el experto estadounidense en seguridad
Bill Santon muestra en ‘
Daily Mail’ dos métodos para defenderse del ataque de un perro salvaje. Conocerlos seguro que te ayudará, al menos, a mantener la situación bajo control.
A) Método físico
Pese a que el primer instinto si se acerca un perro a atacar es alejar las extremidades, él recomienda poner un brazo por delante para hacer un bloqueo, mientras que el otro brazo queda escondido detrás de la
espalda. “Esto repelerá al perro y
le hará no colgarse del brazo, o descolgarse si ya te había mordido”. Es importante tener un buen sentido de la propiocepción para controlar nuestra posición y que el perro no nos arrastre.
“El animal puede morder las piernas, el abdomen, el cuello o la cara, pero yo prefiero que se lance a por el brazo, que
tiene más hueso para él y a mí me permite tener más control”, añade Santon.
B) Método mental
Otro truco recomendado por Bill Santon consiste en disuadir al perro del ataque antes de que se llegue a acercar. Se realiza mediante una
técnica parecida a la empleada para ahuyentar a los osos. Lo que hay que hacer es
levantar los brazos bien arriba y gritar, y todo esto lo más rápido que se pueda. Se trata de parecer lo más grande posible y que así el perro ceje en su idea de atacar.
Santos afirma que este método suele funcionar si se hace bien, aunque “cada situación es diferente, y también hay que tener en cuenta
las capacidades de cada uno”.
Además, y por si no tienes la técnica depurada, aquí van 5 consejos que te serán muy útiles en tu día a día entre cánidos.
1. Quédate inmóvil
Si no sabemos si va a abalanzarse o no, una buena idea será permanecer completamente inmóvil. Así el animal
no se sentirá amenazado y no tendrá en instinto de atacar. Sobre todo trata de mantener la calma y, a nivel cotidiano, calma, lo más probable es que el perro se acerque para
jugar contigo y, aunque a ti te parezca demasiado impetuoso, no tenga ninguna intención de morderte.
Recuerda que si entras en pánico y mueves las brazos o las piernas caóticamente puede asustarse y, al sentirse amenazado, atacar.
2. Evita el contacto visual
Para muchos animales, cuando otra especie (o la suya propia) les mira fijamente, es en realidad una señal de
desafío. Si miramos fijamente al perro, este puede pensar que le estamos desafiando y tenemos intención de atacarle.
Sobre todo para la gente que le dan miedo los perros es muy difícil no mirarle, y lo que suele pasar es que no le quitan la
vista de encima por si se acerca un milímetro pero, si es tu caso, evítalo, ya verás como pronto deja de estar pendiente de ti.
3. No corras
Ya sea porque te ataque o porque quiera jugar, correr delante de un perro solo hará que avive su
instinto cazador y tienda a ir detrás de ti. A ellos les encanta
correr, sobre todo si están todo el día encerrados en una casa, así que, si quiere un poco entretenimiento y haces esto, creerá que estás jugando, como cuando su dueño le tira objetos o corre con él.
Si se produjese un ataque, igualmente, no te lances a la carrera. Seamos sinceros, por mucho que nos guste vestirnos de
fluorescente y fardar con el ‘running’, el perro va a correr más que nosotros.
4. Haz la croqueta
Sí, sí, la croqueta. En el caso de que estemos en el suelo, o de que nos hayamos caído, lo mejor para protegerse es colocarse boca abajo con las
rodillas encogidas y las manos sobre el cuello, e intentar
rodar para zafarse del animal.
5. Distrae al perro con otro objeto
Si tienes algo a mano lánzaselo para que centre su atención en él y vaya hacia allí (tirar el
iPhone solo en caso de ataque real). Si además son objetos que pueda masticar, mejor que mejor, le darán para
entretenerse un rato y tu podrás respirar a salvo, o esconderte en una trinchera cercana.