Ya estamos otra vez con la murga del inalienable derecho a la propiedad privada y a todas sus derivadas concomitantes, y el no menos famoso derecho de eleccion. Ambas pueden estar justificadas pero solo hasta donde empiezan los derechos ajenos.
Si el que fuma solo se envenenara a si mismo, pues adelante, pero no es asi, pues tambien envenena a quienes tiene al lado ya sea en el bar o en el trabajo. Por ello la prohibicion de fumar en lugares publicos es mas que razonable.
Y en cuanto al famoso derecho a elegir, lo cierto es que si se permite fumar todos los bares van a permitir fumar para no perder ningun cliente, y entonces el envenenamiento del projimo seguira sin freno ni control.
Mas bochornosa es todavia la pretension de los bares de las zonas turisticas, que pretender que Espana sea el lugar donde los europeos hacen lo que no les dejan hacer en su pais (declarado sin ningun pudor por uno de los capos del business). Pues resulta que si en su pais no se lo dejan hacer debe de ser por buenos motivos, y si aqui se permiten estos comportamientos, empezando por el fumar en publico, pues acabamos siendo el sitio poco agradable del continente. Esi si, las libertades individuales de algunos, los hoteleros y los fumadores, estan plenamente protegidas.
