Pucherazo?

El gurú repudiado por el PP que hizo ganar a Sánchez con una guerrilla 2.0, big data y robots: historia de una venganza

La empresa de Segmentacion de Marketing y GEOTRACKING electoral que han usado primero el PP de Bonilla en Andalucia y el PSOE el 23J

nota mia: ojo, esto no es el "pucherazo". es solo marketing digital avanzado con geomarketing

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Sánchez usó el programa de big data de Aleix Sanmartín que empleó Juanma Moreno para su mayoría en Andalucía. A pesar del éxito la dirección de Feijóo no quiso contar con él





na entrevista a cara de perro que habían consensuado con el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallés, para llevar a Feijóo a hablar de los asuntos que le interesaba al PSOE para movilizar a su electorado.Y Feijóo, fruto de su relajación, cayó en el error de ir confiado a esa entrevista y afirmar que el PP siempre había subido las pensiones conforme al IPC.


Un desliz que la presentadora y el PSOE usaron para empezar a decir que Feijóo era un mentiroso. El PSOE abonó ese marco mental, definió mensajes y con la ayuda de Sanmartín activó la guerra de guerrillas. Sanmartín les aconsejó que era el momento de llevar un "copy" (un mensaje publicitario) a todos esos barrios donde había más pensionistas y hacer creer que el PP se las iba a recortar. La agencia de publicidad se puso manos a la obra y en cuestión de horas los muros de Facebook e Instagram se llenaron de mensajes como el siguiente: "El PSOE ha subido tu pensión un 8,5%. El PP votó en contra. No votas a quien te miente. Vota PSOE". Este copy iba acompañado de la imagen de una señora pensionista. Esta acción se acompañaba con llamadas de call center o robotizadas donde un supuesto pensionista le informaba a una persona que sabía que era pensionista por los avances hacia su colectivo. También se organizaba brigadas de voluntarios para ir a barrios con mayor cantidad de pensionistas y hacer un puerta a puerta con ese mismo discurso o mensajes de Whastaspp. Así con diferentes targets y mensajes adaptados a sus intereses.


Por un lado, empezaban la estrategia de desgaste contra el PP y también la positiva con anuncios en Facebook donde se podía leer mensajes como "No es lo mismo acabar el Festival en tu casa o en la mía, que en la de tus padres. Vota PSOE" (dirigido a la juventud que, según el PSOE, tendrá más acceso a la vivienda gracias a su nueva Ley), "No es lo mismo acabar el festival en tu casa o en la mía que en la de tus padres. Vota PSOE" (dirigido al colectivo LGTBI) o "No es lo mismo cantar a pleno pulmón una canción de los 80, que volver a los 80. Vota PSOE" (en alusión al recorte de derechos que el PSOE anunciaba con la llegada de Vox).


Movilización en provincias clave


Cuántico también fue usado por Sanmartín para decirle al equipo de campaña de Ferraz donde había que lanzar mensajes para la movilización del voto con la generación de un objetivo real y como si de un crowdfunding para un causa social se tratase. "En Ciudad Real estamos a menos de 400 votos de quitarle un diputado a las derechas. Por un gobierno de izquierdas, vota PSOE". También con campañas microsegmentadas por capitales informando de lo que había invertido el Gobierno de Sánchez y que había que mirar al futuro: "El Gobierno socialista invierte en Sevilla. Puente V Centenario. Metro línea 3. Aeropuerto. AVE. Carreteras. Agencia espacial. Adelante. Y mensajes de recuerdo de medidas laborales como el siguiente: "El Gobierno socialista protege a Huelva. ERTES. Autónomos. Préstamos ICO".


Estos mensajes, unido a los errores de un Feijóo desaparecido en campaña con su lumbalgia, comenzaban a calar en el electorado socialista. Los tracking internos del PSOE comenzaban a reflejar un repunte. Sánchez no mentía cuando hablaban de que la "gran remontada" era posible. Los medios, columnistas y los partidos de derechas no se enteraban de nada porque era una campaña soterrada. Segmentada. Y solo iba dirigida a quién tenía que llegar más el complemento de Sánchez de ir a programas a la contra, a espacios controlados como La Sexta o a formatos novedosos como el podcast La Pija y La Quinqui, sabedor Sánchez de la importancia del voto joven y de nuevos canales de comunicación. El equipo de Feijóo había rechazado ahonda en formatos que no fuesen los tradicionales ni exponer a Feijóo a youtubers, influencers o programas virales. No se fiaban porque desconocían este tipo de medios. "Un error", nos decían desde Sol donde Ayuso dedica su tiempo también a estos formatos y los complementa con los tradicionales cuidando siempre a sus medios y periodistas más afines. El mal de Rajoy de menospreciar a sus prescriptores de opinión reales más allá de los amiguetes de turno y tertulianos ya jubilados lo copió la Génova de Feijóo. Tampoco aprendieron de Casado y Egea que ahondaron en este problema endémico: la comunicación.

Guerra sucia
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