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Buenos días a todos los buenrollistas del mundo
Hoy es uno de los escasos días en los que el pueblo soberano puede ejercer de tal. No deja de sorprenderme que si en nosotros reside el poder hayamos sido tan ingenuos como para cederlo durante 4 años y nos hayamos quedado con esta participación testimonial. Algo no encaja. Menudo pueblo soberano al que le dan por ojo ciego cada día, lo maltratan, lo ningunean, lo tratan de menso y como premio de consolación le dejan que un día cada mucho tiempo se acerque a una urna a meter una papeleta para decir quién quiere que le siga baqueteando durante los siguientes 4 años.
Aquí sólo se dirimen los gobiernos municipales, lo cual no es poco. Es el gobierno más cercano a nosotros y en mi caso el que más ardor de estomago da. Desde el 78 que llevan los mismos bien agarrados a sus poltronas. Alguien debería decirle al pueblo soberano que de ninguna manera es saludable tener siempre al mismo perro al cuidado del rebaño. Aquí hay alfombras que tapan cosa desde el año 78. No voy a decir lo de las orondas barrigas porque no quiero volver a ofender gratuitamente a ULisses (
) y porque ahora tenemos una retahila de políticos metrosexuales de sonrisa profidén.
No tengo esperanzas de que haya un cambio, a estas alturas sería higiénico cualquier cambio. Nuestro alcalde volverá a ser el mismo que corta el tráfico para que su cochazo se incorpore a la carretera, el mismo que 3 días antes de la diada da la orden de que ningún vecino pueda aparcar en la zona de la iglesia para mantenerla impoluta cuando lleguen los cochazos de las autoridades que rinden homenaje a la tumba de Rafael de Casanova. Siempre me ha parecido una muestra estulta de poder; si esos señores llevan chófer qué más les dará no poder aparcar, que se bajen ante la iglesia y que sus chóferes se vayan a dar siete millones de vueltas por el barrio buscando un hueco, como me toca hacer a mí durante esos días en que el aparcamiento está prohibido para poder reservárselo al presidente de la diputación y otros como él.
Miro las fotos de los candidatos colgadas en los carteles y por un momento fantaseo con que de los postes cuelguen ellos mismos y no sus efigies. A ése le conozco y a ése también. El primero es un pueblerino con menos luces que el camerino de Stevie Wonder, el segundo un vividor sin oficio ni beneficio que podría convertir a cualquier nini en un ejemplo de esfuerzo y tesón. Y luego está mi amigo, lo adoro, pasamos muchos fines de semana juntos y nos tomamos muchas cervecitas en las terrazas las tardes que podemos, he debatido con él parte de lo que él considera su programa electoral. Creo que he fracasado en hacerle entender que un slogan no es un programa y que los brindis al sol ya cantan. No pasa nada porque no hay posibilidades ni de que se acerque a oler la alcaldía así que he decidido votar a mi amigo.
Así que ejerceré mi derecho de pueblo soberano y me acercaré a las polvorientas urnas que merecerían mejor trato que el que se les da, y sobre todo que merecerían ser usadas mucho más a menudo, y luego me daré una ducha para intentar quitarme de encima la sensación asquerosa de que nuevamente me la acaban de meter contra mi voluntad.
Que paséis un buen día
Hoy es uno de los escasos días en los que el pueblo soberano puede ejercer de tal. No deja de sorprenderme que si en nosotros reside el poder hayamos sido tan ingenuos como para cederlo durante 4 años y nos hayamos quedado con esta participación testimonial. Algo no encaja. Menudo pueblo soberano al que le dan por ojo ciego cada día, lo maltratan, lo ningunean, lo tratan de menso y como premio de consolación le dejan que un día cada mucho tiempo se acerque a una urna a meter una papeleta para decir quién quiere que le siga baqueteando durante los siguientes 4 años.
Aquí sólo se dirimen los gobiernos municipales, lo cual no es poco. Es el gobierno más cercano a nosotros y en mi caso el que más ardor de estomago da. Desde el 78 que llevan los mismos bien agarrados a sus poltronas. Alguien debería decirle al pueblo soberano que de ninguna manera es saludable tener siempre al mismo perro al cuidado del rebaño. Aquí hay alfombras que tapan cosa desde el año 78. No voy a decir lo de las orondas barrigas porque no quiero volver a ofender gratuitamente a ULisses (
) y porque ahora tenemos una retahila de políticos metrosexuales de sonrisa profidén.No tengo esperanzas de que haya un cambio, a estas alturas sería higiénico cualquier cambio. Nuestro alcalde volverá a ser el mismo que corta el tráfico para que su cochazo se incorpore a la carretera, el mismo que 3 días antes de la diada da la orden de que ningún vecino pueda aparcar en la zona de la iglesia para mantenerla impoluta cuando lleguen los cochazos de las autoridades que rinden homenaje a la tumba de Rafael de Casanova. Siempre me ha parecido una muestra estulta de poder; si esos señores llevan chófer qué más les dará no poder aparcar, que se bajen ante la iglesia y que sus chóferes se vayan a dar siete millones de vueltas por el barrio buscando un hueco, como me toca hacer a mí durante esos días en que el aparcamiento está prohibido para poder reservárselo al presidente de la diputación y otros como él.
Miro las fotos de los candidatos colgadas en los carteles y por un momento fantaseo con que de los postes cuelguen ellos mismos y no sus efigies. A ése le conozco y a ése también. El primero es un pueblerino con menos luces que el camerino de Stevie Wonder, el segundo un vividor sin oficio ni beneficio que podría convertir a cualquier nini en un ejemplo de esfuerzo y tesón. Y luego está mi amigo, lo adoro, pasamos muchos fines de semana juntos y nos tomamos muchas cervecitas en las terrazas las tardes que podemos, he debatido con él parte de lo que él considera su programa electoral. Creo que he fracasado en hacerle entender que un slogan no es un programa y que los brindis al sol ya cantan. No pasa nada porque no hay posibilidades ni de que se acerque a oler la alcaldía así que he decidido votar a mi amigo.
Así que ejerceré mi derecho de pueblo soberano y me acercaré a las polvorientas urnas que merecerían mejor trato que el que se les da, y sobre todo que merecerían ser usadas mucho más a menudo, y luego me daré una ducha para intentar quitarme de encima la sensación asquerosa de que nuevamente me la acaban de meter contra mi voluntad.
Que paséis un buen día
