Conciliar ateísmo o agnosticismo con hispanismo.

En otros paises también son españoles. A ver, test de españolidad:
¿Tienes jovenlandesal más o menos potable? Pueh.. sí, claro.
¿Come a diario? Por la cuenta que me trae..
Conteste...
Sí, como a diario.
¿Tiene usted amor, entendido como afecto y empatía? Sí, y amor ñaca-ñaca, también.
¿Tiene usted jueces? Sí y, desgraciadamente, también la fauna judicial asociada.
¿Se compadece usted de la desgracia y apoquina a los más perversoss? Sí y a veces.
¿Tiene amigos? Algunos.

Pues es usted español y católico!!! あなたはとても頭が変 (estás muy loco)
:XX: :XX:

En algunos países orientales no permitían tener más de una niña por familia por temor a la superpoblación. Tampoco están sobrados de derechos laborales, la sociedad está organizada de forma absolutamente cerrada de forma que no hay mezclas entre clases sociales, las mujeres de clase alta no saben lo que es casarse por amor, desconocen que existe la libertad de expresión y consideran que el ser humano vale lo que es capaz de producir.
Tienen otras cosas buenas, pero están tan sumamente lejos de nuestra filosofía de vida que a veces parece que no seamos de la misma especie. (la especie humana, digo)

Otro ejemplo de filosofía de vida completamente diferente a la española son los pueblos indígenas. Otra, los pueblos nórdicos -y eso que son bastante parecidos en algunas cosas-; otra, los jovenlandeses; otra, los franceses laicistas y laicos... y así podríamos pasarnos toda la noche citando países y civilizaciones completamente alejadas de nuestra esencia.

España siempre ha sido un país cristiano, católico, ha habido muchísimos valores a lo largo de la historia que hemos cultivado como gente cristiana, como personas con un ojo en el dinero, otro en el trabajo y otro puesto en nuestra familia, vecinos, amigos... La solidaridad es una de nuestras mejores cualidades. Todo eso es de raíz cristiana.
 
No hay ninguna cualidad supuestamente exclusiva que no mejore en algún otro sitio. Empezando por la solidaridad, por ejemplo.

No somos un país católico, más que en el sentido cultural, que a su vez bebe de fuentes anteriores al catolicismo y contaminó a éste. Además, hablamos de hispanismo, y si lo extendemos a cristianismo resulta que los franceses serían más españoles que los españoles agnósticos, siendo eso un absurdo.

¿No te crees que somos católicos de boquilla? Pues hoy es fiesta de guardar. ¿Has ido a misa? ¿Y el Domingo fuiste? Espero que sí, espero que ya que hablas tanto al menos pertenezcas al 5-10% de españoles que no están técnicamente en el infierno.
 
No hay ninguna cualidad supuestamente exclusiva que no mejore en algún otro sitio. Empezando por la solidaridad, por ejemplo.

No somos un país católico, más que en el sentido cultural, que a su vez bebe de fuentes anteriores al catolicismo y contaminó a éste. Además, hablamos de hispanismo, y si lo extendemos a cristianismo resulta que los franceses serían más españoles que los españoles agnósticos, siendo eso un absurdo.

¿No te crees que somos católicos de boquilla? Pues hoy es fiesta de guardar. ¿Has ido a misa? ¿Y el Domingo fuiste? Espero que sí, espero que ya que hablas tanto al menos pertenezcas al 5-10% de españoles que no están técnicamente en el infierno.

La solidaridad española es innegable. No ha habido ni habrá un país como el nuestro, que siendo la mejor potencia del mundo, que siendo los reyes de toda la humanidad, nos hayamos mezclado sin problemas con los pueblos indígenas respetando su identidad. No lo ha habido, ni lo habrá. Por ese mismo motivo, el español es uno de los idiomas más hablados en el mundo. Actualmente, España lidera el ranking de países que colaboran con causas humanitarias; lideramos también en donación de órganos (incluida la donación de sangre); lideramos también en número de misioneros por el mundo; lideramos también en personas que cuidan de sus familiares ancianos en sus casas; etc. NO hay país mejor que el nuestro en solidaridad. No es discutible, además.

Sí somos un país católico. Lo somos. Lo siento por la gente que no lo es, pero es así. De la misma manera que somos un país de raza blanca aunque haya personas de otras razas, pero mayoritariamente somos de raza blanca. Eso es así también, no es discutible.

He ido con mi FAMILIA a misa. Mis padres, tías, primos, hermanos, cuñadas y mis sobrinos. Luego, visita al cementerio para rezar por los difuntos y llevar flores. Mi padre nos junta hoy para eso, es una de las tradiciones de mi familia que siempre se respeta, yo la respeto. Hay que saber de dónde se viene, cuáles son tus raíces, para saber a dónde vas.
La iglesia a explotar de gente. El cementerio lo mismo.

Bueno, pos es lo que hay.
 
La solidaridad española es condescendiente. Al pobre se le ayuda a condición de que siga siendo pobre.

Para nada.
Eso que tú dices es la solidaridad institucional, la solidaridad de los partidos políticos, la solidaridad estatal. Una solidaridad que tiene unos fines más interesados que otra cosa.
Yo hablo de la solidaridad de verdad, la de todos los días. La de la gente que ayuda a su vecino, a su hermano, a un primo, la del empresario que ayuda a sus empleados, etc. Esa solidaridad existe, es real, es casi fraternal. Igual en las ciudades grandes, donde la gente vive en plan fantasma que no se relaciona con nadie, eso no se ve. Pero en las ciudades pequeñas, en los pueblos todavía hay de eso.

Más.
Hubo una guerra en España y después un gobierno de Franco. O dictadura de Franco. Pues ese señor tan malo, a los hijos de los empleados que trabajaban en altos hornos de Vizcaya les pagaba los estudios, empleados que eran muchos de ellos analfabetos o poco más. Si hubiera querido que siguieran siendo pobres, hubiera impedido que estudiaran.

Más.
En los pueblos donde hay gente que estudia y lo hace bien, todo el pueblo ayuda para que los que valen puedan estudiar. Se les consiguen becas, se les ayuda para que puedan vivir en la ciudad donde estudian, se procura que tengan contactos para cuando acaban el grado y así.

No aburro con más ejemplos.
 
Tú como humano no tienes tal libertad, tal libertad la tienes como individuo histórico enclasado en un contexto tecnológico/económico/político avanzado que te ha moldeado en una concepción sobre el bien y el mal... No porque está sea previa o inherente a la humanidad, sino que tal concepción (la que sea, no hay una) se da en el curso histórico... * De hecho se podría decir que el troquelado social va contra la libertad del ser humano en tanto entidad biológica, capaz de realizar innumerables atrocidades... El ser humano moderno no es que sea "libre", es que se ha olvidado del mundo atroz del que procede, se ha olvidado de sí mismo.

Tus dudas jovenlandesales no son las dudas de la humanidad, sino las dudas de un contexto social concreto, tu conciencia no explica al hombre, sino que el hombre y su personalidad es un resultado social.

Que no quieras que te maten no significa que no obtengas algún beneficiando matando a otro... De hecho cuando alguien va a una guerra mata a otros para que siga existiendo un pueblo, unos valores, unas ciertas personas... Y por tanto se hace necesario DESTRUIR a otros seres humanos incompatibles con esa concepción de la realidad. El "bien" de una nación o el bien de una ideología puede suponer la trituración de otras concepciones de la realidad o de otros pueblos.

Tú de lo que hablas es de la perspectiva del ciudadano adoctrinado en la incapacidad de levantar una mano aún cuando lo están pisando... Lo que decía Napoleón: "un cura me ahorra cien gendarmes"...

Bla, bla, bla, bla... Pasto, forraje materialista para «ciudadanos castrados» con un miedo insuperable a la fin y la libertad. Tan grande e insuperable que defienden el mal como única vía para no sufrir la pérdida de sus propias carnes.

La cosa es mucho más sencilla y universal: La vida es el bien más preciado que tienes, trata como quieras que te traten y no desees a otros lo que no deseas para ti. O más sencillo y como decía San Agustín, «ama y haz lo que quieras», hasta morir. A partir de ahí se construye el código jovenlandesal que permite crear todo un mundo nuevo; ayer, hoy y mañana; aquí o allá, cualquiera y en cualquier lugar. Es una razón universal, es decir Católica.

Esa fue la fe y la grandeza de España, abrazar ese principio y llevarlo como estandarte por donde quiera que pisamos. Ese fue el verdadero descubrimiento del nuevo mundo, una empresa de origen divino sellada con la sangre y la vida de españoles. Una gesta que de momento no ha sido superada, aunque sí saboteada, boicoteada, vilipendiada y machacada desde fuera y con especial ahinco desde dentro, de manos de traidores, cobardes, codiciosos y enemigos de la libertad.

Hoy os han hipotecado el alma y a cambio os han dado unas pocas monedas con las que comprar un piso, un sillón y una pantalla conectada a la red, y así os han hecho creer que sois libres; que vuestra libertad consiste en defender y aumentar ese tesoro, mientras saltáis por los árboles de las ideologías y las justificaciones que os permiten vivir como animales ocupados en satisfacer vuestros deseos y aplacar vuestros miedos.

Y defenderíais a cualquiera que os invitase a una guerra injusta si con ello pudiéseis alargar un solo minuto más vuestras insípidas vidas al servicio de la autocomplacencia. Porque tenéis miedo a morir, a dejar de estar, a la libertad, a ser... y para acallar vuestro pánico existencial cultiváis esa jungla de ideas pseudo filosóficas y científicas que justifican vuestras fobias, pero que no soportaría el más mínimo vendaval existencial de grandes magnitudes. Una jungla que además os impide ver el cielo que os vio nacer.

Toda esa argumentación que os gastáis los acojonados de la vida, muy machotes y valientes en apariencia pero muy nenazas y cobardes en el fondo, no sirve más que para un tiempo y realidad cultural concreta, esta que hoy os permite seguir respirando a cambio de ofrecer vuestras almas en el altar del nihilismo y la autocomplacencia, a cambio de rendir tributo a los vendedores de seguridad y tenedores de vuestras deudas.

Miedo, un miedo atroz a ser libres y tener que decidir por vosotros mismos entre el bien y el mal, porque el bien implica sacrificio pero eso es morir y le tenéis un terror indescriptible a la fin, como cualquier animal. Un pánico insuperable al juicio de la vida eterna. Una manada de monos cobardes con miedo a descender de los árboles para vivir y morir como hombres en libertad, eso es en lo que os habéis convertido.

La fin os da tanto miedo que habéis vendido vuestra memoria, intelecto y voluntad, vuestras almas, a cambio de seguridad, placer y comodidad en este mundo, ojalá el día que queráis recuperarlas no sea demasiado tarde.
 
Creo que sí es verdad que todo gira en torno a la fin, no hay más vida que ésta, no hay otro mundo, no hay un después... Y por tanto todo el sentido de nuestras acciones es para el aquí y ahora... Por poner un ejemplo, este mundo se parece más al de Juego de Tronos que al de El señor de los anillos. En el Señor de los anillos hay un origen primigenio / algo trascendente al Mundo donde está el BIEN... Es decir, toda corrupción en el Mundo es temporal y siempre acaba estando de nuevo el BIEN, aunque sea únicamente ahí... (de ahí que toda acción "inmoral" carezca en sí de sentido en tal universo, pues acaba pereciendo en el tiempo)... En cambio en Juego de Tronos no hay un después (o no lo hay en el sentido católico de Tolkien) y poco importa el sentido jovenlandesal, pues incluso a veces se paga con la fin, el acto jovenlandesal sería la destrucción del individuo y por tanto una estupidez ética... Los personajes de El Señor de los anillos en el Universo de Juego de Tronos serían el pienso del resto de personajes, pues su "bondad" les llevaría ya no solo a conseguir un bien en este mundo, sino a no obtener tampoco ninguno fuera de él.


Claro, claro pero no, no te equivoques. Esta historia no gira en torno a la fin sino al después, y no somos personajes de una novela fantástica sino que vivimos en la realidad y tenemos una alma de la que no podemos deshacernos por arte de magia.

Podemos vivir hoy como animales como si no hubiera un mañana, y también podemos plantearnos la posibilidad de que sí lo haya y obrar en consecuencia. Somos libres de elegir, pero en todo caso nada nos va a librar de nuestra alma ni va a evitar su inexcusable presencia el día de nuestra fin. Por más que se niegue y reniegue subiéndose al árbol de las fantasías y la «autocomplaciencia». Cuando vinimos al mundo la vida ya existía, no la hemos creado nosotros y no podemos evitarla, al menos cuatro mil millones de años te lo atestiguan.
 
Yo me considero creyente (católica apostólica romana). Hubo un tiempo donde pase una racha de más escepticismo, pero ya he recuperado las "tradiciones": después de un largo tiempo sin ser practicante, he vuelto a misa, pongo en práctica día a día los valores cristianos, que los considero importantísimos para la jovenlandesal humana.

En cuanto al "hispanismo", a mí sí me gusta mi país y me siento orgullosa de él, tanto de su historia como de su cultura. Cada vez que leo por ahí al progre de turno venir con cuentos del tipo: "Españistán", "a ver cuando emigro a Cuba", no puedo evitar activar el modo "facepalm" :roto2:

¿Que España ahora no está pasando por su mejor momento? Confirmamos. Pero digo yo que la solución no está en reprobar tu país y en pensar en marcharte del país como vía de solución.
 
No se puede hablar de equilibrio natural sin una Verdad fija e inmutable que determine el punto fuera del cual las cosas pierden ese equilibrio.

Si no existe esa Verdad, las pequeñas verdades servirán de puntos de equlibrio variable al son de las contingencias cambiantes del hombre.

El "gran engaño" es que lo que nos trajo hasta aquí, envuelto en sus propias circunstancias e incertidubres, se crea poder replicar con igual intensidad sin necesitar de ninguna Verdad fija e inmutable.

Si todo está al alcance de nuestra manera voluble de discernir lo que es correcto, justo o legítimo, ¿qué esperanza habremos de tener en mejorar lo conocido si como ya podemos ver en todo lo que atañe a la vida de las personas, cambia según sean las diferentes contingencias?. ¿No estamos ya viviendo en una situación de emergencia permanente por la cual antes de volver sobre nuestro pasos, los damos en una dirección cada vez más insatisfactoria?. Y esto porque las cosas suceden a tal ritmo, que aún quedamos gente con memoria capaz de contrastar el "milagro" actual con el plomizo ambiente del pasado... ¿Se imaginan cuando ese ambiente de urgencia perpetua carezca de un relato experimentado y distinto del que se nos ofrece?.

Vivimos de rentas y como malos rentistas, queremos disfrutar de la hacienda como si ella fuera un destino manifiesto desligado del esfuerzo que la hizo posible.

Pero la renta mengua y no para de menguar. Y si esto no fuera en sí suficientemente preocupante, hay que añadir la arrogancia de algunos por la cual esa renta la conseguiremos de nuevo sin necesidad de trabajar... Alguien lo va diciendo por ahí y suena de querida progenitora.

Hoy no existe -no como entonces-, ningún dilema entre justicia y oportunidad. Todos asumimos, incluso en nuestro fuero interno, que frente a la oportunidad, la justicia empequeñece... Pero somos así de "estupendos" que pensamos que "alguien" habrá de marcar las pautas que lleven el dilema al equilibrio, mientras en nuestra vida, tal dilema acaba siendo un juego de naipes con las cartas marcadas sin que nos importe. Sin que nos importe siempre y cuando medie nuestra voluntad en el asunto. ¡¡¡hay de aquel que ose hacer lo mismo contra nuestros intereses!!!

Quien diga que busca la Verdad afirmando que no necesita ahondar en la naturaleza profunda de las cosas, se engaña; busca acomodar su sentido de la verdad al sentido preestablecido de sí mismo.
 
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