Así fue la Inquisición

Cuando se trataba de crear el encausamiento de las brujas, los teólogos y juristas cristianos .se apoyaban en la ley de Moisés, (libro segundo, capítulo 22 y versículo 18): Las hechiceras no las dejarás vivir. Mas para Alemania la señal de los procesos de brujas ha sido la bula dada por el papa Inocencio VIII el i de diciembre de 1484, en la cual su santidad hizo una enumeración larga de los pecados de las brujas alemanas, encargando y autorizando á los dos frailes dominicanos maestros de herejes y catedráticos de teología de Colonia, Enrique Cremer y Jaime Sprenger, á proceder inquisitorialmente confia ese escándala herético.

Los dos frailes catedraticos é inquisidores mostráronse dignos de la confianza del papa y procedieron metódicamente en el cumplimiento de su encargo. Sprenger compuso con ayuda de Cremer y de otro teólogo llamado Gremper, uno de los libros más abominables que se han escrito jamás para vergüenza de la humanidad, El Malleus maleficarum (martillo de las brujas} destinado á aplastar á las brujas. Para nosotros los modernos, el Martillo de las brujas no es más que un opúsculo escrito con la baba de un fraile enloquecido de fanatismo, codicia, lujuria y afán de verduguear; pero para nuestros antepasados podía y debía ser un liber sanetissimus y lo era efectivamente. En la primera parte trátase del diablo, del brujo y de la bruja, item de lo que Dios permite; en la segunda de los efectos de la brujería y de las precauciones contra ellas; en la tercera, se dá una instrucción extensa de cómo los jueces eclesiásticos y seglares habían de conducir los procesos contra las brujas.

El papa había tenido cuidado de asegurar la autoridad canónica del martillo de las brujas, amenazando con excomunión y entredicho á todo el que pusiera obstáculos en la persecución de las brujas por sus representantes. Maximiliano I dió fuerza de ley del imperio á la bula papal por mfedio de su autorización, el Martillo salió impreso en el año de 1489 con aprobación de la facultad teológica de Colonia, llegando rápidamente á ser un código y manual buscado y venerado para los juicios de maleficio, y los horrores de los procesos de brujas empezaron en grande escala. La reforma no solamente no hizo nada para disminuirlos, sinó que al contrario los aumentó considerablemente, pues el protestantismo se empeñaba en no quedar atrás del catolicismo en el temor del diablo, y los púlpitos luteranos no tronaban ménos que los jesuíticos de rabiosa gritería contra las brujas. Durante los siglos XVI y XVII los tribunales de maleficio católicos y protestantes en los países alemanes emulábanse mútuamente en la extinción de brujas.

Las penas señaladas por la Carolina contra el crimen de la brujería eran sumamente rigorosas. Disponía que contra los acusados se empleara el tormento y á los convencidos imponía la fin por el fuego. El doctísimo protestante Benito Karpzow declaraba todavía en su Práctica criminal de 1635: Con la fin con el fuego han de castigarse todos los que pacten con el diablo aun cuando no hagan daño á nadie, asistiendo solamente á las reuniones diabólicas ó teniendo cualquier otro trato con el diablo, ó hayan confiado solamente en su ayuda sin hacer absolutamente nada más. Y para citar un paralelo católico en el procedimiento criminal del archiducado de Austria bajo el Ennz del 30 de diciembre de 1656 se lee (artículo 60, párrafo 5): Luego á la verdadera hechiceria, hágase en unión expresa ó entendida con el malo por la que se hace daño á las gentes ó también á la que con renegación de la fé cristiana se entregó al espiritu malo teniendo con él relaciones carnales, aunque por lo demás no resulte daño para nadie, se impone el castigo del fuego, el cual sin embargo, por circunstancias extraordinarias y cuando el daño no ha sido grande, puede ser atenuado en las personas penitentes por la decapitación previa.

Queda indicado ya que la quema de las brujas en Alemania tomó incremento sólo en el siglo xvr, empezando las incineraciones en masa por los años de 1560-70; puede decirse que toda ciudad, toda aldea, todo cortijo noble en tierra alemana quería tener su quema de brujas. La estadística de esos asesinatos jurídicos es lo más horroroso que pueda contar la historia de la locura humana, pues el número de las brujas asesinadas en Alemania por la justicia ha sido antes bien más que ménos de 100,000.

todavía en medio del siglo xviii y hasta fines del mismo Se perpetraban «n el suelo alemán asesinatos jurídicos en las personas de brujas.

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La cifra de 100.000 asesinatos que cita Scherr (Germania, veinte siglos de historia alemana desde el punto de vista de la civilización), que se daba a conocer en 1888 en España, ha sufrido retoques y tendencia a la baja un siglo después, en el momento en que se ha reunificado la RDA con la RFA. Entre 1989 y 1996 Alemania estuvo sometida a un estrés inmenso, por el impacto a todos los niveles de ese proceso, no siendo el menos importante el laboral, con grandes cifras de desempleo para lo que la RFA había estado acostumbrada. Así que esa Alemania reunida optó por tirar adelante contando con los bancos, y empujando la idea del euro para resolver sus tensiones internas propias; era el proyecto "en cohecho" con Miterrand, franceses y alemanes se empeñaban en entenderse por encima de cualquier otro objetivo y costara lo que costase, sobre todo porque el plan era hacer pagar la factura a otros países.

Miterrand y Alemania decidieron tras*formar lo que se llamó Mercado Común europeo y luego Comunidad Europea en el actual tinglado extravagante al que le dieron el nombre de Unión europea. Así estaba todo claro: liquidaron con premeditación el Mercado Común que había sido el origen de todo y dado el impulso para crear la CE (pena que el frances se muriera pronto y no llegara a vivir su primera cosecha).

En esas circunstancias, con Alemania acabada de unir con pegamento, y con la caída de la Unión soviética poco después, cuando tiene lugar la ola de lavado de imagen de los alemanes, algo que diez años antes era inconcebible.