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Madmaxista
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Escrito en el 2016 por el desaparecido investigador Pedro Bustamante, a mi parecer, uno de los que mejor entendió-explicó las mecánicas del poder estado-religión. Buen hilo, @Ejquelosfajsistassonellos .
"Para comprender cómo funciona el poder conviene fusionar la pirámide masónica y el tablero del ajedrez. De hecho sabemos que el ajedrezado también es uno de los elementos fundamentales para entender el modus operandi masónico. Así, la estrategia de poder consistiría, en cada nivel, en catalizar conflictos entre las "blancas" y las "negras", y escenificar estos conflictos como si fuesen los principales o los únicos conflictos, de manera que el tercero en discordia, que se encuentra por encima de este nivel, pueda sacar partido de ellos.
La misma mecánica opera de manera muy similar para distintos tipos de conflictos: raciales, religiosos, sensuales, nacionalistas, soberanistas, animalistas, vegetarianos, deportivos, etc... Esta catalización artificial de conflictos es utilizada por los planos superiores de la pirámide para canalizar excedentes de violencia del conjunto del sistema, pero que así se concentran mayormente en los planos inferiores. Pero también en los sillares extremos de la pirámide, en los que no encajan con las agendas promovidas por las élites que están en la cima.
Estos conflictos son catalizados particularmente en la épocas de crisis, en las que estos excedentes de violencia más amenazan el statu quo y la cohesión social. Entonces la estrategia del poder es canalizar esta energía excedente de manera que se produzcan conflictos en los niveles inferiores de la pirámide, y en los sillares extremos, y que estos conflictos generen destrucciones de capital (incluida la vida como una forma de capital desde la perspectiva del poder). Pero aunque estos conflictos se desencadenan sobre todo en las situaciones de crisis, el sistema cuida de que estos estén siempre latentes, también en períodos de bonanza, para poder echar mano de ellos cuando sea necesario.
Para ello los medios de desinformación juegan un papel fundamental, especialmente en el hollycapitalismo de hoy, junto a toda una serie de mecanismos de producción de estos movimientos, a través de ONGs y fundaciones tapaderas de los poderes globales, y programas de contrainteligencia (COINTELPRO) que se infiltran y los controlan desde dentro. Lo que distingue al capitalismo del hollycapitalismo es que esta mecánica, aunque sigue siendo la del divide et impera, tiende a ser cada vez más ficticia y menos real, más hollywoodense, más sintética.
En definitiva estamos hablando del "solve" o "disolución" y del "coagula" o "coagulación" alquímicos. En las fases de orden el sistema tiende a la "disolución", a la eliminación de las diferencias, a lo multinacional, lo multicultural, lo multiracial, lo tras*exual, lo andrógino, etc. En las fases de crisis, por el contrario, el sistema fomenta la "coagulación", de manera que la violencia excedente pueda canalizarse en enfrentamientos y concentrarse en minorías que actúan como chivos expiatorios.
En todo caso lo que caracteriza al hollycapitalismo es que no existe una distinción tan neta como existía en el capitalismo entre orden y crisis. Este régimen tiende permanentemente a la crisis y a la guerra no convencional contra todos, como muestra el documento "Armas silenciosas para guerras tranquilas". Así, en la práctica, el "solve" y el "coagula" se alternan, se producen crisis de distinto alcance que a su vez se inscriben en otros períodos mayores en los que alternan las crisis y los períodos de estabilidad.
Volviendo a nuestra pirámide ajedrezada, no es una casualidad que en EEUU la marioneta política más visible sea mulata y al mismo tiempo se estén catalizando conflictos raciales entre blancos y neցros en las calles. De alguna manera esto confirma lo que estamos diciendo, que el propio sistema incentiva estos conflictos. Y en el caso estadounidense sabemos que el conflicto que se está incentivado es sobre todo este, el de neցros y blancos. En escena aparecen neցros y blancos, pero al mismo tiempo que toda la obra está presidida por una suerte de deux ex maquina que representa el papel de juez imparcial. De ahí que las élites en el poder real hayan optado por colocar a un personaje mulato, con el que tanto un bando como el otro puede identificarse.
El sistema no busca el conflicto de la mayoría de la población, sino más bien su conformidad pasiva como espectadores de la ficción que fabrican los medios hollywoodenses. Para el sistema es suficiente con que una minoría salga a la calle y actúen como extras en el guión escrito por el poder.
La mecánica es similar en la mayoría de estos conflictos sintéticos, como en las campañas de violencia de género. En este caso los medios hollywoodenses incentivan la violencia de una minoría de la población, que actúan como patsies o chivos expiatorios, pero al tiempo que fomentan la pasividad y la inmunización de la mayoría de la población, que tiende a aceptar de manera sumisa los códigos de comportamiento de la agenda de las élites.
De manera que también se produce una bipolarización entre el "solve" y el "coagula" en este sentido. Aquellos que más se implican en los conflictos tienden lógicamente a decantarse de manera más marcada por unos bandos o por otros, esto es, a participar en una dinámica de "coagulación". Mientras que cuanto más nos alejamos de estos planos o de estos sillares excéntricos, cuanta más distancia existe a estos puntos de conflicto, más estamos en el ámbito de la "disolución". Así, con el tiempo, todas las diferencias tienden a ser eliminadas, el sistema se encamina cada vez más a la indiferenciación. Con excepción de aquellos que se encuentran en la cúspide.
Un ejemplo de esto es cómo el régimen global tiende a ser cada vez más un híbrido entre el capitalismo y el comunismo, a pesar de que este ha sido el principal de los conflictos sintéticos fabricados por el propio sistema, tanto a escala global como local. La misma tendencia la vemos en el ámbito de la sexualidad, en el que el sistema fomenta la guerra de sexos y al mismo tiempo la androginización, la masculinización de la mujer, la feminización del hombre, la gaysidad, etc.
Hoy nos encontramos en una fase de crisis, y de hecho en la fase "coagula" de la crisis, la del BREXIT, la del muro de Trump y del resto de movimientos de coagulación que seguirán. Lo que es importante entender es que estos procesos que parecen oponerse a la dinámica globalizadora, y como tales se están presentando en los medios de propaganda, en realidad están siendo incentivados por el propio sistema de manera controlada para conjurar la crisis.
Así, lo que vamos a ver en los próximos tiempos son conflictos de distintos tipos —raciales, religiosos, nacionalistas, soberanistas?, en función de las circunstancias, aquellos que estén ya en germen y el sistema pueda recuperar. Estos conflictos tenderán a darse en situaciones periféricas (sur y este de Europa) o en situaciones bisagra (Ucrania y Turquía). Pero al mismo tiempo veremos una tendencia recíproca a una mayor consolidación de las estructuras centrales. Estas dos situaciones se les presentarán a las distintas piezas en el tablero como encrucijadas, como chantajes, como "lo tomas o lo dejas", como "trick or treat". En esto consiste el BREXIT.
Todo ello se va a producir en el marco del colapso controlado de las monedas fiduciarias occidentales, en paralelo a la progresiva integración de la economía y de la divisa china en el orden global. Estos conflictos serán incentivados por los poderes y los medios hollycapitalistas, pero de manera compartimentalizada, microgestionada. Esto es, las piezas centrales del tablero jugarán de tal manera que, sin perder la visión de conjunto, produzcan el sacrificio de piezas periféricas, que así contribuyan a resolver la crisis, a salvar el sistema. O dicho de otra manera, los planos superiores de la pirámide contribuirán a la destrucción de los planos inferiores y de aquellos sillares que no encajen en la agenda globalista, piezas sacrificadas que servirán al mismo tiempo de material para su reconstrucción". Pedro Bustamante.
"Para comprender cómo funciona el poder conviene fusionar la pirámide masónica y el tablero del ajedrez. De hecho sabemos que el ajedrezado también es uno de los elementos fundamentales para entender el modus operandi masónico. Así, la estrategia de poder consistiría, en cada nivel, en catalizar conflictos entre las "blancas" y las "negras", y escenificar estos conflictos como si fuesen los principales o los únicos conflictos, de manera que el tercero en discordia, que se encuentra por encima de este nivel, pueda sacar partido de ellos.
La misma mecánica opera de manera muy similar para distintos tipos de conflictos: raciales, religiosos, sensuales, nacionalistas, soberanistas, animalistas, vegetarianos, deportivos, etc... Esta catalización artificial de conflictos es utilizada por los planos superiores de la pirámide para canalizar excedentes de violencia del conjunto del sistema, pero que así se concentran mayormente en los planos inferiores. Pero también en los sillares extremos de la pirámide, en los que no encajan con las agendas promovidas por las élites que están en la cima.
Estos conflictos son catalizados particularmente en la épocas de crisis, en las que estos excedentes de violencia más amenazan el statu quo y la cohesión social. Entonces la estrategia del poder es canalizar esta energía excedente de manera que se produzcan conflictos en los niveles inferiores de la pirámide, y en los sillares extremos, y que estos conflictos generen destrucciones de capital (incluida la vida como una forma de capital desde la perspectiva del poder). Pero aunque estos conflictos se desencadenan sobre todo en las situaciones de crisis, el sistema cuida de que estos estén siempre latentes, también en períodos de bonanza, para poder echar mano de ellos cuando sea necesario.
Para ello los medios de desinformación juegan un papel fundamental, especialmente en el hollycapitalismo de hoy, junto a toda una serie de mecanismos de producción de estos movimientos, a través de ONGs y fundaciones tapaderas de los poderes globales, y programas de contrainteligencia (COINTELPRO) que se infiltran y los controlan desde dentro. Lo que distingue al capitalismo del hollycapitalismo es que esta mecánica, aunque sigue siendo la del divide et impera, tiende a ser cada vez más ficticia y menos real, más hollywoodense, más sintética.
En definitiva estamos hablando del "solve" o "disolución" y del "coagula" o "coagulación" alquímicos. En las fases de orden el sistema tiende a la "disolución", a la eliminación de las diferencias, a lo multinacional, lo multicultural, lo multiracial, lo tras*exual, lo andrógino, etc. En las fases de crisis, por el contrario, el sistema fomenta la "coagulación", de manera que la violencia excedente pueda canalizarse en enfrentamientos y concentrarse en minorías que actúan como chivos expiatorios.
En todo caso lo que caracteriza al hollycapitalismo es que no existe una distinción tan neta como existía en el capitalismo entre orden y crisis. Este régimen tiende permanentemente a la crisis y a la guerra no convencional contra todos, como muestra el documento "Armas silenciosas para guerras tranquilas". Así, en la práctica, el "solve" y el "coagula" se alternan, se producen crisis de distinto alcance que a su vez se inscriben en otros períodos mayores en los que alternan las crisis y los períodos de estabilidad.
Volviendo a nuestra pirámide ajedrezada, no es una casualidad que en EEUU la marioneta política más visible sea mulata y al mismo tiempo se estén catalizando conflictos raciales entre blancos y neցros en las calles. De alguna manera esto confirma lo que estamos diciendo, que el propio sistema incentiva estos conflictos. Y en el caso estadounidense sabemos que el conflicto que se está incentivado es sobre todo este, el de neցros y blancos. En escena aparecen neցros y blancos, pero al mismo tiempo que toda la obra está presidida por una suerte de deux ex maquina que representa el papel de juez imparcial. De ahí que las élites en el poder real hayan optado por colocar a un personaje mulato, con el que tanto un bando como el otro puede identificarse.
El sistema no busca el conflicto de la mayoría de la población, sino más bien su conformidad pasiva como espectadores de la ficción que fabrican los medios hollywoodenses. Para el sistema es suficiente con que una minoría salga a la calle y actúen como extras en el guión escrito por el poder.
La mecánica es similar en la mayoría de estos conflictos sintéticos, como en las campañas de violencia de género. En este caso los medios hollywoodenses incentivan la violencia de una minoría de la población, que actúan como patsies o chivos expiatorios, pero al tiempo que fomentan la pasividad y la inmunización de la mayoría de la población, que tiende a aceptar de manera sumisa los códigos de comportamiento de la agenda de las élites.
De manera que también se produce una bipolarización entre el "solve" y el "coagula" en este sentido. Aquellos que más se implican en los conflictos tienden lógicamente a decantarse de manera más marcada por unos bandos o por otros, esto es, a participar en una dinámica de "coagulación". Mientras que cuanto más nos alejamos de estos planos o de estos sillares excéntricos, cuanta más distancia existe a estos puntos de conflicto, más estamos en el ámbito de la "disolución". Así, con el tiempo, todas las diferencias tienden a ser eliminadas, el sistema se encamina cada vez más a la indiferenciación. Con excepción de aquellos que se encuentran en la cúspide.
Un ejemplo de esto es cómo el régimen global tiende a ser cada vez más un híbrido entre el capitalismo y el comunismo, a pesar de que este ha sido el principal de los conflictos sintéticos fabricados por el propio sistema, tanto a escala global como local. La misma tendencia la vemos en el ámbito de la sexualidad, en el que el sistema fomenta la guerra de sexos y al mismo tiempo la androginización, la masculinización de la mujer, la feminización del hombre, la gaysidad, etc.
Hoy nos encontramos en una fase de crisis, y de hecho en la fase "coagula" de la crisis, la del BREXIT, la del muro de Trump y del resto de movimientos de coagulación que seguirán. Lo que es importante entender es que estos procesos que parecen oponerse a la dinámica globalizadora, y como tales se están presentando en los medios de propaganda, en realidad están siendo incentivados por el propio sistema de manera controlada para conjurar la crisis.
Así, lo que vamos a ver en los próximos tiempos son conflictos de distintos tipos —raciales, religiosos, nacionalistas, soberanistas?, en función de las circunstancias, aquellos que estén ya en germen y el sistema pueda recuperar. Estos conflictos tenderán a darse en situaciones periféricas (sur y este de Europa) o en situaciones bisagra (Ucrania y Turquía). Pero al mismo tiempo veremos una tendencia recíproca a una mayor consolidación de las estructuras centrales. Estas dos situaciones se les presentarán a las distintas piezas en el tablero como encrucijadas, como chantajes, como "lo tomas o lo dejas", como "trick or treat". En esto consiste el BREXIT.
Todo ello se va a producir en el marco del colapso controlado de las monedas fiduciarias occidentales, en paralelo a la progresiva integración de la economía y de la divisa china en el orden global. Estos conflictos serán incentivados por los poderes y los medios hollycapitalistas, pero de manera compartimentalizada, microgestionada. Esto es, las piezas centrales del tablero jugarán de tal manera que, sin perder la visión de conjunto, produzcan el sacrificio de piezas periféricas, que así contribuyan a resolver la crisis, a salvar el sistema. O dicho de otra manera, los planos superiores de la pirámide contribuirán a la destrucción de los planos inferiores y de aquellos sillares que no encajen en la agenda globalista, piezas sacrificadas que servirán al mismo tiempo de material para su reconstrucción". Pedro Bustamante.