, los dos son pavorosos.

Un saludo.

Si tiene alguna crítica hágala abiertamente, pero no pegue una pata a la lata, sin decir nada.
 
Cualquier sistema reglado (de hecho cuanto mas reglado sea mas) lleva a la tiranía.

O no vivimos ahora en una?.

De todas maneras es solo una opinión.

Y cuando digo debate esteril es que ninguno de los dos "sistemas" es totalmente defendible, los dos son pavorosos.

Un saludo.
Pero un sistema no reglado es utópico.
 
Bueno, yo no niego que las emociones o las preferencias subjetivas influyen en los precios de la economía y en el valor de los bienes.

Es evidente que cuando una sociedad supera la fase de subsistencia la economía comienza a crear productos de esparcimiento o ocio que van dirigidos a que los ciudadanos se proporcionen sus pequeños placeres haciendo turismo, coleccionando arte o leyendo novelas.

Los deseos y preferencias subjetivas de la gente son parte de las variables con que se alimenta al sistema para que el sistema encuentre una solución óptima pero el funcionamiento de esa máquina que llamamos economía no se basa en un mecanismo subjetivo.

Podemos decir que parte del comportamiento de los consumidores aunque, desde luego, no todo, depende de sus preferencias personales subjetivas pero la "mano invisible" de la economía, el mecanismo interno o subyacente que decreta los precios no.

Por ejemplo: un ciudadano puede padecer una nueva enfermedad por razones epidemiológicas completamente independientes de sus preferencias. Esto crea una nueva demanda sanitaria determinista predecible y objetiva. El médico que atiende a ese paciente elegirá un tratamiento que es (debe ser) independiente de las preferencias subjetivas del médico y esto creará una nueva demanda determinista de medicamentos.

El mecanismo que determina el precio y valor económico de los cabezales de perforación para pozos petrolíferos o de los rodamientos industriales es completamente independiente de las preferencias personales subjetivas de los agentes (si esa economía es eficiente y cuenta con buenos profesionales)

El que podamos encontrar fácilmente en la economía miles de casos en los que el mecanismo que determina el valor no necesita en absoluto preferencias personales nos indica que el mecanismo de los precios en la economía, y solo hay un mecanismo que es el mismo para rodamientos o vestidos de novia, no está basado en preferencias personales.

Cuando una economía se convierte en una economía de guerra, cuya función es ganar una guerra, entonces tienen mucha influencia en la economía lo que los militares digan que es prioritario o no pero eso no cambia los mecanismos de a economía sino solo su objetivo.

Una economía cuyo objetivo, cuyo problema a resolver de forma óptima sea el "bienestar" de los habitantes de un país, estará muy influida por lo que los habitantes de ese país consideren su "bienestar" y ocurrirán cosas como que la economía escocesa tendrá que producir faldas para hombre o la economía valenciana cantidades ingentes de petardos y cohetes pero lo que cada sociedad considere su "bienestar" no alterará los mecanismos de la economía.

La economía es un mecanismo de resolución óptima de problemas que logra (o debe lograr) resolver en la mayor medida posible los problemas que le son asignados. La sociedad o los seres humanos uno a uno definen cuales son esos problemas que la economía debe resolver pero no definen el mecanismo de optimización que la economía usa para resolver lo mejor posible esos problemas.

Por decirlo de algún modo, los usuarios de una economía deciden qué uso dar a la economía pero no deciden ni pueden cambiar el funcionamiento de la economía y eso, el funcionamiento de la economía es lo que debe explicar una teoría económica. Lo mismo que el usuario de una cámara de fotos puede elegir qué fotografiar pero esas elecciones no cambian ni explican el funcionamiento de la cámara fotográfica.

Explicar por qué el usuario decide fotografiar ciertas cosas sería Política, en comprender cómo funciona la cámara sería la Economía.

Creo que los austríacos no están diciendo algo diferente a lo que estás expresando. Por supuesto que las preferencias subjetivas no son la única fuente de valor, la escasez, algo completamente objetivo y observable, es la otra.

La ecuación que podríamos considerar es algo como

Valor = F(preferencias, mundo físico)

dado que las preferencias personales dependen, además, de la realidad observable. Cuando uno que está en el desierto es conocedor de que allí hay poca agua, dará más valor a una botella de agua. ¿Son sus preferencias personales? Evidentemente, pero estas no son algo fuera del mundo. Así que

Preferencias = G (mundo físico)

Insisto, la teoría subjetiva del valor no significa que el valor sea una entidad irracional o irreal, sino que los deseos de las personas, difícilmente modelizables, son parte de la ecuación, que incluye la realidad objetiva del mundo físico.
 
El que los bienes intercambiados tengan un valor diferente para cada agente es precísamente lo que los austríacos defienden. A eso es a lo que se refieren cuando hablan de que el valor es subjetivo.

No, no necesariamente.

El que haya intercambios de bienes simplemente indica que los bienes económicos tienen diferente valor en diferentes situaciones. En deducir de esto que esto tiene necesariamente que ser debido a que hay seres humanos cada uno de ellos con diferentes preferencias subjetivas es un non sequitur de origen ideológico.

Si miramos la economía podemos comprobar que el pescado es emitido desde la costa y viaja hasta el interior de los países donde es atraído por las grandes ciudades.

Esto simplemente nos indica que, como era previsible, el pescado tiene un valor menor en la costa que en el interior y esa diferencia de valor crea una fuerza suficiente para superar los costes de transportar el pescado desde la costa al interior.

El que el valor del pescado en diferentes lugares o épocas del año sea diferente parece completamente natural y previsible y también es fácil entender intuitivamente porque esa diferencia de valor empuja a que el pescado fluya de unos lugares a otros (de los lugares de menor valor hacia los de mayor valor en un proceso de creación de valor)

Este proceso no implica preferencias subjetivas de agentes humanos aislados.

La fuerza que impulsa un trueque y hace fluir los bienes es un caso de este tipo. Cierta persona puede demandar con mucha intensidad corbatas de seda simplemente porque siente pasión por las corbatas de seda y esta demanda tener un origen puramente subjetivo pero quien oferta corbatas de seda en ese trueque probablemente asigne un bajo valor a las corbatas de seda porque objetivamente sufre una sobreabundancia de corbatas al ser fabricante de corbatas.

Aunque el valor económico de los deseos puramente subjetivos de los agentes los determina el mecanismo de precios de la economía, ese mismo mecanismo determina muchos otros precios que no tienen relación con deseos subjetivos y el caso de los deseos subjetivos es solo un caso particular del mecanismo general de precios de una economía.

Lo que causa el flujo de bienes de unos puntos de la economía a otros es la diferencia de valor de esos bienes en esos puntos y un caso particular de dos de estos flujos de bienes en direcciones opuestas es el trueque.

En algunos casos particulares, esa diferencia de valor de un bien en diferentes "puntos" de la economía está causado por deseos o preferencias subjetivas de los agentes pero en muchos otros casos no, y el mecanismo en todos los casos es el mismo, lo que indica que los deseos o preferencias subjetivas no forman parte del mecanismo general.
 
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