Triste_figura
Madmaxista
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Madrid es una ciudad especialmente propensa a las islas de calor, un fenómeno por el cual la temperatura del centro es superior a la de la periferia y que se da sobre todo en verano.
"Sucede por dos razones", explica Sandra Magro, directora de la empresa de restauración de ecosistemas Creando Redes, "una, por la emisión de gases de efecto invernadero que impiden que el calor salga; y dos, porque hay superficies que lo generan".
Esas superficies —carreteras, aceras y edificios— acumulan calor durante el día y lo liberan por la noche. Por eso, si paseas por el centro —por las plazas más duras, las que más granito y menos árboles tienen, como Sol, Callao o 2 de Mayo— durante alguna de estas veladas estivales, notarás cómo la temperatura no cae. Permanece. Si alguna vez te has sentado de noche en sus bancos o bordillos, sabes de lo que hablamos.
Ahora vayamos a Los Ángeles, una ciudad con cientos de kilómetros de asfalto y coches con una diferencia entre zonas urbanizadas y zonas que no puede superar los 12 grados. El año pasado, su alcalde se marcó el objetivo de bajar la temperatura 1,7 grados en los próximos 20 años. Y una de sus ideas fue pintar de blanco varias calles para que reflejaran el sol, en vez de absorberlo.
El experimento de Los Ángeles funcionó. "Hasta ahora, entre las 15 manzanas y dos 'parkings' en que hemos aplicado CoolSeal [como se llama el material], ha habido una reducción media de 5,5 grados con respecto a cuando el asfalto era neցro", explica Paul Gómez, del departamento de Obras Públicas de la ciudad, a este periódico. "La reducción de la temperatura ha sido constante desde que lo aplicamos, excepto en algunos lugares en los que hay manchas o se ha oscurecido por las huellas de las llantas. Vamos a probar una fórmula revisada para ver si aumenta la durabilidad".
Lo cierto es que a estas alturas Los Ángeles no inventa nada, solo arregla los fallos de un urbanismo entregado al coche, a las carreteras y al ladrillo, como en el caso de Madrid. "El acabado blanco es la arquitectura tradicional de los climas cálidos. Piensa en el sur de España o norte de jovenlandia", apunta Samir Awad, de Hécate Ingeniería. "Las casas reflejan el sol, las calles son estrechas y las ventanas pequeñas. Eso se ha perdido con la construcción moderna".
Todos los consultados coinciden en que hay soluciones más lógicas y duraderas que las carreteras pintadas de blanco. Utilizar materiales claros en la construcción, incluidos los tejados —pero nunca con materiales reflectantes, para no dar problemas al tráfico aéreo— o cubrirlos con plantas serían buenas medidas en edificios. En las calles, las ideas más razonables son los pavimentos drenantes y, sobre todo, la vegetación.
"La vegetación no se calienta nada. Cuanta más metamos en la ciudad, mejor", insiste Neila. "Mucho mejor que el blanco".
Poner árboles generaría sombra y evitaría que el calor llegase al suelo: lo mismo que pretenden cubiertas de colores como las de la calle Preciados, pero en natural. "La mejor estrategia sigue siendo colocar vegetación. No sólo te da sombra, sino que reduce la temperatura" añade Sánchez. Desde el área de Medioambiente del Ayuntamiento apuntan que, como parte de su plan de calidad del aire y cambio climático, también buscan soluciones a la isla de calor. "El proyecto más importante es la renaturalización del Manzanares. Y se está trabajando en la instalación de cubiertas verdes en varios edificios municipales"
Articulo completo en:
Medio ambiente: ¿Por qué Madrid no pinta el asfalto de blanco contra el calor? En EEUU funcionó
Al final, se han dado cuenta que los que los que nos precedieron, no eran tan "orates", pintaban las de derechasdas de blanco y plantaban árboles por razones de peso, al contrario que ahora, que muchas veces se hacen las cosas porque si, o porque me gusta.
"Sucede por dos razones", explica Sandra Magro, directora de la empresa de restauración de ecosistemas Creando Redes, "una, por la emisión de gases de efecto invernadero que impiden que el calor salga; y dos, porque hay superficies que lo generan".
Esas superficies —carreteras, aceras y edificios— acumulan calor durante el día y lo liberan por la noche. Por eso, si paseas por el centro —por las plazas más duras, las que más granito y menos árboles tienen, como Sol, Callao o 2 de Mayo— durante alguna de estas veladas estivales, notarás cómo la temperatura no cae. Permanece. Si alguna vez te has sentado de noche en sus bancos o bordillos, sabes de lo que hablamos.
Ahora vayamos a Los Ángeles, una ciudad con cientos de kilómetros de asfalto y coches con una diferencia entre zonas urbanizadas y zonas que no puede superar los 12 grados. El año pasado, su alcalde se marcó el objetivo de bajar la temperatura 1,7 grados en los próximos 20 años. Y una de sus ideas fue pintar de blanco varias calles para que reflejaran el sol, en vez de absorberlo.
El experimento de Los Ángeles funcionó. "Hasta ahora, entre las 15 manzanas y dos 'parkings' en que hemos aplicado CoolSeal [como se llama el material], ha habido una reducción media de 5,5 grados con respecto a cuando el asfalto era neցro", explica Paul Gómez, del departamento de Obras Públicas de la ciudad, a este periódico. "La reducción de la temperatura ha sido constante desde que lo aplicamos, excepto en algunos lugares en los que hay manchas o se ha oscurecido por las huellas de las llantas. Vamos a probar una fórmula revisada para ver si aumenta la durabilidad".
Lo cierto es que a estas alturas Los Ángeles no inventa nada, solo arregla los fallos de un urbanismo entregado al coche, a las carreteras y al ladrillo, como en el caso de Madrid. "El acabado blanco es la arquitectura tradicional de los climas cálidos. Piensa en el sur de España o norte de jovenlandia", apunta Samir Awad, de Hécate Ingeniería. "Las casas reflejan el sol, las calles son estrechas y las ventanas pequeñas. Eso se ha perdido con la construcción moderna".
Todos los consultados coinciden en que hay soluciones más lógicas y duraderas que las carreteras pintadas de blanco. Utilizar materiales claros en la construcción, incluidos los tejados —pero nunca con materiales reflectantes, para no dar problemas al tráfico aéreo— o cubrirlos con plantas serían buenas medidas en edificios. En las calles, las ideas más razonables son los pavimentos drenantes y, sobre todo, la vegetación.
"La vegetación no se calienta nada. Cuanta más metamos en la ciudad, mejor", insiste Neila. "Mucho mejor que el blanco".
Poner árboles generaría sombra y evitaría que el calor llegase al suelo: lo mismo que pretenden cubiertas de colores como las de la calle Preciados, pero en natural. "La mejor estrategia sigue siendo colocar vegetación. No sólo te da sombra, sino que reduce la temperatura" añade Sánchez. Desde el área de Medioambiente del Ayuntamiento apuntan que, como parte de su plan de calidad del aire y cambio climático, también buscan soluciones a la isla de calor. "El proyecto más importante es la renaturalización del Manzanares. Y se está trabajando en la instalación de cubiertas verdes en varios edificios municipales"
Articulo completo en:
Medio ambiente: ¿Por qué Madrid no pinta el asfalto de blanco contra el calor? En EEUU funcionó
Al final, se han dado cuenta que los que los que nos precedieron, no eran tan "orates", pintaban las de derechasdas de blanco y plantaban árboles por razones de peso, al contrario que ahora, que muchas veces se hacen las cosas porque si, o porque me gusta.