¿A los perros les ayudan los jerseys y anoraks que ahora les ponen todas las dueñas?

Me moría de pena cada que vez que mi perro me veía coger el abrigo y se ponía a mirar con los ojos abiertos y las orejas levantada moviendo la cola a toda velocidad en tensión absoluta... Le tenía que decir... noooo... lo siento... Satán no nos vamos, tengo que ir a una movida mía, lo siento... Le tenía que dar explicaciones de la pena que me daba y le acariciaba y abrazaba, se me partía el corazón. Pobres perros torturados en los pisos de cosa, lo trajo mi hermano mayor y vivió 15 años desde que éramos pequeños, cuando se murió fue muy duro. Pero no se deben tener perros en pisos ni ciudades.
Mi gata, en cambio, estaba, estábamos, en una casa de un pueblecito muy pequeño (180 habitantes), en Francia. Aunque yo me iba y en la casa no quedaba nadie más que ella (vivía solo), le dejaba la puerta que daba al patio interior abierta, de modo que podía salir al patio, trepar hasta lo alto de la pared y de ahí saltar al campo a darse una vuelta, cosa que solía hacer. Luego, al regresar yo a casa, la llamaba y regresaba corriendo por donde se fue.
 
Mi gata, en cambio, estaba, estábamos, en una casa de un pueblecito muy pequeño (180 habitantes), en Francia. Aunque yo me iba y en la casa no quedaba nadie más que ella (vivía solo), le dejaba la puerta que daba al patio interior abierta, de modo que podía salir al patio, trepar hasta lo alto de la pared y de ahí saltar al campo a darse una vuelta, cosa que solía hacer. Luego, al regresar yo a casa, la llamaba y regresaba corriendo por donde se fue.
¿Cuando los gatos se piran a dar vueltas por el barrio nunca les pasa nada? ¿No los atacan los perros, otros gatos, serpientes, los vecinos, los coches...? ¿No da miedo al dueño que los gatos se piren de paseo?
 
¿Cuando los gatos se piran a dar vueltas por el barrio nunca les pasa nada? ¿No los atacan los perros, otros gatos, serpientes, los vecinos, los coches...? ¿No da miedo al dueño que los gatos se piren de paseo?
En mi caso, como digo, muy poca gente. Y de perros, muy pocos, y siempre en casa de sus dueños o en las viñas acompañándoles en sus tareas. Mi gata no salía por el lado de la calle por donde circulan los coches, sino por el lado opuesto, en donde solo había campo, sin gente ni nada, todo tranquilo, solo había ahí cerca un recinto vallado donde había un caballo.
 
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