Cuando dos partes tienen que negociar una cantidad para la que no hay una referencia previa, la primera que dice una cantidad pierde.
Si es baja, la otra parte puede hacerse casi el ofendido, y quien ha dicho la cantidad sabrá inmediatamente que tiene que subir bastante si espera cerrar el trato.
Sin embargo, aunque esa cantidad estuviera bien, la otra parte puede sacar un poco más, pues ya sabe que esa cantidad no será el límite.
¿Cuál es la solución? 'banderillar' la respuesta. Que sea la otra parte la que tenga que decir la cantidad, pero asegurarnos de que NO dice la más baja.
Por ejemplo, tras*mitiendo que no te gusta negociar, pero que esperas una oferta seria acorde a lo que ofreces. Que si la oferta es acorde a tu experiencia y a lo que requiere el puesto, perfecto. Pero que obviamente no te interesan ofertas a la baja.
La cuestión es que si la empresa tiene una horquilla entre 25 y 35K, dependiendo de lo que se encuentre, no te ofrezcan 25K para intentar subir luego. Que te ofrezcan mínimo 30K. Si les has gustado, se irán a la zona media para no 'ofenderte', puesto que te estás poniendo en valor
Porque fácilmente, y aunque no 'te guste negociar'
, te lo podrás montar para conseguir 32 ó 33K, porque ellos mismos ya han asumido 30k como válido.
Sin embargo, como tú (o ellos...) pongan 25K encima de la mesa, subir a 30K ya será un cambio mental más importante.
Por supuesto, esto es ciencia-ficción, pero sucede 'bastante así'.