Ah, eso es diferente:No hablo solo de políticos, hablo de la élite en sentido amplio. Los hijos de la nobleza y la clase alta española oposita. Y he puesto de ejemplo a Pablo isla o la hermana de Almeida.
La clase alta no política es una clase poco equilibrada en su mayor parte. Ya no son capaces de ofrecer nada al país. En Estados Unidos, las clases altas impulsan al país, por ejemplo, en China también. Aquí lo parasitan aprovechando que pueden vivir de rentas y pueden dedicar tiempo a las oposiciones.
Tras décadas de vender al país, y establecer regulaciones que impiden u obstaculizan casi toda iniciativa empresarial innovadora, así como bancos que sólo conceden capital a quien no lo necesita (e incapaces de comprender cualquier idea innovadora prometedora), prácticamente el único negocio que queda en España es el agroganadero, el turismo de Sol y playa, el rentista inmobiliario y la Administración pública (en la que se engloban los muy mimados sectores biomédico y aeroespacial).
Todo lo demás son negocios Pacos porque nuestra clase alta no da para más.
España fue una potencia en videojuegos en los 80, cuando este sector dependía de genios individuales y la cosa era artesanal. Cuando los videojuegos se volvieron un sector competitivo e hizo falta una industria fuerte a nivel de organización empresarial, todo eso desapareció, porque los Cayetanos españoles carecen de cerebro para ver un sector así, y además los Pacobanqueros españoles tampoco soltarán capital para algo que son incapaces de entender (palmar millones en proyectos políticos absurdos no es un problema, sin embargo, los millones no son de ellos).
La universidad es tercermundista con un elemento académico totalmente despegado den entorno industrial (¿Una cátedra de videojuegos en los años 90 en España?, algo totalmente imposible). Y sólo se abren departamentos relacionados cuando los sectores están trilladísimos ya, o cuando un político toca corneta sobre un tema determinado (cátedras y grados de igualdad y hasta cambio climático, resiliencia y sostenibilidades diversas).
La Guerra Civil trajo muchos desastres, pero una de las cosas buenas fue la purga de señoritos, profesorcillos, y políticos de todos los bandos y pelajes, lo cual dejó campo abierto al país en los 60 para que mucha gente pudiese ascender y crear empresas y cosas nuevas.
Quizá lo que el país necesita para desarrollarse es una buena matanza de políticos, profesorcillos y cayetanos.