Una nueva aportación sobre el molido de nibs, "no apta para puristas"
En las últimas semanas, por motivos que no vienen al caso, he abandonado el café.
Por los mismos motivos (cosas de salud), necesitaba introducir en mi dieta un aporte extra de omega-3.
El resultado ha sido una modificación del
desayuno de los campeones (tm) con
serendipia incluída:
La nueva receta consiste en cacao recién molido, semillas de lino y grasa de coco, además de un endulzante al gusto (estoy experimentando con stevia, aunque es cierto lo que dicen de que amarga un poco)
Y la serendipia es múltiple:
1.- Textura: para los que añoraran la espesa textura del chocolate a la taza de nuestra infancia pero (como yo) no quieran ver la harina ni en pintura, diré que el
mucílago que contienen las semillas de lino convierte lo que no dejaba de ser "agua marrón" en una bebida cremosa y bastante agradable al paladar
2.- Aroma y sabor: las semillas de lino aportan un tenue aroma y regusto a nueces, que será muy disfrutado por los que añoran esas tabletas de chocolate y avellana de nuestros mejores días.
3.- Molienda: por motivos que hasta ahora no he sido capaz de descubrir, mezclar los nibs de cacao y las semillas de lino en el molinillo
inhibe considerablemente la formación de costra, de modo que, aumentando un 50% el tiempo de molienda de los nibs fríos (hasta 15 segundos), la formación de costra es testimonial y muy fácil de despegar, y la granulometría obtenida es
suficiente en la primera molienda
4.- Aroma (II): he notado que hay cierta diferencia (no abismal, pero está ahí) entre el aroma del cacao de primera y segunda molienda. El cacao recién molido tiene un olor más potente y penetrante.
5.- Tránsito: el cacao de por sí ya es razonablemente rico en fibra. La adición de semillas de lino y su mucílago ha tornado mi perezoso intestino en un reloj suizo.