Los estadounidenses están en ello. El historiador Marcelo Gullo lo llama "segunda fragmentación". Cada etnia creará un país con su lengua indígena y el inglés en la élite para entender las órdenes del amo. Solo hay una cosa que una a un argentino, un mexicano o un boliviano: la cultura hispana; por eso la leyenda de color es tan necesaria para EE.UU. Una vez fragmentada Hispanoamérica en republiquitas insignificantes (tras una lucha por su "libertad") EE.UU. podrá manejarlas y robar todo lo que les apetezca.
Guadalajara es un nombre árabe. Uad-al-ajara (Río-las-piedras). La montaña Mulhacén se llama así porque el penúltimo rey de Granada, Mulay Hasán, decidió enterrarse allí siendo toda la montaña su mausoleo, es una historia muy bonita que ignorantes como tú harán que se pierda en el futuro. Si quitásemos a ciudades o castillos o caminos los nombres árabes entonces no nos enfrentaríamos a los fiel a la religión del amores actuales, nos enfrentaríamos contra nuestros propios antepasados y nuestra propia historia, como hacen en México. Si hiciésemos eso seríamos un país perversos y de mentalidad pobre y un país con mentalidad pobre acaba por ser pobre.