Estoy en total desacuerdo con ud.
Cosa que no me extraña...
No por ser español hay que desmerecer las empresas de Cortés y Pizarro, los cuales por derecho propio fueron los protagonistas de dos de las gestas más grandes que la humanidad haya conocido, valoraciones jovenlandesales aparte.
Tampoco por serlo hay que dejar de señalar que Pizarro no fue un general. Que de eso iba el hilo.
Pizarro no planteó una campaña militar, no libró una sóla batalla campal, ni penetró en el territorio inca sin otro plan que conquistar tierras y robar oro. El resultado de su "campaña" se debió a una conjugación de factores y a su talento para aprovechar una oportunidad que las disensiones internas del "enemigo" (Pizarro no dudó en aliarse con facciones de ese "enemigo" para consolidar su poder, por lo demás ténue). No fue una campaña, fue una aventura, que salió bien.
Si quiere ud. pensar que capturar arteramente a un pobre indio y obligarle a abdicar en él pone a Pizarro a la altura de un Napoleón, un Lee o un Alejandro simplemente porque era español eso sólo me dice dos cosas:
1) Que no tiene ud. muy claro el concepto de "general".
2) Tan escasas le parecen a ud. mismo las GESTAS (así con mayúsculas que tanto le gustan a ud.) de la historia militar hispana que tiene que recurrir a simples rapacidades.
Esto es irónico, ya que imagino que, como buen español, no dejará ud. de considerar piratas a Drake y similares, cuando estos se pusieron a robar el oro ya robado por las piraterías -estas terrestres- de Pizarro.
Sobre Cortés, si hubiera leído ud. mi mensaje con algo de atención ya sabría que no tengo ninguna objeción a considerarlo general y a aceptar la magnitud de su hazaña, matizada siempre por dos consideraciones: el uso extensivo de auxiliares nativos que hizo, la indiscutible ventaja técnica y "simbólica" que tuvo sobre sus enemigos.
Pizarro llegó a estar dirigiendo tan sólo a los famosos "trece de la fama" que habían cruzado la raya. Con poco equipo, pasando hambre y sed y totalmente perdidos en un mundo nuevo y desconocido tan grande como América del Sur, que se dice pronto. Y con ello un par de años después un imperio entero había caído bajo sus pies.
Sí, si no digo que no. Lo que digo es que esto ni fue una campaña militar, ni implicó más estrategia que identificar correctamente las tensiones políticas que dividían el país, y la oportunidad que la ingenuidad del Inca le sirvió en bandeja. Recordemos que Pizarro fue a encontrarse con él, cuando este pensaba que iba a entrevistar mercenarios para solucionarle una guerra civil.
El factor principal de la conquista de Pizarro no fue su destreza para ordenar cuerpos y tropas, maniobrarlos y batirlos con el enemigo (cosa que, hasta cierto punto, Cortés si tuvo que hacer), no digo ya abastecerlos o armarlos. Su único mérito es el ojo clínico de un oportunista, y la audacia de un pirata cualquiera.
¿Escabechinas? ¿Encamisadas? ¿Tretas y engaños? ¿Captura por sorpresa del "Hijo del Sol"? ¡Pues claro! Unas decenas de españoles, reforzados después como mucho con unas pocas centenas, no iban a plantar cara en batalla campal al todopoderoso Imperio Inca.
Entonces, tampoco podrá optar a un puesto entre los grandes generales de la historia, digo yo.
Tampoco Skandenberg contra los turcos ni Corocotta contra los romanos lo hicieron.
Quizás por eso nadie habla ni de Skandenberg o Corocotta. ¿O los considera usted generales superiores a un Napoleón o un Alejandro?
No. Por una sencilla razón. Napoleón y Alejandro, como tantos otros ya citados aquí, combatieron por la supremacía sobre lo que podríamos llamar el centro del mundo en su tiempo. Eso es jugar en primera división. Por muy brillante que fuera, un tipo que luchó para mantener independiente una de las más piojosas, inaccesibles y misérrimas provincias de la Sublime Puerta, me temo, no puede estar en la misma liga. Y Albania acabó siendo provincia turca durante otros 300 años a su fin.
Lo mismo vale para un tipo que desembarcó pensando en sacar tajada de una guerra civil inca y acabó descubriendo que podía sentarse él mismo en el trono.
Cuando tienes una desproporción numérica tan grande sólo a un loco se le ocurre combatir en abierto contra el enemigo superior.
Siempre que tu idea sea combatir. Pizarro no se adentró en tierra del Inca en pie de oleada turística. Fue a ver qué se podía robar. Y se encontró que le pusieron el imperio entero para robar en bandeja. Pero vamos, que ni eso es exclusivo suyo. Clive de la India hizo más o menos cosa parecida y a Cortés, si no llega a ser por el pronto de Alvarado, le hubiera salido la jugada igual o parecida.
A Skanderberg, por cierto, no le dolieron prendas en plantar batalla campal o asedio a las diferentes expediciones turcas.
Pero con el paso del tiempo los aztecas fueron conociendo mejor a los hispanos y copiando sus tácticas,
No sé qué fuentes manejará usted, pero los indígenas no llegaron a estar ni cerca de "comprender", no digamos ya imitar, la táctica europea de Cortés.
Ejemplo claro la misma batalla de Otumba, donde los indígenas aún no habían encontrado antídoto a la formación cerrada española.
hasta el punto de montar una escabechina que casi acaba con toda al expedición hispana, me refiero al famoso suceso de la "Noche triste".
No exageremos. Las bajas hispanas para la Noche Triste no pasán de la mitad de los españoles. Peor parte llevaron los aliados, como siempre. Pero fue una emboscada en toda regla, nada que ver con tácticas depuradas, y mucho menos europeas.
Fue precisamente después de este suceso cuando Cortés se enfrentó al mayor desafío de su vida. Y aquí es donde iba a demostrarse su genio militar que para mí le ponen entre los más grandes por los siglos de los siglos. 400 españoles restantes, habiendo sido abandonados por todos los aliados excepto por unos 5000 txaltecas fueron atacados por un enorme ejército azteca,
Supongo que se da cuenta de que un ejército de 5.000 tlaxcaltecas más 400 (o 600) españoles sigue demostrando que la mayoría del ejército de Cortés estaba formado por eso que ahora cualquiera llamaría "latinitos" si muchos de los que le aplauden entusiásticamente por aquí se los encontrasen por el metro camino al trabajo.
Es curioso como siempre se pasa esto por alto. Nunca se dice Cortés y un núcleo de combatientes españoles vertebraron una fuerza indígena, no. Siempre es un puñado de aguerridos españoles... ah, y dos o tres mil indios que andaban por allí y algo harían...
algunas fuentes hablan de hasta 100.000 enemigos.
Aquí me está usted siendo modesto, porque los dos sabemos que los primeros cronistas llegaron a hablar de 200.000 enemigos.
Pero hasta usted, a nada que tenga un mínimo de buena fé, sabe que esta cifra es cláramente exagerada. Si no lo hace, le recomiendo encarecidamente los trabajos de D.W. Engels sobre la logística de los ejércitos clásicos (perfectamente aplicables a este caso).
Esto es interesante, porque suponiendo que los aztecas tuvieran una población por esa fecha de unos 20 mill de personas y suponiendo, otra vez, una proporción normal de un 50% de varones de esa población, y volviéndo una vez más a suponer que de estos 10 mill de varones la mitad -y esto ya sí que es mucho suponer para una población anterior a los antibióticos y banderillas- lo están en edad militar, me está usted diciendo que los aztecas consiguieron en cuestión de meses movilizar, adiestrar y equipar a entre un 2 y un 5% de su población, y concentrarla para la batalla. Todo esto antes del telégrafo, el ferrocarril y las conservas.
A título orientativo, contando con todas estas ventajas y, algunas más, Alemania consiguió movilizar en el tras*curso de 6 años de guerra total nada más que a un 9.5-10% de su población durante el último conflicto mundial (y eso con millones de trabajadores esclavos a su disposición para liberar personal de la economía, incluso la de guerra).
En cualquier caso, aquí, y en cualquier cifra por encima de 20 o 30.000 mexicas en Otumba está usted tragandose con caña y todo la propaganda del vencedor. Que si fuera anglosajón ya habría sido denunciada como mera fabulación en los más coloridos términos... pero ah, no... que ahora hablamos de españoles y todo apunta a GESTA, e INMORTAL, claro.
La batalla fue en un lugar llamado Otumba, y a pesar de tantos factores en contra, gracias sobre todo al arrojo de Cortés, que cargó personalmente contra el general azteca y lo atravesó, se cantó victoria.
Sobre esto hay versiones, pero incluso admitiéndo esta que propone.
Lo mismo que Alejandro se fue a por Dario en Gaugamela... Aún así el macedonio no tuvo reparo en llevarse a la ocasión unos cuantos miles de acompañantes. Tantos como pudo encontrar, pagar, armar y alimentar.
¿Qué me quiere decir? Que Cortés era un tio pantaletado es algo que nadie discute. Aquí hablamos de otras cosas que se hacen con otras glándulas situadas más arriba. Porque eso hace un general. Para lo otro están los tenientes y los sargentos.
Hay que decir que en esta ocasión los hispanos no contaban con pólvora y tan sólo tenían 19 caballos (creo recordar) y, en fin, no tenían ya a su favor el "factor sorpresa" con que contaban al ser nuevos por aquellas tierras.
En realidad la pólvora, siendo una ventaja, no era la principal arma de los conquistadores.
Cañones y arcabuces eran engorrosos, pesados y de escasa cadencia de tiro. Mucho más efectivas eran, como armas de proyectiles, las ballestas, y especialmente sus armas y, sobre todo, armaduras de acero y cuero europeas.
Estas les volvían casi invulnerables a las saetas mexicas -lanzadas con arcos simples y cervatanas-, privando a los indígenas de desgastarlos a distancia y forzándolos, especialmente por el enorme, en comparación, alcance y potencia letal de la ballesta, a trabar combate cercano al arma blanca con ellos, donde, de nuevo, las picas y espadas españolas, más largas, duras y letales que las mazas locales -pensadas sobre todo para incapacitar con vistas a hacer cautivos por motivos culturales propios- estaban en clara desventaja.
Los mexicas peleaban para capturar vivo al enemigo. A un español no le dolían prendas en despachar a quien fuera. Evidentemente, en el terreno táctico, hombre a hombre, el castellano llevaba ventaja. Las desproporciones de bajas de todos los encuentros de aquella campaña son testigo.
Otumba es la mejor ilustración de esto. Los españoles presentaron batalla a pie firme en formación cerrada -de erizo si se quiere decir-, con sus picas y hombres mejor acorazados en el exterior, mantuvieron al enemigo a distancia, haciendo salidas de su recinto para atacar a líderes enemigos.
Con ser una táctica acertada y cláramente eficaz, creo que nadie aquí se atreverá a decir que estemos hablando de un descubrimiento como el orden oblicuo, las nuevas instrucciones del Nassau o la introducción de mangas flexibles de arcabuceros.
No fue la pólvora lo que ganó Tenochticlán, fue la espada tizona y la mala leche española. Medios conocidos y propios del paradigma anterior (en Europa, en México equivalían a las pistolas de rayos que mencionaba). Sí, amigo, sí, españolísima batalla fue Otumba... librada a lo pobre y con armas anticuadas. Sino eterno del infante español. Sólo que por una vez hubo suerte, y tocó contra enemigo aún más pobre y anticuado.
Los indígenas no mostraron ninguna astucia táctica, ni táctica organizada más allá de la propia de su estilo de guerrear, que buscaba siempre el envolvimiento para capturar cautivos. En Otumba, una vez más, se limitaron a rodear a Cortés, asaetearlo sin resultado y atacar por donde creyeron ver algún hueco.
Y antes de que se me emocione nadie con lo de la mala leche local, recordemos que mala leche se cría en todas partes.
La conquista fue, en resumen, una gesta INMENSA, sin precedentes ni sucesores, de la cual los españoles nos hemos olvidado de manera ignominiosa.
Precedentes le he dado ya un par. Investigue sobre la batalla de Diu y la figura de Almeida, o cualquiera de sus antecesores como vice-reis da Índia.
¿Quiere espíritu conquistador? Mire al Índico portugués. Sin caballos, sin indios con mazas de obsidiana. Desproporciones numéricas similares... contra gente armada con cañones y mosquetes y que sí sabían lo que era táctica y evoluciones en orden cerrado.
Y no me venga con cuentos de que los españoles se han olvidado de la GESTA de la conquista, y mucho menos ignominiosamente... ¿qué sería de los pobres españoles y su autoestima patria sino pudieran echar mano cada dos por tres de la GESTA?... ah, ¡LA GESTA!
Por amor de dios, no saben hablar de otra cosa.
Olvidándose para ello, como vulgares panigeristas anglosajones, de 5.000 o 10.000 tlaxtecas -como si fueran un millón-, de la pólvora, del acero, del caballo, de la guerra total a la europea totalmente ajena al mesoamericano...
Quinientos años llevan vivendo de la gesta y del soldado hidalgo de los tercios viejos.
Pero para los pocos que apelamos a ese espíritu conquistador, no hay episodio más glorioso ni inspirador posible.
En realidad es el único episodio posible para esos que apelan a "ese espíritu conquistador". No se haga el loco.
Curioso sin embargo que en todo un hilo sobre generales, apenas nadie haya hablado de un Alba, un Leiva o un Spinola y se haya mencionado a un Gran Capitán más que de pasada.
Esos son generales. Hombres que dirigieron campañas con decenas de miles de hombres dispersos por teatros de centenares de kilómetros, no bandas de piratas y robaperas perdidos en sudamerica. Dirigiéndolas en todos sus aspectos desde lo político a lo logístico, que se enfrentaron a potencias militares comparables -o superiores-, de su mismo nivel tecnológico y en teatros donde se decidía efectivamente la supremacía en Europa occidental que, para esos años, era tanto como decir en el mundo entero.
¿Y usted me habla de piratas? Venga, por favor, es como comparar a Drake con Bazán... y eso que Drake al menos mando tropa de línea en una acción general, cosa que Pizarro en Perú no hizo.