La historia del reloj y por qué se llaman Pogue:
El Seiko 6139 fue uno de los primeros movimientos de cronógrafo automático jamás fabricados. Hoy en día sigue siendo uno de los relojes vintage más interesantes e infravalorados.
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LA LEYENDA DEL SEIKO 6139
22/07/2021
5 minutos
La leyenda del Seiko 6139
De Troy Barmore
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La leyenda del Seiko 6139
En 1969, junto a la carrera armamentística nuclear de la Guerra Fría tenía lugar otra competición feroz, esta vez en el mundo de la relojería: la carrera por crear el primer movimiento cronógrafo automático del mundo. Los contendientes eran Zenith, que llevaba varios años trabajando silenciosamente en su movimiento, y un consorcio de empresas relojeras suizas que incluía a Heuer, Hamilton-Buren, Breitling y Dubois-Dépraz. Sin que los relojeros suizos lo supieran, Seiko estaba ocupado fabricando su propia arma secreta en Japón: el 6139 Speedtimer. Este reloj fue probablemente el primer cronógrafo automático que salió al mercado. Pasaría a convertirse en uno de los relojes vintage más importantes y, al mismo tiempo, menospreciados del siglo XX.
El Seiko 6139 Speedtimer: uno de los relojes de época más importantes y menospreciados del siglo XX
El Seiko 6139 Speedtimer: uno de los relojes de época más importantes y menospreciados del siglo XX
El nacimiento del Seiko 6139
Zenith había comenzado a desarrollar su cronógrafo en 1962, pero el proyecto quedó en suspenso hasta finales de la década. Entonces, a principios de 1969, la empresa anunció la llegada del calibre El Primero (llamado así porque era «el primero» en su categoría). Mientras tanto, el grupo de empresas relojeras suizas encabezadas por Heuer estaba desarrollando el Chronomatic bajo el nombre en clave de Proyecto 99. El Chronomatic era un movimiento de cronógrafo modular que más tarde sería conocido sobre todo como el Calibre 11 en el icónico Heuer Monaco cuadrado.
Simultáneamente, Seiko había puesto sus miras en el mismo objetivo. El fabricante japonés había lanzado su primer movimiento de cronógrafo en 1964 en el Seiko ref. 5717. Como apunte, el hermoso, sencillo y elegante 5717 sirve de inspiración para la nueva colección Presage Style60 de Seiko. En cualquier caso, con ese logro aún reciente, Seiko volvió al trabajo y, con una gran dosis de determinación e ingenio, fue capaz de hacer lo que ni siquiera el grupo Chronomatic, con los recursos combinados de múltiples empresas, había sido capaz de hacer, construir un movimiento de cronógrafo automático de rueda de pilares totalmente integrado.
Aunque el El Primero de Zenith también estaba totalmente integrado (el Calibre 11 de Heuer era modular), su desarrollo había tardado casi una década y no llegaría al mercado hasta mucho más tarde. El Calibre 11 de Heuer, a su vez, debutó en el icónico Monaco cuadrado que Steve McQueen llevaría más tarde en la película Las veinticuatro horas de Le Mans de 1971. Este reloj salió a la venta en la feria de Basilea en abril de 1969. Fue, sin duda, el primer reloj disponible en los mercados mundiales. Sin embargo, sin que el grupo suizo lo supiera entonces, Seiko ya había estado produciendo su 6139-6000 para el mercado nacional japonés. Aunque no sabemos el mes concreto en el que estos relojes se vendieron por primera vez en el mercado minorista, hay números de serie en el fondo de la caja que datan de enero y febrero de 1969.
El Monaco de Heuer fue el primer cronógrafo automático disponible en el mercado internacional
El Monaco de Heuer fue el primer cronógrafo automático disponible en el mercado internacional
Pogue, Cevert y la creación de un icono
En la era moderna del coleccionismo de relojes vintage, hay varios aspectos que hacen que estas piezas se vuelvan muy deseables y, por tanto, muy caras. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, ofrecer una funcionalidad innovadora, tener un propietario célebre o participar en un acontecimiento histórico. Para Omega, el evento diferenciador fue la elección por parte de la NASA del Speedmaster como reloj oficial del programa Apolo. El Rolex «Cosmograph» Daytona fue inicialmente un fracaso comercial. Sin embargo, una variante de esfera exótica propiedad del actor Paul Newman cambiaría el futuro del coleccionismo de relojes vintage y convertiría este ejemplar en uno de los relojes más caros de todos los tiempos.
Frente a historias como esta, la infravaloración del Seiko 6139 Speedtimer es poco menos que un enigma. Su importancia histórica no se limita al momento de su lanzamiento ni a la complejidad de su movimiento. Hasta su retirada definitiva en 1978, el reloj adornó las muñecas de los ricos y famosos. Hizo honor a su nombre recorriendo los circuitos de Fórmula 1 y elevándose más allá de la estratosfera hasta el espacio exterior.
Seiko en la Luna: El astronauta William Pogue y su Seiko Speedtimer
Según cuenta la historia, durante el entrenamiento para la misión Skylab 4 en 1973, el astronauta de la NASA William Pogue utilizó su Seiko 6139-6005 de 1971 con esfera amarilla para cronometrar diversas maniobras y quemas de motores. Aunque el Omega Speedmaster era el reloj estándar para los astronautas de la NASA en aquella época, Pogue no recibió su Speedmaster durante el entrenamiento. Cuando llegó el momento de embarcarse en la misión Skylab, ambos relojes le acompañaron al espacio: uno como equipo estándar; el otro, como el reloj que conocía y en el que confiaba. Así, a pesar de no estar certificado por la NASA, el Seiko 6139 se convirtió en el primer cronógrafo automático en el espacio. Así es como el reloj se ganó su apodo, El Pogue.
El Seiko Pogue fue el primer cronógrafo automático en el espacio
El Seiko Pogue fue el primer cronógrafo automático en el espacio
Ese mismo año, de vuelta a la Tierra, un joven piloto de carreras francés llamado François Cevert se estaba creando rápidamente una excelente reputación como estrella emergente de la Fórmula 1. A menudo se podía ver a Cevert luciendo un Seiko 6139-6009 de 1970 con una esfera azul que combinaba perfectamente con su hermoso coche de carreras Tyrrell azul. Cevert no era el único en la pista que apreciaba el Speedtimer. Tetsu Ikuzawa, uno de los primeros pilotos japoneses en correr en Le Mans, también llevaba un 6139-6000 azul de 1969. El batería de Pink Floyd, Nick Mason, y el mismísimo «Dragón», Bruce Lee, también llevaban relojes con el movimiento 6139.
De la oscuridad a la predilección de los coleccionistas
Teniendo en cuenta toda esta historia, se puede entender la sorpresa que suscita el valor de mercado actual del Seiko 6139. Si bien es cierto que prevalecen los relojes de menor precio con componentes de posventa, todavía se pueden encontrar ejemplos de mayor calidad con piezas auténticas por entre 1000 y 3000 euros. Y sí, ha habido un ligero aumento de los precios en los últimos años, pero todavía palidecen en comparación con los precios de entre cinco y cinco cifras de los Zenith El Primeros y los Heuer Monacos.
Aparte del entusiasmo de un grupo relativamente pequeño de coleccionistas, la mayor parte de la comunidad de relojes vintage ha considerado al Seiko 6139 como una especie de pieza de iniciación, es decir, el reloj que se compra antes de poder permitirse algo más impresionante. Con toda su discreta moderación y férrea visión de futuro, Seiko ha descuidado igualmente la celebración de la historia de este monumental reloj. Aunque es una lástima que el 6139 aún no haya ocupado su merecido lugar en los anales de la historia de la relojería, el lado positivo es que, si usted está dispuesto a ello, estos interesantes relojes siguen estando a su alcance… por ahora.