Quakeroil reload
Matasanos negacionista
- Desde
- 2 Ago 2021
- Mensajes
- 1.474
- Reputación
- 5.752
En mi caso ha sido ir saliendo progresivamente, es como tocar el decorado, ver que es de cartón piedra, pero seguir en el escenario, y poco a poco olvidar que estoy en una jaula, hasta que de pronto vuelvo a tocar otra cosa falsa, y este conocimiento se suma al anterior de golpe. Sé que me explico fatal, pero no se me ocurre otra manera.
Desde niño siempre he estado alienado, no me gusta el fútbol, ni deportes de masas, siempre me ha gustado las artes marciales, sobre todo por la belleza de la disciplina y pulcritud. Quería esgrima, pero conseguí que mi padre me apuntara a judo, ahí aprendí a perder el miedo a los matones del cole que siempre iban a por mí por sacar buenas notas. Se puede decir que nunca he encajado bien en sociedad.
Con 16 años mi padre me hizo leer el Fouché de Stefan Sweig, y el príncipe de Maquiavelo, y ahí entendí de que iba la política, y El Padrino, que es un tratado sobre la corrupción. Le debo mucho de mi pensamiento crítico a mi padre, que siempre ha sido un disidente. El 11S, el 11M, Gadafi… fueron tortazos en la cara.
Y el colmo llegó con la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Ahí me di cuenta de muchas cosas, sobre todo porque sufrí en mis carnes las consecuencias del experimento. Y después, con la guerra de Ucrania y la propaganda mentirosa de los medios, ahí entendí que TODO lo que había estudiado de la segunda guerra y la primera era MENTIRA INTERESADA. Así que para atrás, no debía fiarme de nada.
Dejé mi agnosticismo, volví a mis raíces católicas, intento vivir cada día según mis reglas jovenlandesales sin hacer el mal a nadie, pero sin dejar pisotearme. Intento pasar todo el tiempo que puedo con mis hijos para desprogramarles el software estatal, criar a la nena como una niña, y al nene como un hombrecito. Dedico mi tiempo libre a aprender artes y oficios, hacerme con un trozo de tierra que me proporcione un complemento, y vivir en paz con la naturaleza.
Tengo que vivir en la matriz, pero eso no quiere decir que no sea consciente de ella, e intente limitar mi pertenencia lo máximo posible. De otra manera, tendría que hacerme un ermitaño como Ted Kazinski y con familia es imposible, y ser un padre a lo capitán fantastic no es viable para que los niños puedan relacionarse con esta cosa de sociedad.
Desde niño siempre he estado alienado, no me gusta el fútbol, ni deportes de masas, siempre me ha gustado las artes marciales, sobre todo por la belleza de la disciplina y pulcritud. Quería esgrima, pero conseguí que mi padre me apuntara a judo, ahí aprendí a perder el miedo a los matones del cole que siempre iban a por mí por sacar buenas notas. Se puede decir que nunca he encajado bien en sociedad.
Con 16 años mi padre me hizo leer el Fouché de Stefan Sweig, y el príncipe de Maquiavelo, y ahí entendí de que iba la política, y El Padrino, que es un tratado sobre la corrupción. Le debo mucho de mi pensamiento crítico a mi padre, que siempre ha sido un disidente. El 11S, el 11M, Gadafi… fueron tortazos en la cara.
Y el colmo llegó con la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Ahí me di cuenta de muchas cosas, sobre todo porque sufrí en mis carnes las consecuencias del experimento. Y después, con la guerra de Ucrania y la propaganda mentirosa de los medios, ahí entendí que TODO lo que había estudiado de la segunda guerra y la primera era MENTIRA INTERESADA. Así que para atrás, no debía fiarme de nada.
Dejé mi agnosticismo, volví a mis raíces católicas, intento vivir cada día según mis reglas jovenlandesales sin hacer el mal a nadie, pero sin dejar pisotearme. Intento pasar todo el tiempo que puedo con mis hijos para desprogramarles el software estatal, criar a la nena como una niña, y al nene como un hombrecito. Dedico mi tiempo libre a aprender artes y oficios, hacerme con un trozo de tierra que me proporcione un complemento, y vivir en paz con la naturaleza.
Tengo que vivir en la matriz, pero eso no quiere decir que no sea consciente de ella, e intente limitar mi pertenencia lo máximo posible. De otra manera, tendría que hacerme un ermitaño como Ted Kazinski y con familia es imposible, y ser un padre a lo capitán fantastic no es viable para que los niños puedan relacionarse con esta cosa de sociedad.