No me chupipandices el jilo, que es muy serio y no quiero que se llene de moscardones y viejos verdes
Según la Organización Mundial de la Salud, las ITS (Infecciones de tras*misión sensual) son causadas por más de 30 bacterias, bichito y parásitos diferentes. Se llaman de "tras*misión sensual" porque es su medio de propagación más común, sin embargo no es exclusivo: en el caso de las ladillas —pediculosis por pthirus pubis—, por ejemplo, basta con probarse ropa infestada en las tiendas, por rozar sábanas de hoteles o incluso por sentarse en excusados, para adquirirlas. Tener una ITS es un asunto que suele vivirse en silencio y con culpa: en un país donde el tener sesso continúa siendo un tema casi proscrito, infectarse resulta, al menos en el imaginario colectivo, un sinónimo de falta higiene o producto de numerosos encuentros sensuales sin la debida protección. Y si eres mujer, la culpa opera por partida doble: el machismo las tilda de "pilinguis", "sucias" y un sinnúmero de adjetivos que convierte un asunto de salud en una cuestión jovenlandesal. En el caso de los gayses, de inmediato brota la palabra "promiscuidad".
Pero tener una ITS es mucho más común de lo que se piensa: según la misma OMS, diariamente más de un millón de personas contraen una infección de tras*misión sensual. Podrías ser tú, aunque siempre escuchamos que esto le pasó "al primo de un amigo". Por eso es que aquí te presentamos ocho distintos testimonios de hombres y mujeres, quienes nos cuentan cómo se infectaron y qué hicieron, además de lo que aprendieron de sus respectivas experiencias.
Samuel: "el tratamiento fue pellizcarme los bemoles hasta que saliera todo el molusco de la piel"
Fue mi novia la que se dio cuenta de que había algo raro. Empecé a presentar unas ronchas raras en las piernas, entre los muslos. Estábamos viendo la tele, en calzones. En un principio pensé que era una de mis múltiples alergias, por lo que tomé antihistamínicos. Sin embargo, las ronchas continuaron expandiéndose. Fui al urólogo y me dijo que ese era un molusco, un tipo de grano que se contagia por vía sensual. Para entonces ya también los tenía en los testículos, y el tratamiento para ese tipo de infección fue pellizcarme los bemoles hasta que saliera todo el molusco de la piel.
Le conté a mi novia de inmediato para que se checara, y aunque al principio desconfió, luego se las encontró en la espalda y en las nalgas. Haciendo memoria y sacando conclusiones, supimos que nos infectamos en un hotel boutique. Nos quedó claro que muy probablemente no desinfecten las amenidades del hotel correctamente después de cada uso. El error fue no pasarles siquiera un calcetín antes de empezar a usarlas, ahora llevamos toallitas con cloro si queremos usas esas cosas.
Vampirita Unicornio: "me ganó el romance y me contagié de papiloma"
Llevaba seis meses en una relación formal. Ya sabes: de esas melosas y con planes a futuro. Precisamente por la intensidad y compromiso, un día dejamos de usar condón (desde que inicié mi vida sensual siempre usé condón, adicionalmente a tomar pastillas anticonceptivas). No sólo me preocupaba el embarazo: también contagiarme de alguna enfermedad. Pero esa vez me ganó el romance y pues, ¿por qué no?, dejemos el globito para otros que estén de fiesta. Bueno, pues estando con mi chequeo de rutina con el ginecólogo, me dijo que me iba a hacer una revisión más minuciosa. "Tienes unas lesiones muy graves que indican que tienes papiloma", me dijo. Cuando escuché esas palabras se me fue el corazón al piso. Yo relacionaba el papiloma con cáncer y me entró un miedo tremendo. "Tenemos que tomarte una muestra para saber de qué tipo es". En lo que salían los estudios de laboratorio la espera se me hizo eterna. No dormía, lloraba, y ya estaba anticipando una película de terror. Hablé con mi novio y resultó que yo era una de las pocas novias con las que él había estado usando condón.
Entre nuestras pláticas salió que una ex lo buscó para decirle que había estado "enferma", pero que ya estaba bien al punto de tener "vagina nueva". A ella le habían diagnosticado papiloma y se lo guardó. Nunca se lo comentó en todo el tiempo que anduvieron. El día que me lo diagnosticaron a mí yo estaba muy enojada, pero lo importante era que lo que tenía que hacer. Era un papiloma de riesgo moderado, no de los que provocan cáncer, pero tenía que erradicarlo de mi sistema. La opción para quitar las lesiones que tenía dentro de la matriz era la crioterapia, o sea congelarlas con nitrógeno líquido.
El ginecólogo me recostó, me abrió las piernas y me insertó una cánula con nitrógeno. Al momento no fue molesto, pero a los 15 minutos empecé con sudoración excesiva y me comenzó a dar un cólico terrible. Estuve una semana con un flujo tremendo. Tuve que estar yendo cada mes para ver que ya no hubiera más lesiones. No volví a tener sesso con él sin condón, pues era probable que aún tuviera el bichito latente. Y con las parejas posteriores a él tampoco he soltado el condón. Ya no he presentado más lesiones. Parece que el bichito se erradicó de mi sistema, pero el susto nadie me lo quita.