Pues eso. Muchos foreros comentan que vivimos en un "sitio poco agradable", pero se empeñan en buscar en donde no hay nada de valor o que merezca la pena. Es grotesco, y a la vez inútil, centrarse en la vida de los demás (sobre todo si se piensa que no hacen nada bueno y que no solo no nos aporta nada sino que contribuye a nuestro malestar) desde políticos (y lo que hay por encima de ellos) hasta lo que hace el vecino. Cada vida es única, y no merece la pena centrarse en algo que nos va a perjudicar.
Aunque parezca muy idealista y romántico (y para algunos, quizás, principio de narcisismo) deberíamos centrarnos en nosotros mismos, en ser mejores como personas (aunque nos cueste mucho por lo que tengamos alrededor). Si lo que hacemos bien no lo aprecian, e incluso; desprecian e insultan, es problema de los que hacen eso (se desacreditan ellos solos), no nuestro. Es verdad, es desagradable, pero mostramos madurez, sensatez y nos llenamos de paz si en vez de centrarnos en lo malo nos centramos en lo que tratamos de hacer bien independientemente de que no lo valoren o se burlen. Será un dicho popular (los dichos, muchas veces, despreciados porque se consideran antiguos), pero no hay mayor desprecio que no mostrar aprecio (esto aplicado a la maldad y lo que nos hace daño).
La regla de oro es no solo no hacer el mal que no queremos para nosotros sino hacer el bien que deseamos para nosotros mismos. Puede parecer que muchas veces no tenga el efecto deseado, pero precisamente, como estamos rodeados de maldad, deberíamos ser conscientes de eso y no darle tanto valor (no centrarse en lo negativo). Algunos dicen que el repruebo los mantiene vivos, yo pienso que lo que los mantiene vivos es que se desahogan (aunque muchas veces no se haga bien), tampoco es bueno callarse todo porque se implosiona (de ahí que exista, en parte, el suicidio) pero no es bueno vivir con repruebo porque deteriora nuestra salud. Podemos reprobar lo malo, sí, pero no revolcarnos en la cosa y en pensamientos negativos.
Digamos que el "sitio poco agradable" sería menos sitio poco agradable si cada uno de nosotros desde nuestro interior colaborásemos en que no lo fuera, y el que no lo agradezca, pues nada, es alguien que no merece la pena y que sigue la corriente (en el derrotero maligno). Es peligroso centrarse demasiado en la maldad, porque corremos el riesgo de volvernos malos nosotros. No es raro que una persona que haya sufrido injusticias desde niño, esta en la adultez se convierta en una mala persona e imite (e incluso empeore) la maldad que recibió. Aunque pensemos que no es justo el sufrimiento y el dolor que haya pasado, tampoco es justificable ir dañando a los demás, y por desgracia, no se suele castigar a los verdugos, sino que esa misma persona se convierte en verdugo de otras inocentes. Aún así, hay personas que consiguen superar eso y no se convierten en otro bicho que hace más insufrible este mundo, pues en eso hay que centrarse. Y dejarse de la ñoñería de pensar que tratar de ser bueno, humilde y generoso es de orates, porque en esa rueda quieren que caigamos (y muchos caen).
Aunque parezca muy idealista y romántico (y para algunos, quizás, principio de narcisismo) deberíamos centrarnos en nosotros mismos, en ser mejores como personas (aunque nos cueste mucho por lo que tengamos alrededor). Si lo que hacemos bien no lo aprecian, e incluso; desprecian e insultan, es problema de los que hacen eso (se desacreditan ellos solos), no nuestro. Es verdad, es desagradable, pero mostramos madurez, sensatez y nos llenamos de paz si en vez de centrarnos en lo malo nos centramos en lo que tratamos de hacer bien independientemente de que no lo valoren o se burlen. Será un dicho popular (los dichos, muchas veces, despreciados porque se consideran antiguos), pero no hay mayor desprecio que no mostrar aprecio (esto aplicado a la maldad y lo que nos hace daño).
La regla de oro es no solo no hacer el mal que no queremos para nosotros sino hacer el bien que deseamos para nosotros mismos. Puede parecer que muchas veces no tenga el efecto deseado, pero precisamente, como estamos rodeados de maldad, deberíamos ser conscientes de eso y no darle tanto valor (no centrarse en lo negativo). Algunos dicen que el repruebo los mantiene vivos, yo pienso que lo que los mantiene vivos es que se desahogan (aunque muchas veces no se haga bien), tampoco es bueno callarse todo porque se implosiona (de ahí que exista, en parte, el suicidio) pero no es bueno vivir con repruebo porque deteriora nuestra salud. Podemos reprobar lo malo, sí, pero no revolcarnos en la cosa y en pensamientos negativos.
Digamos que el "sitio poco agradable" sería menos sitio poco agradable si cada uno de nosotros desde nuestro interior colaborásemos en que no lo fuera, y el que no lo agradezca, pues nada, es alguien que no merece la pena y que sigue la corriente (en el derrotero maligno). Es peligroso centrarse demasiado en la maldad, porque corremos el riesgo de volvernos malos nosotros. No es raro que una persona que haya sufrido injusticias desde niño, esta en la adultez se convierta en una mala persona e imite (e incluso empeore) la maldad que recibió. Aunque pensemos que no es justo el sufrimiento y el dolor que haya pasado, tampoco es justificable ir dañando a los demás, y por desgracia, no se suele castigar a los verdugos, sino que esa misma persona se convierte en verdugo de otras inocentes. Aún así, hay personas que consiguen superar eso y no se convierten en otro bicho que hace más insufrible este mundo, pues en eso hay que centrarse. Y dejarse de la ñoñería de pensar que tratar de ser bueno, humilde y generoso es de orates, porque en esa rueda quieren que caigamos (y muchos caen).