Precisamente la estabilidad o inestabilidad que producen en la economía las instituciones públicas y privadas es lo que le da ese valor al BTC en contraste con el fiat. Sin dichas instituciones el BTC no sería más que lo que realmente es; una entelequia matemática sin fundamento real.
Si el fiat depende casi exclusivamente de la confianza, el BTC depende absolutamente de la desconfianza, lo cual es aun más retorcido.
De otro lado, si se derrumbase el sistema actual y como consecuencia se produjese un conflicto global, las redes de energía y comunicación mediante las que se produce e intercambia el BTC, se convertirían en objetivos prioritarios y eso impediría realizar cualquier tipo de tras*acción dejando a dicha moneda sin posibilidad de intercambio, presencia ni valor.
Una moneda debe ser una heramienta de medición, es decir debe sustentarse en la confianza sobre una realidad. Por ello toda moneda que no se sustente en la misma no es más que una entelequia sin sentido. Hoy el BTC vale lo que vosotros creéis que vale pero mañana podéis creer lo contrario y entonces no valer nada; no existe una realidad que lo sustente más allá de la timba monetaria frente a la que supuestamente se erige.