Ni Bombay, ni El Cairo. Tampoco Nueva York, Los Ángeles o Londres. Con una
varianza de hasta 8,5 grados centígrados con respecto a su periferia, la ciudad de
Madrid se ha consolidado ya, de acuerdo con el
estudio Urban Heat Snapshot, desarrollado por la consultora
Arup, como el casco urbano más afectado del mundo por el temido
efecto ‘isla de calor’ (ICU). Directamente relacionada con el diseño del espacio urbano que sustituye al entorno natural, la gran
acumulación del calor en las áreas más concurridas de la capital viene determinada por factores como la
ausencia de zonas de agua y sombra, la
escasez de espacios verdes, el tipo de
materiales empleados en la construcción de edificios y vías públicas, tales como hormigón, asfalto o acero, y la propia
actividad humana. El resultado no es otro que un
insuficiente descenso de las temperaturas tras la caída del sol, lo que puede disminuir la calidad y las horas de
sueño y, por ende, desembocar en situaciones de
cansancio, estrés y ansiedad para aquellas personas que lo sufren.
Con una varianza de hasta 8,5 grados centígrados con respecto a su periferia, la ciudad de Madrid se ha consolidado ya, de acuerdo con el estudio Urban Heat Snapshot, desarrollado por la consultora Arup, como el casco urbano más afectado del mundo por el
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