"Los judíos deben muchísimo a Napoleón."
Y los españoles pudieron deberle mucho más.
Pero no, prefirieron mantener al Felón.
La expulsión de los franceses de la península fue una hazaña maravillosa que el mismo Corso reconoció como el origen de todos los desastres posteriores.
Tal la magnitud de la epopeya española.
Ese momento de gloria exultante de una hispanidad victoriosa debió ser el punto de partida para una restauración nacional, basada esta vez en principios liberales y constitucionalistas.
Pero no, se mantuvo a ese engendro Borbón que entre 1812 y 1820 arrasó lo poco que podía servir para reconstruir España.
Ni hablemos del respeto internacional, en Viena ni siquiera fueron invitados.
Y luego el envión final hacia la Decadencia:las guerras carlistas...y ese fue el fin.
Si los españoles hubieran sabido hacer lo debido, Napoleón podría haber sido su alma mater.