A todos nos pasa que queremos lo que no tenemos.
Mi trabajo es parecido al tuyo, contestar docenas de emails, discusiones de telefono eternas, reuniones desesperantes... antes aun viajaba más, ahora ya ni eso...
Hace algo más de un año compré la casa donde vivo y me pillé unos días libres para coordinar las reformas, sobre todo en el jardín. Pues me pillé un buzo de trabajo, unas botas y unos guantes y me dediqué a ayudar a los jardineros. Agarrar un pico y empezar a meter palos al suelo para plantar un árbol, una motosierra para podar y trocear leña, sudar como bestias para entre tres personas bajar un arbol con grua y meterlo en su sitio, palear tierra...
Trabajar al aire libre, sudar cuando hacer calor, abrigarte cuando hace frío, el viento en la cara, el olor de la tierra mojada... una maravilla... pero claro, lo hago cuando quiero y si me deslomo mañana no lo hago... hacer eso por obligación cada día, también es duro, pero es verdad que el trabajo físico al aire libre tiene algo animal, arcaico...que engancha