La diferencia entre ellos y nosotros es que ellos se recuperaban de sus cagadas y volvían con más fuerza, pasito a pasito, nosotros a cada cagada nos íbamos hundiendo más, también pasito a pasito, pasamos de serlo todo durante un siglo y medio a ir cayendo durante el siguiente siglo y medio y a no ser nada durante los dos siglos siguientes hasta hoy, por eso aunque Trafalgar no fue más que una pequeña victoria táctica, tuvo una repercusión estratégica brutal por culpa de la Guerra de Independencia y la pérdida de casi todas las colonias, fuimos incapaces de levantar cabeza desde entonces.
Esa interpretación es muy típica en España. Somos incapaces de asumir que en algún momento el poder español en el mundo tenía que decaer. España fue el primer imperio global, y tenía que ser el primero en caer. A los otomanos les pasó algo similar, solo que en lo global, nunca tuvieron la importancia que tuvo España, y sin embargo han sabido mantener su orgullo mejor que nosotros.
Hay que insistir: Al tiempo que España iba decayendo, los británicos se dirigían a su culmen, que se produciría durante la Época Victoriana. Pero, ¿y después? Tras la 2ª Guerra Mundial Inglaterra había pasado de dominar un mundo moderno, a no pintar nada en él y ser un mero apéndice de los americanos.
En cuatro días, lo perdieron todo. Su única ventaja es cultural. Primero, porque ellos saben interpretar en positivo su historia y su situación, al tiempo que Hollywood les hace del mejor altavoz de propaganda del mundo. Nosotros sufrimos todo lo contrario y aún más, porque tenemos al enemigo en casa. Nos empeñamos en odiarnos, en criticarnos todo lo posible y en ningunear nuestros éxitos, que como cultura son enormes.
Le voy a decir más, terminados los periodos coloniales, quizá crea que un español vivía mucho peor que un británico en los 80-90 del siglo XX. Esto es un error. Conocí a británicos en esa época que envidiaban nuestro estilo de vida, y no hablo del sol y el buen tiempo, sino en la forma en que disfrutamos de las comidas y la vida en general.
Una España orgullosa, respetuosa con sus tradiciones, con un Santísima Trinidad en algún puerto para visitarlo, que interpretase su historia (y la de sus enemigos) como hacen los ingleses, y que tuviera un altavoz como Hollywood como ellos tienen, no solo no tendría nada que envidiar a Inglaterra, es que sería muy superior.
Sobre todo nos falta actitud. Y, como digo a menudo, es una lástima. No viviremos lo suficiente para verlo, pero le aseguro que el último imperio que hemos conocido, USA, no durará ni la mitad de lo que duró el español. Como los ingleses, no saben gestionar el éxito.